La tecnología educativa ha pasado por tres etapas como disciplina pedagógica: inicialmente se concibió como una ayuda para el aprendizaje, luego se enfocó en aplicar metodologías diseñadas para mejorar el aprendizaje, y finalmente se adoptó un enfoque sistemático para organizar variables que afectan el aprendizaje y lograr objetivos educativos. La tecnología educativa es un gran apoyo para docentes y estudiantes que permite un proceso de enseñanza-aprendizaje más eficaz.