Este documento contrasta la virtud de la templanza con el vicio de la gula. La templanza nos ayuda a moderar nuestros apetitos y placeres, mientras que la gula es dar rienda suelta a los sentidos y buscar el placer continuo a través de la comida y la bebida sin control. El documento también proporciona ejemplos de cómo practicar la templanza a través del autocontrol y el sacrificio.