Este documento describe las cuatro virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Explica que son virtudes fundamentales porque todas las demás virtudes se agrupan en torno a ellas. Luego profundiza en la definición y características de la virtud de la prudencia, incluyendo sus aspectos, vicios opuestos y la importancia de aplicar los principios morales a casos particulares.
La enseñanza social de la Iglesia ha estado presente a lo largo de la historia de la Iglesia con los principios morales enseñados, en primer lugar, por Jesucristo, después por los Apóstoles y, luego por el Magisterio de la Iglesia.
Virtudes morales o cardinales. Sintetizan las virtudes humanas. Versión actualizada de la prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Son más de 80 transparencias.
La enseñanza social de la Iglesia ha estado presente a lo largo de la historia de la Iglesia con los principios morales enseñados, en primer lugar, por Jesucristo, después por los Apóstoles y, luego por el Magisterio de la Iglesia.
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2. Las cuatro virtudes clásicas son:
1. Prudencia
2. Justicia
3. Fortaleza
4. Templanza
3. Las virtudes cardinales desempeñan un papel
fundamental. Por eso se les llama «cardinales»; todas
las demás virtudes se agrupan en torno a ellas. Son
la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza
(cfr. CEC n. 1805).
5. • Es la virtud que dispone la razón práctica a
discernir en toda circunstancia nuestro verdadero
bien y a elegir los medios rectos para realizarlo.
• «El hombre cauto medita sus pasos» (Proverbios,
14,15).
• La prudencia aplica sin error los principios morales
a los casos particulares (cfr. CEC, n. 1806).
6. La prudencia es discernir
Es la virtud que dirige
nuestro entendimiento
para discernir e imperar
en cada uno de nuestros
actos lo que es bueno y
nos dirige al fin último.
Viene de procul videns,
el que ve de lejos.
7. • Discernir es hacer un juicio por el que percibimos
la diferencia que existe entre varias cosas. Implica
tener «criterio», es decir, unos principios.
• Las personas de «discernimiento amplio» guardan
silencio cuando deben.
8. El «criterio»
El «criterio supone
madurez, firmeza de
convicciones,
conocimiento
suficiente de la
doctrina, delicadeza
de espíritu,
educación de la
voluntad.
El criterio cristiano
es una sabiduría del
corazón (Amigos de
Dios, n. 87) permite
«discernir cuál es la
voluntad de Dios»
(Rom 12,2) y
aplicar los principios
morales a las
situaciones
particulares.
9. Un pordiosero vino a mí y me
dijo: Madre Teresa todo el mundo
te da algo y yo también quiero
dártelo, pero hoy en todo el día
sólo recogí esto, diez peniques.
Quiero dártelo también. Entonces
me dije a mi misma: Si lo tomo
puede que se tenga que ir a la
cama sin comer, pero si no lo
hago, le haré daño. Lo cogí, y
jamás he visto a nadie con tanta
alegría como la que vi en la cara
de aquel hombre, que también
podía darle algo a alguien.
Ése es el placer del amor.
10. Santo Tomás de Aquino
Señala tres actos de la
prudencia:
• Pedir consejo
• Juzgar rectamente
• Decidir
11. Prudencia, Auriga virtutum
Conductora de todos los hábitos buenos indicándoles
regla y medida. La prudencia guía el juicio de la
conciencia (cfr. CEC n. 1806). Para Santo Tomás la
bondad de la virtud moral está en seguir el orden de la
razón.
13. Es una virtud intelectual, práctica
Su misión es dirigir
nuestra conducta
adecuándola a la
verdad. La buena
voluntad no es
suficiente. La luz que
orienta a las otras tres
virtudes cardinales es
la prudencia. Sin ella
no hay virtud moral.
14. No puede darse la prudencia perfecta si no se dan al
mismo tiempo las disposiciones de fe, amor, justicia,
fortaleza y templanza.
15. • LA PRUDENCIA es la
virtud de actuar de forma
justa, adecuada y con
cautela,
• Se entiende como la virtud
de comunicarse con los
demás por medio de un
lenguaje claro, literal,
cauteloso y adecuado,
• así como actuar respetando
los sentimientos, la vida y
las libertades de las demás
personas.
• Es el significado de actuar
con precaución para evitar
posibles daños.
16. Hijas, sed prudentes en las conversaciones para no
herir; prudentes en el trabajo para saber obedecer y
hacer lo que nos dicen; en el descanso, para no
descansar más de lo necesario; en el arreglo, para no
llamar la atención. No querer ser el centro de las
miradas, ya os mira Dios en todo momento.
17. Prudencia, ¿para qué?
• El «para qué» nos lo
señala la caridad,
que la ordena a la
santidad y al
apostolado.
• La verdadera
prudencia es la que
la que permanece
atenta a las
insinuaciones de
Dios.
18. ORDEN
Otro aspecto de la
prudencia es el
«orden interior» en
pensamientos,
intenciones y afectos,
y el «orden exterior»,
en la conducta. El
orden comporta tener
prioridades. El
principio ordenador
de la conducta es el
amor de Dios.
19. La imprudencia se subdivide en tres aspectos
a)La precipitación, que se opone al consejo, obrando
temeraria y precipitadamente, por el solo ímpetu de
la pasión o el capricho.
b)La inconsideración, por la cual se desprecia o
descuida atender a las cosas necesarias para juzgar
rectamente.
c) La inconstancia, que lleva abandonar fácilmente,
por fútiles motivos, los buenos propósitos y
determinaciones dictados por la prudencia.
20. La negligencia va contra la prudencia
La negligencia es la
falta de solicitud en
imperar eficazmente
lo que debe hacerse y
del modo que debe
hacerse.
Ejemplo:
Negligencia médica
22. Pedro y el centurión Cornelio
Pedro dijo: «Ahora caigo en la
cuenta de que Dios no hace
distinción de personas, sino que
acepta al que lo teme y practica
la justicia» (Hechos, 10, 34-38).
Y Pedro accedió a bautizar a
Cornelio y a toda su familia.
23. Es una virtud moral
• Consiste en la constante y firme voluntad de dar a
Dios y al prójimo lo que les es debido.
• El hombre justo, evocado con frecuencia en las
Sagradas Escrituras, se distingue por la rectitud
habitual de sus pensamientos y de su conducta
habitual con el prójimo (cfr. CEC, 1807).
24. JUSTICIA
• La justicia es uno de los pilares de la moral
cristiana. Dice el Evangelio: «Buscad el Reino de
Dios y su justicia…».
• La justicia da a cada uno lo que le es debido.
• La justicia regula las relaciones entre los hombres,
que se deben de tratar como hijos de Dios.
25. • La justicia es una virtud cardinal, es decir,
principal, porque es uno de los ejes principales
alrededor de los cuales gira toda nuestra vida
moral.
• Reside en la voluntad, porque no está en el conocer
sino en el obrar.
• El sentido bíblico del término equivale a santidad o
rectitud en la vida moral.
• La justicia es inseparable de la caridad.
26. FIDELIDAD
Parte de la justicia es la
fidelidad a los
compromisos asumidos:
cumplir los deberes que
se derivan de ellos.
27. JUSTICIA CONMUTATIVA
Es la que se da entre
personas individuales.
Inclina a dar a cada uno
su propio derecho. Es la
que dirige los contratos,
buscando la igualdad
entre lo que se da y lo
que se recibe.
28. JUSTICIA DISTRIBUTIVA
Regula los deberes de
sociedad para con el
individuo. Tiende a la
equitativa distribución
de los bienes o cargas
entre los súbditos,
según sus méritos o
capacidades. Debe ser
ejercitada por la
autoridad con sus
inferiores.
Si no se vive, se da la
acepción de personas.
29. JUSTICIA LEGAL
El hombre necesita de
la sociedad para
salvaguardar sus
derechos, pero también
es deudor a la
colectividad.
Comprende el
cumplimiento de leyes,
pago de impuestos y
servicio militar.
30. Comprende un conjunto de temas:
• Pena de muerte
• Legítima defensa
• Guerra
• Drogas
• Esterilización
• Derechos del hombre:
fama, honor, verdad,
libertad, fidelidad…
• Propiedad, contratos,
restitución, etc.
31. La justicia es la
concepción que cada
época y civilización tiene
acerca del sentido de sus
normas jurídicas. Es un
valor determinado por la
sociedad. Nació de la
necesidad de mantener la
armonía entre sus
integrantes.
Justicia según el Derecho Positivo
32. Originalmente la palabra designó conformidad de un acto con
el Derecho positivo, no con un ideal supremo y abstracto de lo
justo. Este concepto se queda corto.
33. Derecho Natural
• Las leyes se legitiman
por su armonía con el
derecho natural.
• El iusnaturalismo es
todo sistema
filosófico-jurídico
montado sobre la
creencia en un Dios.
Es un derecho fundado
en la naturaleza.
• El hombre tiene una
naturaleza
caracterizada por la
racionalidad. La
naturaleza del hombre
es ser persona. La
persona tiene historia y
tiene «personalidad».
• Hay preceptos
universales como «haz
el bien y evita el mal».
34. Justicia social
Son las exigencias de la
justicia en la
organización entera de
la sociedad,
especialmente
relacionadas con la
distribución de bienes,
y el principio de
igualdad de
oportunidades.
35. • Incluye los problemas
de Derecho del trabajo,
de los seguros
colectivos contra la
adversidad y de las
facilidades para el
acceso a la cultura.
• Abarca problemas
relacionados con las
estructuras económicas.
37. ¿Qué es lo que les falta a
los jóvenes de hoy?
Fortaleza Templanza
38. La Fortaleza es, según el CEC n. 1808,
Es la virtud moral que asegura en las dificultades la
firmeza y la constancia en la búsqueda del bien.
Reafirma la resolución de resistir a las tentaciones y
de superar los obstáculos en la vida moral. Esta virtud
hace capaz de vencer el temor, incluso a la muerte, y
de hacer frente a las pruebas y a las persecuciones.
Jesús dijo: «En el mundo tendréis tribulaciones. Pero
¡ánimo! Yo he vencido al mundo» (Jn 16,33).
39. ¿Qué es la Fortaleza?
Virtud moral que permite conseguir el bien arduo,
a pesar de las dificultades que implica.
40. ¿Cómo ser fuertes?
Lo primero: la conciencia del esfuerzo
Asumir, percatarse, darse cuenta de lo que cuestan las
cosas. Por eso, no hay que darle a los hijos todo fácil.
De la visión sigue la actitud, y de ésta, la acción.
41. La voluntad de querer
No es lo mismo desear
que querer. La
motivación muchas veces
nos lleva a desear
(apetecer), pero querer
requiere un esfuerzo de la
libre voluntad. No es un
movimiento automático.
43. Fuertes para resistir
La Paciencia
• Es soportar molestias, sin perder la calma.
• Transmite serenidad, paz, aceptación, gozo
• Tiene grados: desde la resignación hasta la
identificación con la Voluntad de Dios
44. Afrontar la inclinación al mal
• La fortaleza lleva a afrontar sobre todo la
inclinación al mal, que es la razón última de los
conflictos interiores y entre los hombres.
• La «flojera» es un voluntario abatimiento ante las
dificultades que deja sin ánimo para seguir adelante
en el camino emprendido.
45. Vicios opuestos a la fortaleza:
Por defecto: el temor o
cobardía. Hay un miedo
irracional y desmedido
ante los peligros o
sufrimientos que la
realización del bien lleva
consigo.
Por exceso: la temeridad.
Hay una supresión del
temor, que lleva a riesgos
y peligros
desproporciona-dos, casi
siempre producto de la
soberbia.
46. Vicios opuestos a la paciencia:
Por defecto: la impaciencia. Consiste en dejarse
llevar por la ira, las murmuraciones o
lamentaciones.
Por exceso: la insensibilidad: La dureza de corazón,
falta de humanidad y de acción ante el dolor .
47. Vicios opuestos a la perseverancia:
Por defecto: la inconstancia. Consiste en desistir en
la práctica del bien, ante las dificultades.
Por exceso: la terquedad. Consiste en ser testarudo
y obstinado, no ceder la propia opinión o no abrirse
a posibles equivocaciones.
48. Vicios opuestos a la magnanimidad:
Por defecto: la
pusilanimidad. Consiste
en centrarse en los
problemas y obstáculos,
desconfiando en uno
mismo, con desánimo y
pesimismo.
Por exceso: la presunción
y la ambición. Busca
cargos o tareas para las
que no se es apto; o
realizar grandes obras con
falta de rectitud de
intención.
49. Vicios opuestos a la magnificencia:
Por defecto: la
tacañería. Hay
mezquindad, o se mide
con excesivo cálculo el
esfuerzo.
Por exceso: el despilfarro.
Hacer gastos innecesarios
y ostentosos que pueden
desproteger otras
obligaciones.
50. Fortaleza sobrenatural
Necesitamos la ayuda
divina para superar los
obstáculos. Para eso se
cuenta con la gracia de
Dios. La gracia de la
fortaleza es ayuda de
Dios que nos permite
alcanzar la meta deseada.
Toda fortaleza es
prestada.
51. Fortaleza es lealtad
Básicamente todos nos
regimos por una de estas
tres leyes (o motivos):
• La ley del Gusto.
• La ley del Deber.
• La ley del Amor.
53. Ejemplo de Fortaleza
En 1975 Nguyen Van Thuán fue
nombrado obispo de Ho Chi Ming
(Saigón), pero el gobierno comunista
definió su nombramiento como un
complot y tres meses después lo
encarceló. Estuvo 13 años preso, 9 de
ellos los pasó en régimen de
aislamiento. Vivía en una celda sin
ventanas. Cuando todo faltaba, la
Eucaristía estuvo en la cumbre de su
pensamiento. Le traían vino en un
letrero que decía “medicina para el
estómago”. Ponía tres gotitas de vino
y una de agua en la palma de la
mano, tenía un poco de pan y
consagraba. Era la medicina del
alma.
55. Templanza
La templanza es la virtud
moral que regula la
atracción por los placeres,
y procura el equilibrio en
el uso y disfrute de los
bienes creados. Asegura el
dominio de la voluntad
sobre los instintos y
mantiene los deseos en los
límites de la solidaridad
(Cfr. CEC n.1809).
56. Dice San Agustín
Nada hay como amar a Dios con todo el corazón, con
toda el alma y con toda la mente, (…) lo cual preserva
de la corrupción y de a la impureza del amor, que es
lo propio de la templanza.
57. Mesura
• Templanza significa
mesura en el porte o en
las acciones, dominio y
libertad en el obrar,
sujetando las pasiones
a la razón.
• Es señorío, armonía
interior, dominio de la
concupiscencia.
58. Moderación
Se dice que la
templanza es la
moderación de los
placeres de los sentidos,
que constituye una de
las virtudes cardinales
y se refiere
principalmente a no
cometer excesos
aplicando la
moderación y la
continencia.
59. La palabra templanza
proviene del latín
¨templar¨ ¨templo¨. Los
griegos edificaban sus
templos o lugares
sagrados en las partes
más altas de las montañas
porque les permitía tener
una visión completa del
paisaje y contemplar lo
que sucedía.
60. Ejemplo: En Japón
Los grandes guerreros
templan sus espadas
sometiéndolas más de
quinientas veces al
cambio de un rojo
incandescente
provocado por el fuego
para después
sumergirla en una
vasija de agua helada.
61. Cada acto en nuestra vida puede ser una prueba de
templanza , nuestra personalidad es como una espada
que esta siendo templada por el fuego y el hielo de la
vida hasta encontrar el punto del justo equilibrio en el
que el filo de nuestro espíritu sea uno solo e
indivisible.
62. • Templar el alma es
acumular la luz y la fuerza
interior que nos proporciona
los atuendos para encontrar
al amor verdadero.
• La templanza nos da el
dominio de uno mismo para
poder amar.
63. • Es la virtud moral que regula la
atracción por los placeres, y
procura el equilibrio en el uso y
disfrute de los bienes creados.
• Asegura el dominio de la
voluntad sobre los instintos y
mantiene los deseos en los límites
de la honestidad.
• Se considera un punto medio
entre dos extremos viciosos, en
este caso la insensibilidad y la
intemperancia (abuso,
desenfreno).
64. El CEC describe la función de la
templanza con los verbos;
moderar, procurar, mantener,
asegurar, orientar, guardar. Es una
riqueza de vocablos que con
matices diversos señala que la
templanza es una virtud orientada
al bien y señorío de uno mismo.
Es propio de toda virtud
perfeccionar la libertad. En el
caso de la templanza ese señorío
se realiza ordenando sus
inclinaciones hacia el bien en el
uso de los bienes creados.
65. Templanza
La tendencia natural
hacia el placer sensible
que se observa en la
comida, la bebida y el
deleite sexual es en sí
bueno… PERO corren el
peligro de desordenarse y
convertirse en energías
destructoras.
66. TEMPLANZA Y ARMONÍA INTERIOR
La palabra ―moderación o sobriedad ― alude
siempre a una actitud de señorío y dominio frente a
los bienes creados. Pero no porque éstos sean malos
o porque lo sean las inclinaciones o la atracción que el
hombre sienta hacia ellos. El hombre ha de usar de
ellos moderadamente a fin de no dejarse arrastrar,
porque, siendo buenos, puede poner en ellos, de tal
manera el corazón que se entregue a ellos, sin tener en
cuenta su condición de hijo de Dios. La templanza
mira al hombre mismo y al orden en su interior.
67. Se trata ciertamente de
no dejarse arrastrar por el
afán de poseer, ni
dominar por las cosas,
particularmente por las
que pueden ejercer una
atracción más fuerte
sobre la naturaleza
humana, como el poder.
68. Castidad
• La castidad asigna a la sexualidad su puesto dentro
de la unidad espiritual y corporal de la persona,
para que cumpla su función en orden al fin de amor
a Dios y a los demás, en el estado propio de cada
uno.
• Para tener más información pueden ver este blog
http://amorynoviazgo.wordpress.com/
69. PARA EL HOMBRE
Herido por el pecado no es fácil guardar el equilibrio
moral. El don de la salvación por Cristo nos otorga la
gracia necesaria para perseverar en la búsqueda de las
virtudes. Cada cual debe pedir siempre esta gracia de
luz y de fortaleza, recurrir a los sacramentos, cooperar
con el Espíritu Santo, seguir sus invitaciones a amar
el bien y guardarse del mal (CEC, n. 1811).
Notas del editor
Estas virtudes eventualmente fueron incorporadas a distintas religiones
.Disponen todas las potencias del ser humano para armonizarse con el amor divino. son purificadas y elevadas por la gracia divina