SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 9
Descargar para leer sin conexión
24 Rev ROL Enferm 2018; 41(5): 344 De Llanos Peña F. La vejez como valor. Rev ROL Enferm 2018; 41(5): 344-350
XXXLXI Jornada “Prevención Malos Tratos y abusos a Personas
Mayores”, en Madrid
Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España, Mayores UDP
Página web www.mayoresudp.org
Información del programa de sensibilización
Facebook de las Jornadas: @MayoresSINabusos
Twitter: @MayoresUDP
Linkedin: Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España
geriatría
Lavejezcomovalor
ROL Mayo 25
FRANCISCO DE LLANOS PEÑA. Doctor por la
Universidad de Sevilla. Profesor titular de
Universidad. Departamento de Enfermería.
Universidad de Sevilla.
Coordinador de la sección
SALVADOR POSTIGO MOTA: Diplomado, licenciado y
graduado en Enfermería. Doctor por la Universidad
de Sevilla. Máster en Gerontología Social Aplicada
(Universidad de Barcelona). Profesor de Enfermería
del Envejecimiento (Universidad de Extremadura).
Correo e.: info@salvadorpostigo.com
Resumen
Difuminar la diferencia entre «ser valioso» referido a la dig-
nidad humana y «ser valioso» referido a la utilidad suele ser
fruto de criterios libremercadistas e individualistas cuando se
trata de la vejez de las personas. Los profesionales de la salud,
por el contrario, estamos llamados a promover una cultura de
la vejez en la que esta se reconozca efectivamente como un
valor decisivo, no solo del ciclo vital, sino del proceso humani-
zador de la persona y de la sociedad en su conjunto.
Por ello, a través de los conceptos «valor», «vidahumana»,
«proceso de envejecimiento» y «vejez» podemos descubrir
que en la última etapa de nuestra vida emerge una nueva
identidad en la que el ser humano puede integrar el tiempo
que le quede de vida en una concepción amplia de sentido.
El perfil de tal identidad vendrá dado, entre otros elemen-
tos, por la capacidad de la persona mayor para disponer li-
bremente del tiempo, culminar un proyecto vital, fomentar
la vinculación social, cuidar la imagen externa, desarrollar un
potencial de actividad y cultivar la dimensión espiritual.
PALABRAS CLAVE: VALOR DE LA VIDA, ANCIANO, ENVEJECIMIENTO, HU-
MANISMO.
26 Rev ROL Enferm 2018; 41(5): 344 De Llanos Peña F. La vejez como valor. Rev ROL Enferm 2018; 41(5): 344-350
actualización en enfermería del envejecimiento
Introducción
En nuestra sociedad actual comienza a abrirse paso una
mentalidad que sitúa en primer término la utilidad in-
mediata y la productividad del ser humano. Consecuen-
temente, las personas mayores, que llamamos «viejos»,
sonconfrecuenciasubestimados.Yellosmismossesien-
ten inducidos a preguntarse si su vida personal, su exis-
tencia, es todavíaútil.
Sin ánimo de extremar este dato en todos los casos
ni en todos los ámbitos, puede resultarnos ilustrativo re-
cordarelartículodeFletcherySpencer,aparecidohace
añosenlarevistaLancetconeltítulo«Elpacienteincom-
petente y la pendiente deslizante»1
, artículo que com-
pleta, en buena medida, las discusiones en torno a los
diferentes enfoques sobre los ancianos dementes. Entre
otras cosas, afirman sus autores que detrás de muchos
de estos debates se encuentran actitudes con respecto
a la vida y a la muerte, que preparan el camino para la
liquidación de «vidasinútiles».
Juntoa los achaquesfísicosnaturales,la vejezha sido
considerada generalmente como una época privilegiada
de la sabiduría por ser esta fruto de la experiencia. In-
clusoenmuchospaísesdeÁfricasellegaadecirque«la
muerte de un viejo es como una biblioteca que se que-
Siaceptamoslaideade
que hay vidas «sin valor»
reducimos el valor de todas las
vidas humanas a algo relativo
OLD AGE AS VALUE
Summary
When it comes to people of old age, reducing the difference bet-
ween«beingvaluable»referredtohumandignityand«beingva-
luable»referredtoutility,isoftentheresultoffree-marketandin-
dividualistthought.However,healthcareprofessionalsarecalled
upon to promote a culture in which old age is effectively recog-
nized as adecisive value, notonlywithin the life cycle, butwithin
the humanizing process of persons and society as a whole.
Workingthroughtheconceptsofvalue,humanlife,theaging
process and old age we can discover that in the last stage of our
life, a new identity emerges in which the human being can inte-
grate the remaining lifetime into a broader concept, full ofsense
and meaning.
Such an identity profile will be given, among other elements,
throughtheabilityoftheelderly persontofreelydisposeoftime,
culminate a vital project, promote social bonding, take care of
the external image, develop an activity potential and cultivate
the spiritualdimension.
KEYWORDS: VALUE OF LIFE, AGED, HUMANISMO, HEALTHY AGING.
ma». Sin embargo, el debut social de una mentalidad
liquidadora de vidas humanas inútiles viene preparado
por unas ideas determinadas sobre el valor de la vida
humana y de la persona. Por ejemplo, llegan a formu-
larse consideraciones como estas: «Lo que necesitamos,
entonces,noesunadefinicióndemuerte,sinounindi-
cador de cuándo es correcto decir que la personalidad
se ha perdido»; y también: «La personalidad […] impli-
ca la capacidad de querer existir y el tipo de autocon-
ciencia que hace posible la posesión de tal deseo […].
Unavezsepierde,elserhadejadodeserunapersonay,
entonces, aun cuando su cuerpo está todavía vivo técni-
camentehablando,haperdidosuimportanciamoraly
puedeo ser muerto,o dejarlemorir,oconservarle vivo,
aelección»2
.Dehechoseestánproduciendodiferentes
tipos de «muerte compasiva»enaquellas personas que
han perdido su utilidad social, sea a causa del deterioro
mental, de cualquier enfermedad crónica o a causa sen-
cillamente de lavejez.
En el fondo de muchos debates en torno a temas
asistenciales de enfermos crónicos e incluso de perso-
nas mayores se está poniendo de manifiesto hoy día una
pendiente deslizante en el pensar, es decir, «una manera
peculiar de pensar sobre la humanidad». Unas vidas que
antes se pensaban que eran innegablemente humanas,
ahora son puestasen duda.Y si aceptamosla idea deque
estasvidaslleganaser«sinvalor»,reducimoselvalorde
todaslasvidashumanasaalgorelativoydividimoslahu-
manidadenquienesvalenmásyquienesvalenmenos.
Sabemos que la sociedad actual suele valorar más a
laspersonasquetienenéxito,alosquesemuestranfe-
lices y a los que son jóvenes. Y, al hacerlo, difumina la
diferencia decisiva que hay entre ser valioso referido a la
dignidad humana y ser valioso en el sentido de la utili-
dad. Tal consideración negativa referida a la vejez de las
personas, aparte de otras grandes causas, suele ser fru-
to de los criterios libremercadistas e individualistas que
dominan en nuestra sociedad y de la filosofía del lifting
que la impregna. Por ello, es importante que quienes
asumimosresponsabilidadesen el mundodelaatención
a las personas mayores nos adentremos en la experien-
cia del envejecimiento y seamos capaces de recuperar la
perspectiva que nos permita descubrir el valor de la vida
de estas personas en la decisiva etapa de la vejez.
Estamos llamados a promover una cultura de la vejez
en la que esta, en el mejor de los casos, no se relegue a
los criterios del cuidado marginal, sino una cultura en la
que la vejez se reconozca efectivamente como un valor
decisivo, no solo del ciclo vital sino del proceso huma-
nizador de la persona y de la sociedad en su conjunto.
Por ello, nuestro propósito de ahora es reflexionar so-
bre la experiencia de la vejez como un valor humano,
pues entendemos que el fenómeno del envejecer bien
culmina de sentido la vida de las personas, la vida del
ser humano.
actualización en enfermería del envejecimiento
26 Rev ROL Enferm 2018; 41(5): 346
Valor y vejez
El término «valor», procedente del latino valere y que se
traduce como «ser fuerte», «tener salud», «valer», ha te-
nido múltiples significados y acepciones a lo largo del
tiempo, pero es a mediados del siglo XIX cuando surge la
axiología como una corriente de pensamiento según la
cual la reflexión humana debe partir de los datos inme-
diatos de la experiencia en toda su integridad, los cuales
no son solo datos sensibles, datos racionales y cognosci-
tivos, sino también datos afectivos, estéticos y valorativos.
Nosotros, efectivamente, nos enfrentamos a la realidad
no solo de una manera racional o contemplativa; noso-
tros no solo vemos la realidad, sino que también la valo-
ramos, la estimamos y sentimos las cosas como bellas o
feas, como buenas o malas, como agradables o penosas.
Nuestra vida está determinada generalmente por la
valoración, pues las cosas no son meros hechos empíri-
cos, verificables y comprobables, sino que además son
susceptibles de interés, de estima o valoración. Los valo-
res no se ven con los ojos como se ven los colores, ni si-
quiera se entienden como los números o los conceptos.
La belleza de una estatua, por ejemplo, o la justicia de
un acto, o la gracilidad del perfil de una persona, etc.,
no son cosas que quepa entender o no entender; solo
cabe «sentirlas», o mejor, «estimarlas» o «no estimarlas».
Ahora bien, los valores, ¿tienen objetividad o son meras
preferencias individuales? Decía Ortega que los valores
no existen, sino como sujetos dotados de la facultad esti-
mativa. Por lo tanto, el valor no depende solo de la que-
rencia individual, sino que tienen su propia estimación
y dignidad3
.
Hay valores, es decir, cualidades de los seres, de las
cosas, de las personas, de las acciones, de las relaciones
humanas o de las instituciones que nos resultan atracti-
vas y que nosotros podemos incorporar a nuestra propia
vidapersonalysocial.Ellonospermiteacondicionarel
mundo y hacerlo habitable. En este sentido, los valores
despliegan una fuerza moral extraordinaria, puesse
constituyen en normas morales de comportamiento: son
los valores morales. Así, por ejemplo, el valor primordial
en que coincidimos la inmensa mayoría de las personas
eslavida,entendidaestanosolocomohechoempírico–
vivir sin más–, sino la vida, oel valorde la vida, en cuanto
«digna de ser vivida».
Elvalordelavidahumanaradica,porlotanto,ensu
dignidad,es decir,es un valor supremo que no es equi-
valenteanada,queestáporencimadetodo.Yenlame-
dida que estimemos así la vida,dotándola de supremo
valor,esteseconvierteparanosotrosencriteriosupre-
mo de moralidad, de conducta, y así lo expresamos en
el principio o norma moral suprema del «no matarás»,
exigente para cualquier ser humano, sin tener que recu-
rrir para ello a la voluntad de Dios –fuente de obligato-
riedad para los creyentes–, ni tampoco a la legislación de
un país determinado –válida para los ciudadanos de ese
país–,sinoquevaleyesexigenteparacualquierpersona.
El valor supremo «vida humana» implica no solo la
realidad empírica que tiene lugar en las distintas etapas
desuprocesohistórico,sinotambiéntodaslasformas
en que dicho valor (la vida humana) va expresándose en
todos los seres humanos en general y en cada uno de los
seres humanos en particular. En consecuencia, la etapa
histórica dela vejez,en la cual seexpresatambiénla vida
de todos los seres humanos y de cualquier ser humano,
es un valor.
La cuestión está en saber cómo es ese valor «vejez»,
en qué consiste, qué significación tiene en el contexto
de la vida cada persona, incluidos nosotros mismos y,en
segundo lugar, saber cómo ese valor de la vejez se consti-
tuye para todos nosotros, en especial para quienes hace-
mosdeestaetapadelavida elcentrodenuestrointerés
profesional,enfundamentoorazónmoraldeconducta
y convivencia social.
Teniendo en cuenta la especificidad de nuestra re-
flexión, no corresponde hacer ahora descripciones em-
píricas, ni ofrecer resultados de determinados estudios
de campo sobre el envejecimiento. Ni siquiera vamos
a ofrecer pautas de comportamiento respecto al mejor
cuidado de los ancianos, que es lo que generalmente
buscamos quienes pretendemos ayudar a que nuestros
mayores gocen de una mejor asistencia en materia de
salud. Con el término «vejez» nos referimos aquí a la
consideracióndelavejezcomounestadodelavida,yal
hecho del envejecimiento como proceso, aspectos que
son a la vez biología y biografía de las personas.
La experiencia de envejecer
Somos conscientes de que la experiencia del envejeci-
miento en las personas conlleva, por naturaleza, un
proceso de involución física y que, a diferencia de lo
que suele suceder en una enfermedad determinada,el
proceso de envejecimiento no suele acompañarse de
sensaciones específicas. Ahora bien, sucede que hay un
momento, generalmente tarde, en que tomamos con-
cienciadelasprofundasmodificacionesque seprodu-
cen en nosotros, y nos vamos sintiendo más extraños,
sin dejar por ello de ser nosotros mismos. Comprobamos
también que muchas personas viven este proceso, desde
el punto de vista físico, como una experiencia irrepa-
rable y fatal, donde el grado de hostilidad de las cosas
aumenta. Así, por ejemplo, es más difícil subir las esca-
leras, se tarda más en recorrer ciertas distancias, es más
peligroso cruzar la calle y más pesado llevar paquetes.
El mundo aparece lleno de obstáculos y amenazas para
estas personas.
Paralelamente, desde el punto de vista psíquico,
muchas de estas personas se engañan a sí mismas al
no aceptar o aceptar tarde lo que les ocurre. Surge en
ellos incluso el «síndrome de la negación de la vejez»,
un síndrome que suele perturbar y destruir no solo la
geriatría
ROL Mayo 27
propia vida, sino también la convivencia con los demás.
Aparecen como elementos típicos de este síndrome la
apatía, tristeza, falta de interés intelectual, indolencia,
ambición, vanidad, indiferencia afectiva, pérdida de no-
ción de la realidad, hastío, rebeldía, egocentrismo, hos-
tilidad, tiranía con el entorno.
Tal experiencia del envejecimiento comienza a hacer-
se presente también en el sentimiento de la resignación
y en un ciertomiedo.
Para muchos, incluso, la vejez se vuelve como un naufragio:
porque viven más tiempo del que esperaron vivir, porque han
perdido su anclaje en la familia y el trabajo, y porque perciben
su existencia como hundida en el aburrimiento y en nimiedades
[…]. Y no es solo su barquito el que naufraga, sino que es todo
el género humano el que va a la deriva, sin divisar su destino4
.
que las personas que envejecen tampoco encuentran
habitable el pasado y, por ello, nada queda en ellos de
gustopor la vida. Comienzan a sentirse aburridos.
Nada es más insoportable para el hombre que vivir sin pasio-
nes, sin actividades, sin distracciones, sin trabajo. Es, enton-
ces, cuando siente toda su insignificancia, su abandono, su
insatisfacción, su impotencia, su vacío. Y así, del fondo de su
alma surgirán el aburrimiento y la melancolía, la tristeza, la
preocupación, el fastidio, la desesperación5
.
Y es que estas personas mayores no descubren –tam-
poco nosotros les hacemos tomar conciencia– que la
vidaahoralesconcedeunnuevotiempoyunnuevoes-
pacio para tomar decisiones en libertad y culminar su
propia historia.
«La muerte de un viejo es como una biblioteca que se quema»
es un dicho común en muchos países africanos
Haymotivos,efectivamente,porlosquelavejeznose
acepta como una etapa valiosa de la vida, ya que las mis-
maspersonasmayoresnotansuspérdidaseneldescenso
de sus ingresos económicos, en el menor poder adquisi-
tivo,pérdidasen el nivel físico,en lasrelacionesafectivas
y, además, experimentan la pérdida del reconocimiento
socialquelosdemásteníandeellos.Estoesrealydicha
desvalorización de la vejez aumenta sobre todocuando
comparamosesta etapa dela vida con la juventud,con la
adolescencia o con la madurez misma.
Ahora bien, consideramos que la raíz de fondo de
esta «negación» de la realidad del envejecimiento por
parte de muchas personas mayores está en que su exis-
tencia les exige buscar y encontrar el lugar justo entre el
pasadoy el futuro en esta etapa de su vida y,desde ese
«lugarjusto»,intentarcadacualdesarrollarsusoberanía
sobre el tiempo y seguir creciendo en su ser personal
más allá de la edad. Y aquí es donde podemos comenzar
adescubrirlavejezcomovalorenlavidadelaspersonas.
Sucedequeenlaconcienciadelapersonamayorco-
mienza a predominar el tiempo final: el futuro se hace
irrealy,ala vistadel final delfuturo,lascosas dejan de
ser significantes y todo deja de tener interés. Se rompen
las relaciones y la persona que envejece se vuelve hura-
ñaycomenzamosaenterrarnosenunaciertaamargura.
Nada está bien, nada nos alegra. Sucede, además, que la
persona mayor se tiene a sí misma por superflua.
Yunavezqueelpresenteyelfuturoquedanexpulsa-
dos de su conciencia y desuestima, el pasado se convier-
te para ellos en un lugar de evasión. El pasado es el lugar
desusgrandeshazañas,desuslogros,desusignificación
en el mundo, en el imperio del orden, del respeto a los
mayores, y se idealiza esepasado. Hay casos, incluso, en
Envejecimiento y proyecto vital
Elgranindicador de lacalidadde vida delas personas,
en el cual convergen los demás indicadores de calidad
que podamos sugerir, es aquel que mide la realización
del proyecto vital de cada individuo como satisfactorio
paraélyparalacomunidad.Entalsentido,elproyecto
quepuederesultarmássatisfactorioenlavidadelasper-
sonas no es otro que el de la humanización.
Entendemos aquí por humanización el procesoque
incide en todos los ámbitos donde está presente el ser
humanoyenelqueactivamospasardeunascondicio-
nes de vida menos humanas a unas condiciones de vida
más humanas6
. Serían condiciones de vida menos hu-
manaslascarenciasmaterialesdelosqueestánprivados
del mínimo vital; las carencias morales de los que están
mutiladosporelegoísmo;lasestructurasopresoras,que
provienen del abuso del tener o del abusodel poder,
de la explotación de los trabajadores o de las injusticias
de las transacciones. Y serían condiciones devida más
humanas el remontarse de la miseria a la posesión de
lo necesario, la victoria sobre las calamidades sociales,
la ampliación de los conocimientos, la adquisición de la
cultura,elaumentoenlaconsideracióndeladignidad
de los demás, la orientación hacia el espíritu de pobreza,
la cooperación en el bien común, la voluntad de paz y
el reconocimiento de los valores supremos del hombre.
Como consecuencia, en el caso que nos ocupa de
la consideración de la vejez como valor, desarrollar el
procesodehumanización noconllevalanegacióndela
vejez sino la aceptación del proceso de envejecimiento
como otra etapa más de nuestra vida.Aceptar nuestra
vejez significa, entre otras cosas, sentirnos liberados de
la presión del tiempo, sentirnos liberados de determi-
actualización en enfermería del envejecimiento
28 Rev ROL Enferm 2018; 41(5): 348
nadas ocupaciones obligatorias, sentirnos liberados de
lapresióndeloscompromisoscotidianos,sentirnosli-
berados de esa limitación autoimpuesta en el hablar o
en el escribir, sentirnos liberados de la «compulsión a
lacomplacencia»ydelvalorparaejercerlaautocríticay
cuestionar las propias capacidades.
Aceptar nuestra vejez significa aceptar también que
somos vulnerables y, por ello, que somos conformes con
nuestraíndolede mortalidad.Las señales estánahí: el
tiemposeacorta,ladinámicavitalsedebilita,elcírculo
de amistades se estrecha, las seguridades construidas con
tanto esfuerzo se hacen más frágiles; y además, como el
dolor pertenece a las experiencias básicas insustituibles
del ser humano –pues sin dolor nada esencial ocurre
en la vida–, este nos recuerda también la limitación de
nuestraexistencia,echandoportierraalgunasilusiones,
al tiempo que nos hace ver con claridad el verdadero
sentido de nuestraexistencia.
Al aceptar libremente el hecho del envejecimiento
como inicio de nuestro proceso de humanización en la
vejez surge entonces esa distancia interior respecto de la
propiarealidad vital en la cual podemos descubrir que
emerge una nueva identidad. Y en esta nueva identidad
es donde se explicita el valor de la vejez. Nuestra disposi-
ciónaestarenconformidadconnuestrafinitudyabrir-
nos a su dinámica puede resultarnos un buen estímulo
para despertar a lo esencial de la «última etapa» de nues-
tra vida. No es fácil comprender esto, pero se trata de
poner en marcha una serie de actitudes que nos abren
a espacios nuevos, a misiones nuevas y,por lo tanto, a
alcanzar la plenitud como seres humanos.
Nueva identidad en la vejez (conclusiones)
El filósofo J. Habermas entiende que la «identidad del
yo» viene a ser «la capacidad propia de los sujetos (ha-
blantes y obrantes) de permanecer idénticos a sí mis-
mos, incluso en las profundas transformaciones de la
estructura de su personalidad con las que responden a
situaciones contradictorias»7
. En el caso que nos ocupa,
podemos decir que quien envejece ha de integrar toda
su vida, con sus rodeos y caminos equivocados, en una
concepcióndesentidotanampliaytotalizadoraquein-
clusoeltiempodevidaquelequedapuedaformarparte
deella.Porello,eldescubrimientodeesaidentidadcon
unomismoeslaconditiosinequanonparaunaaceptación
satisfactoria del envejecimiento. En tal sentido, de entre
los elementos que integran esta nueva identidad en la
vejez, haciendo que esta resulte valiosa, podemos desta-
car los siguientes:
1. Disponer libremente del tiempo
Si en términos generales el individuo dispone hoy día de
más tiempo libre del que él necesita para el descanso y
las actividades personales y creativas, para muchas perso-
nas que envejecen ese tiempo se condensa en una reali-
dad de gran trascendencia para su vida, pues disponen
de mucho tiempo y está en sus manos el poder hacer con
él un peligroso espacio vacío o un espacio libre lleno de
sentido. Y el tiempo de vida concedido a las personas
queenvejecensolopuedevivenciarsecon«libertadple-
na»de sentidoenlamedida enqueel hombredisponga
efectivamente de ese tiempo y sus disposiciones le con-
duzcanaunaverdaderarealizacióndesuexistencia.
La persona de edad solo alcanza la paz con la existen-
ciayelconsensoconellamismacuandotomaconcien-
cia de las posibilidades que le ofrece cada nueva etapa
delavidaylashacerealidad.Entonces,silasoberanía
del tiempo (es decir, si el vivir por encima del tiempo,
desbordandolamagnitudfísicadelosaños)esunavir-
tud, la persona mayor encuentra la identidad apropiada
cuando, al dar su consentimiento al «ir-hacia-el-final»,
incluye en él todas las formas anteriores de identidad
(historiapersonal,trabajo,vocación,vidafamiliar,entre-
ga, comunidad, servicio, épocas buenas, épocas malas,
todo) y al mismo tiempo las supera en una nueva dimen-
sión.Loanterior noseabandona.Lasrelacionesconel
prójimo siguen proporcionando protección y seguridad.
geriatría
ROL Mayo 29
decir entonces que las personas envejecen no «porque
se están acabando», sino porque están culminando su
proyectovital.Ante una vida amenazada por la disper-
siónyelderrumbe,elserhumanoponeenvalorsuvejez
cuando dice «la última palabra válida» ante su propia
conciencia10
.
3. Fomentar la vinculación social
Otro elemento importante que integra el valor de la
vejez es una vinculación social que sea estimulante. Ya
sabemos que la identidad del ser humano no se agota
enelpropioyo.Elserhumanosolopuedeencontrarsu
propio yo siendo para el otro y desde el otro. Sabemos,
por otra parte, que las relaciones humanas no suelen ser
estables; hay tensiones importantes que las mantienen
en movimiento constante. No obstante, la identidad
propia de la vejez también se constituye básicamente
a partir de la vinculación social. Por ello, en la transi-
ción a la vejez deberíamos examinar con profundidad
el modoenque esta «vinculación social»se presenta en
el individuo: ¿Han quedado en el camino algunas rela-
cionesrotas,cuyasheridasreclamanahoraunaatención
expresa? ¿Podría imprimirse un nuevo ritmo al estrecho
círculo vital, anodino e impersonal, mediante un acerca-
miento sincero a personas cuyo trato sea especialmente
recomendable? ¿La comunidad, qué comunidad? Y aquí
está el valor de la vejez: el modo en que se actualiza la
vinculación social11
.
Nohay prisa por llenar de sentidola etapa de vida nue-
vamente concedida y, sobre todo, no hay agobios porque
solosetratadellenarelpresenteconlibertadyamor8
.
Esexactamenteestemanejosoberanodeltiempode
vida que siempre se nos ha concedido «a plazos» lo que
constituye la auténtica identidad de la vejez, su valor; lo
queleda«supropiorostro,suatmósferaysutempera-
tura propia, sus propias alegrías y sus propias penas»9
.
2. Culminar un proyecto vital
Nuestra existencia semantiene viva graciasa la multipli-
cidad de impulsos y motivos enconstante interacción.
Y en todo ello hemos de poner coto a las tendencias
destructivasy reafirmar,porel contrario,lasqueayudan
a vivir, combinándolas en un amplio proyecto de vida.
Todoslos seres humanos debemos esforzarnos por co-
nocer «con claridad» la situación concreta del mundo
enquenosencontramosyelmomentovitaldecadauno
para poder reconocer la misión que se nos encomienda.
Entonces, cuando un individuo envejece desarrollando
esos cometidos está poniendode manifiestoel valor de
la vejez como culminación de su proyecto vital. Podemos
4. Cuidar la imagen externa
Dado que somos cuerpo y en él expresamos nuestra pro-
pia imagen a los demás (si lo descuidamos se echan a
perder nuestra personalidad y dignidad ante los demás),
podemos afirmar que cultivar la imagen externa es po-
ner en valor la vejez. Cuidar el cuerpo no significa solo
higiene, sino que también significa cuidar la salud, que
noterminaenlapielsinoqueconllevacuidarlaropa,la
vivienda y el entorno cotidiano.
Enlaspersonasqueenvejecennoesinfrecuenteque
se presenten problemas entre la conciencia que ellas tie-
nenconrespectoasusaludoenfermedadyeldiagnós-
ticoreal,asícomotambiénconrespectoalaaceptación
onegacióndelasrecomendacionesmédicas.Porello,y
en lo que se refiere a mantener su identidad propia, es
importante quelas personasen la vejezse sientan vincu-
ladas, apoyadas y aceptadas por la comunidad si ponen
envalorelcultivoapropiadodesuimagenexternay,por
ende, de su propia identidad.
5. Desarrollar un potencial de actividad
Descubrir el valor de la vejez conlleva también desarro-
llar un potencial de actividad que puede resultar de gran
utilidadpara la comunidad.Bien sabemosquelasperso-
nasexistimosyestamos en este mundonopara ser sin
más, sino para desarrollar nuestras posibilidades y rea-
justo» entre el
su soberanía
30 Rev ROL Enferm 2018; 41(5): 350
lizarnos en ellas. Entonces, ¿por qué la persona mayor,
que sabe mejor que nadie cuántas cosas aún quedan por
hacer,nohadeempeñarseenesta«exigenciadelareali-
dad»? Hay que encontrar nuevos caminos para desarro-
llar el potencial de actividad que aún existe en la vejez.
Se trata de quela persona mayor se realice personalmen-
te en una tarea que sea útil para la sociedad.
Elempeñodeestecompromisoparalaacciónnosolo
revaloriza la vejez sino que ayuda esencialmente a vivir-
lacomounaetapadichosa,ayudaaunenvejecimiento
saludable a pesar de las dificultades, sobre todo cuando
se trata de una actividad con sentido. Y una actividad se
considerarazonabley saludableen lavejez cuandolas
personas experimentan en ella un cierto grado de satis-
facción, cuando le aporta sentido a los acontecimientos
desuvida,cuandolasmismaspersonasmayoresvenque
están alcanzando objetivos importantes de su vida y ha-
cen una valoración positiva de la actividad y su disposi-
ción de ánimo es optimista.
perar (oficios, trabajos, responsabilidades, cualidades
físicas, belleza, relaciones, triunfos, reconocimientos
sociales, el futuro). En este sentido, son contundentes
las confesiones de Simone de Beauvoir, cuando al recor-
dar los libros que ha leído, los lugares visitados, el saber
queacumuló,lasexperienciastenidasyhastaelavellano
que, alegre, contempló de muchacha, descubre, llena de
desconcierto, que todo ha sido un engaño, una falsa ilu-
sión, pues de repente, ya no queda nada12
.
El hombre de fe que va envejeciendo no se deja ven-
cer por la añoranza. Si mira al pasado es solo por des-
cubrir la huella de Dios en su historia, pero su vista está
fijaenelfuturo.Enelenvejecimientolafeayudaacom-
prender que nuestra biografía no se pierde; no somos
para la muerte sino para la vida.
Laetapadelavejezpuederesultarentoncesuntiem-
poprivilegiadoparapoderexperimentarlarelaciónque
existe entre fe y salud, entendida esta en todas sus di-
mensiones. Es la etapa en que el cultivo de la dimensión
Quien envejece ha de integrar toda su vida, con sus
rodeosycaminosequivocados,enunaconcepciónde
sentidotanampliaquedécabidaasupresente
Ahora bien, no toda actividad es compatible con la
identidad específica de la vejez, ni toda actividad esti-
mula el valor de la vejez. La acción debe guiarse por
ciertoscriterios:porunaparte,hayqueexcluirunaac-
tividadconstantey ciega,puesacortoplazoconduce a
la frustración y a la resignación, y tampoco volcar, sin
necesidad alguna, todas las fuerzas vitales quequeden
en mantener la competencia de siempre en el cargo asig-
nado en la comunidad; y, por otra parte, hay que dar
preferenciaa actividades queesténlibresen la medida
de lo posible de una obligación de rendimiento, activi-
dades que abran un espacio a la espontaneidad y a la
creatividad,actividadesquesignifiquen trasladarelpeso
de lo funcional y objetivo a lo humano.
Este poner en valor la vejez mediante la actividad que
favorezca una vejez dichosa permite además que cada
persona mayor acepte el desafío de producir su propia
vejezantes de poder morir su propia muerte,y en cada
caso se tendrá que concretar los ámbitos de la actividad
segúncapacidades,carismaointeresesdecadapersona.
6. Cultivar la dimensión espiritual
Singular importancia puede tener en la consideración
de la vejez como valor la dimensión de laespirituali-
dad presente en muchas personas. Bien sabemos que la
persona mayor, en su proceso de envejecimiento, suele
experimentar una latente depresión, tristeza, nostalgia,
algo que es comprensible porque ha tenido que ir des-
prendiéndose de muchas cosas que ya no puede recu-
espiritual puede resultar terapéutico, saludable, pues,
son muchas las personas que sienten la necesidad de
terminar de hacerse, de coronar la conformación de la
propia existencia a partir de sus propios recursos inter-
nos,contodasu cargabiográfica,yabiertasalaacción
del Espíritu enellas.
Bibliografía
1. Fletcher JC, Spencer EM. Incompetent patient on the slippery slope. Lancet.
1995;345:271-2.
2. Fletcher JC, Spencer EM. Incompetent patient on the slippery slope. Lancet.
1995;345: 271-3.
3. Ortega y Gasset J. Introducción a una estimativa. ¿Qué son los valores? Madrid:
Ediciones Encuentro; 2004.
4. Rommerskirch E. Das letzte Kloster. En: Geist und Leben. Marburgo; 1985. p. 125-
34.
5. Pascal B. Pensamientos. 7.ª ed. Madrid: Espasa-Calpe;1940.
6. González-Carvajal L. Humanización y deshumanización en nuestra sociedad. En:
Humanización de la asistencia sanitaria. Madrid: Edice; 1988. pp. 11-38.
7. Habermas J. La ética del discurso y la cuestión de la verdad. Madrid: Paidós Ibé-
rica; 2003.
8. Auer A. Envejecer bien. Barcelona: Herder; 1997. p.169-77.
9. Hesse H. Envejecer y el elogio a la vejez. El Aleph Editores;2011.
10. Auer A. Envejecer bien. Barcelona: Herder; 1997. p.178.
11. Auer A. Envejecer bien. Barcelona: Herder; 1997. p.182-3.
12. Bernárdez A. Transparencia de la vejez y sociedad del espectáculo: pensar a par-
tir de Simone de Beauvoir. Investigaciones Feministas. 2009;0:29-46. Disponible
en: http://eprints.ucm.es/10664/1/beauvoir_vejez.pdf

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

La discapacidad dentro del enfoque de capacidades y funcionamientos de amarty...
La discapacidad dentro del enfoque de capacidades y funcionamientos de amarty...La discapacidad dentro del enfoque de capacidades y funcionamientos de amarty...
La discapacidad dentro del enfoque de capacidades y funcionamientos de amarty...Jorge Pacheco
 
Las Fuerzas Morales José Ingenieros
Las Fuerzas Morales   José IngenierosLas Fuerzas Morales   José Ingenieros
Las Fuerzas Morales José Ingenierosguest8dcd3f
 
Los Madrugadores
Los MadrugadoresLos Madrugadores
Los Madrugadoresjdelgado68
 
Evangelizadores y educadores en cuanto testigos
Evangelizadores y educadores en cuanto testigosEvangelizadores y educadores en cuanto testigos
Evangelizadores y educadores en cuanto testigosYuri Carbajulca
 

La actualidad más candente (12)

La discapacidad dentro del enfoque de capacidades y funcionamientos de amarty...
La discapacidad dentro del enfoque de capacidades y funcionamientos de amarty...La discapacidad dentro del enfoque de capacidades y funcionamientos de amarty...
La discapacidad dentro del enfoque de capacidades y funcionamientos de amarty...
 
Las Fuerzas Morales José Ingenieros
Las Fuerzas Morales   José IngenierosLas Fuerzas Morales   José Ingenieros
Las Fuerzas Morales José Ingenieros
 
Guia salud sexual
Guia salud sexualGuia salud sexual
Guia salud sexual
 
Los Madrugadores
Los MadrugadoresLos Madrugadores
Los Madrugadores
 
El sujeto pos moderno
El sujeto pos moderno El sujeto pos moderno
El sujeto pos moderno
 
Qanil
QanilQanil
Qanil
 
Evangelizadores y educadores en cuanto testigos
Evangelizadores y educadores en cuanto testigosEvangelizadores y educadores en cuanto testigos
Evangelizadores y educadores en cuanto testigos
 
Familia Obrera
Familia ObreraFamilia Obrera
Familia Obrera
 
Revista femenina
Revista femeninaRevista femenina
Revista femenina
 
Eticidad y Juventud
Eticidad y JuventudEticidad y Juventud
Eticidad y Juventud
 
Introduccion a los valores
Introduccion a los valoresIntroduccion a los valores
Introduccion a los valores
 
La cultura de la vida
La cultura de la vidaLa cultura de la vida
La cultura de la vida
 

Similar a VejezValor (20)

1. sentido humano sufr.
1. sentido humano sufr.1. sentido humano sufr.
1. sentido humano sufr.
 
Año de la integración nacional y de la diversidad cultural
Año de la integración nacional y de la diversidad culturalAño de la integración nacional y de la diversidad cultural
Año de la integración nacional y de la diversidad cultural
 
Año de la integración nacional y de la diversidad cultural
Año de la integración nacional y de la diversidad culturalAño de la integración nacional y de la diversidad cultural
Año de la integración nacional y de la diversidad cultural
 
1 valores
1 valores1 valores
1 valores
 
1 valores
1 valores1 valores
1 valores
 
Ensayo
EnsayoEnsayo
Ensayo
 
VALORES-UNIVERSALES.pdf
VALORES-UNIVERSALES.pdfVALORES-UNIVERSALES.pdf
VALORES-UNIVERSALES.pdf
 
Valores universales
Valores universalesValores universales
Valores universales
 
Valores universales
Valores universalesValores universales
Valores universales
 
Valores universales
Valores universalesValores universales
Valores universales
 
Valores%20 universales
Valores%20 universalesValores%20 universales
Valores%20 universales
 
Valores universales
Valores universalesValores universales
Valores universales
 
Valores ecci
Valores ecciValores ecci
Valores ecci
 
Valores ecci
Valores ecciValores ecci
Valores ecci
 
Crisis de los valores
Crisis de los valoresCrisis de los valores
Crisis de los valores
 
Crisis de-valores bl og
Crisis de-valores  bl ogCrisis de-valores  bl og
Crisis de-valores bl og
 
Crisis de-valores bl og
Crisis de-valores  bl ogCrisis de-valores  bl og
Crisis de-valores bl og
 
Crisis de-valores
Crisis de-valoresCrisis de-valores
Crisis de-valores
 
reslova
reslovareslova
reslova
 
Crisis de-valores
Crisis de-valoresCrisis de-valores
Crisis de-valores
 

Más de Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España, MayoresUDP

Más de Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España, MayoresUDP (11)

Atención a personas mayores vulnerables que sufren maltrato | Intervención en...
Atención a personas mayores vulnerables que sufren maltrato | Intervención en...Atención a personas mayores vulnerables que sufren maltrato | Intervención en...
Atención a personas mayores vulnerables que sufren maltrato | Intervención en...
 
PREVENCIÓN DEL MALTRATO EN EL ÁMBITO SOCIOSANITARIO |Pilar Regato Pajares
PREVENCIÓN DEL MALTRATO EN EL ÁMBITO SOCIOSANITARIO |Pilar Regato PajaresPREVENCIÓN DEL MALTRATO EN EL ÁMBITO SOCIOSANITARIO |Pilar Regato Pajares
PREVENCIÓN DEL MALTRATO EN EL ÁMBITO SOCIOSANITARIO |Pilar Regato Pajares
 
Down Madrid | XLI Jornada “Prevención Malos Tratos y abusos a Personas Mayor...
Down Madrid  | XLI Jornada “Prevención Malos Tratos y abusos a Personas Mayor...Down Madrid  | XLI Jornada “Prevención Malos Tratos y abusos a Personas Mayor...
Down Madrid | XLI Jornada “Prevención Malos Tratos y abusos a Personas Mayor...
 
COCEMFE | XLI Jornada “Prevención Malos Tratos y abusos a Personas Mayores”, ...
COCEMFE | XLI Jornada “Prevención Malos Tratos y abusos a Personas Mayores”, ...COCEMFE | XLI Jornada “Prevención Malos Tratos y abusos a Personas Mayores”, ...
COCEMFE | XLI Jornada “Prevención Malos Tratos y abusos a Personas Mayores”, ...
 
Los servicios sociales ante el maltrato a las personas mayores | Yolanda Fern...
Los servicios sociales ante el maltrato a las personas mayores | Yolanda Fern...Los servicios sociales ante el maltrato a las personas mayores | Yolanda Fern...
Los servicios sociales ante el maltrato a las personas mayores | Yolanda Fern...
 
Abordaje integral del maltrato en la ancianidad desde la Atención Primaria | ...
Abordaje integral del maltrato en la ancianidad desde la Atención Primaria | ...Abordaje integral del maltrato en la ancianidad desde la Atención Primaria | ...
Abordaje integral del maltrato en la ancianidad desde la Atención Primaria | ...
 
Maltrato hacia las personas mayores: Detección de la sospecha del maltrato | ...
Maltrato hacia las personas mayores: Detección de la sospecha del maltrato | ...Maltrato hacia las personas mayores: Detección de la sospecha del maltrato | ...
Maltrato hacia las personas mayores: Detección de la sospecha del maltrato | ...
 
Regulación del maltrato a personas mayores en la legislación española” | ENRI...
Regulación del maltrato a personas mayores en la legislación española” | ENRI...Regulación del maltrato a personas mayores en la legislación española” | ENRI...
Regulación del maltrato a personas mayores en la legislación española” | ENRI...
 
Aspectos médico-legales de los malos tratos y abusos a personas mayores | Do...
Aspectos médico-legales de los  malos tratos y abusos a personas mayores | Do...Aspectos médico-legales de los  malos tratos y abusos a personas mayores | Do...
Aspectos médico-legales de los malos tratos y abusos a personas mayores | Do...
 
Discriminación por razón de género y maltrato en la mujer mayor | Ana Valerio
Discriminación por razón de género y maltrato en la mujer mayor | Ana ValerioDiscriminación por razón de género y maltrato en la mujer mayor | Ana Valerio
Discriminación por razón de género y maltrato en la mujer mayor | Ana Valerio
 
Imagen de las personas mayores en medios edadismo mayores_udp
Imagen de las personas mayores en medios edadismo mayores_udpImagen de las personas mayores en medios edadismo mayores_udp
Imagen de las personas mayores en medios edadismo mayores_udp
 

Último

docsity.vpdfs.com_urticaria-y-angioedema-en-pediatria-causas-mecanismos-y-dia...
docsity.vpdfs.com_urticaria-y-angioedema-en-pediatria-causas-mecanismos-y-dia...docsity.vpdfs.com_urticaria-y-angioedema-en-pediatria-causas-mecanismos-y-dia...
docsity.vpdfs.com_urticaria-y-angioedema-en-pediatria-causas-mecanismos-y-dia...MariaEspinoza601814
 
Clase 12 Artrología de Columna y Torax 2024.pdf
Clase 12 Artrología de Columna y Torax 2024.pdfClase 12 Artrología de Columna y Torax 2024.pdf
Clase 12 Artrología de Columna y Torax 2024.pdfgarrotamara01
 
mapa-conceptual-del-sistema-endocrino-4-2.pptx
mapa-conceptual-del-sistema-endocrino-4-2.pptxmapa-conceptual-del-sistema-endocrino-4-2.pptx
mapa-conceptual-del-sistema-endocrino-4-2.pptxDanielPedrozaHernand
 
Se sustituye manual tarifario 2023 Manual Tarifario 2024.pdf
Se sustituye manual tarifario 2023 Manual Tarifario 2024.pdfSe sustituye manual tarifario 2023 Manual Tarifario 2024.pdf
Se sustituye manual tarifario 2023 Manual Tarifario 2024.pdfangela604239
 
HERENCIA LIGADA A LOS CROMOSOMAS SEXUALES....pptx
HERENCIA LIGADA A LOS CROMOSOMAS SEXUALES....pptxHERENCIA LIGADA A LOS CROMOSOMAS SEXUALES....pptx
HERENCIA LIGADA A LOS CROMOSOMAS SEXUALES....pptxAndreaSoto281274
 
PPT HIS PROMSA - PANAS-MINSA DEL 2024.pptx
PPT HIS PROMSA - PANAS-MINSA DEL 2024.pptxPPT HIS PROMSA - PANAS-MINSA DEL 2024.pptx
PPT HIS PROMSA - PANAS-MINSA DEL 2024.pptxOrlandoApazagomez1
 
Torax normal-Oscar 2024- principios físicos del rx de torax
Torax normal-Oscar 2024- principios físicos del rx de toraxTorax normal-Oscar 2024- principios físicos del rx de torax
Torax normal-Oscar 2024- principios físicos del rx de toraxWillianEduardoMascar
 
Hiperleucocitosis y leucostasis medicina interna
Hiperleucocitosis y leucostasis medicina internaHiperleucocitosis y leucostasis medicina interna
Hiperleucocitosis y leucostasis medicina internafercont
 
urgencia y emergencia. Diferencias y ejemplos
urgencia y emergencia. Diferencias y ejemplosurgencia y emergencia. Diferencias y ejemplos
urgencia y emergencia. Diferencias y ejemploscosentinojorgea
 
Claves Obstétricas roja, azul y amarilla
Claves Obstétricas roja, azul y amarillaClaves Obstétricas roja, azul y amarilla
Claves Obstétricas roja, azul y amarillasarahimena4
 
(2024-25-04) Epilepsia, manejo el urgencias (ptt).pptx
(2024-25-04) Epilepsia, manejo el urgencias (ptt).pptx(2024-25-04) Epilepsia, manejo el urgencias (ptt).pptx
(2024-25-04) Epilepsia, manejo el urgencias (ptt).pptxUDMAFyC SECTOR ZARAGOZA II
 
Lesiones en el pie--Traumatología...pptx
Lesiones en el pie--Traumatología...pptxLesiones en el pie--Traumatología...pptx
Lesiones en el pie--Traumatología...pptx Estefa RM9
 
la CELULA. caracteristicas, funciones, i
la CELULA. caracteristicas, funciones, ila CELULA. caracteristicas, funciones, i
la CELULA. caracteristicas, funciones, iBACAURBINAErwinarnol
 
equipos e insumos para la administracion de biologicos
equipos e insumos para la administracion de biologicosequipos e insumos para la administracion de biologicos
equipos e insumos para la administracion de biologicosmafaldoachonga
 
Aparato digestivo (irrigación, internación, anatomía)
Aparato digestivo (irrigación, internación, anatomía)Aparato digestivo (irrigación, internación, anatomía)
Aparato digestivo (irrigación, internación, anatomía)Majo472137
 
Dia mundial de la seguridad y salud en el trabajo
Dia mundial de la seguridad y salud en el trabajoDia mundial de la seguridad y salud en el trabajo
Dia mundial de la seguridad y salud en el trabajoSegundoJuniorMatiasS
 
HERNIA UMBILICAL con o sin signos de complicacion.pdf
HERNIA UMBILICAL con o sin signos de complicacion.pdfHERNIA UMBILICAL con o sin signos de complicacion.pdf
HERNIA UMBILICAL con o sin signos de complicacion.pdfFQCrisp
 
(2024-04-17) DIABETESMELLITUSYENFERMEDADPERIODONTAL (ppt).pdf
(2024-04-17) DIABETESMELLITUSYENFERMEDADPERIODONTAL (ppt).pdf(2024-04-17) DIABETESMELLITUSYENFERMEDADPERIODONTAL (ppt).pdf
(2024-04-17) DIABETESMELLITUSYENFERMEDADPERIODONTAL (ppt).pdfUDMAFyC SECTOR ZARAGOZA II
 
Clase 14 Articulacion del Codo y Muñeca 2024.pdf
Clase 14 Articulacion del Codo y Muñeca 2024.pdfClase 14 Articulacion del Codo y Muñeca 2024.pdf
Clase 14 Articulacion del Codo y Muñeca 2024.pdfgarrotamara01
 

Último (20)

docsity.vpdfs.com_urticaria-y-angioedema-en-pediatria-causas-mecanismos-y-dia...
docsity.vpdfs.com_urticaria-y-angioedema-en-pediatria-causas-mecanismos-y-dia...docsity.vpdfs.com_urticaria-y-angioedema-en-pediatria-causas-mecanismos-y-dia...
docsity.vpdfs.com_urticaria-y-angioedema-en-pediatria-causas-mecanismos-y-dia...
 
Clase 12 Artrología de Columna y Torax 2024.pdf
Clase 12 Artrología de Columna y Torax 2024.pdfClase 12 Artrología de Columna y Torax 2024.pdf
Clase 12 Artrología de Columna y Torax 2024.pdf
 
mapa-conceptual-del-sistema-endocrino-4-2.pptx
mapa-conceptual-del-sistema-endocrino-4-2.pptxmapa-conceptual-del-sistema-endocrino-4-2.pptx
mapa-conceptual-del-sistema-endocrino-4-2.pptx
 
Se sustituye manual tarifario 2023 Manual Tarifario 2024.pdf
Se sustituye manual tarifario 2023 Manual Tarifario 2024.pdfSe sustituye manual tarifario 2023 Manual Tarifario 2024.pdf
Se sustituye manual tarifario 2023 Manual Tarifario 2024.pdf
 
HERENCIA LIGADA A LOS CROMOSOMAS SEXUALES....pptx
HERENCIA LIGADA A LOS CROMOSOMAS SEXUALES....pptxHERENCIA LIGADA A LOS CROMOSOMAS SEXUALES....pptx
HERENCIA LIGADA A LOS CROMOSOMAS SEXUALES....pptx
 
PPT HIS PROMSA - PANAS-MINSA DEL 2024.pptx
PPT HIS PROMSA - PANAS-MINSA DEL 2024.pptxPPT HIS PROMSA - PANAS-MINSA DEL 2024.pptx
PPT HIS PROMSA - PANAS-MINSA DEL 2024.pptx
 
Torax normal-Oscar 2024- principios físicos del rx de torax
Torax normal-Oscar 2024- principios físicos del rx de toraxTorax normal-Oscar 2024- principios físicos del rx de torax
Torax normal-Oscar 2024- principios físicos del rx de torax
 
Hiperleucocitosis y leucostasis medicina interna
Hiperleucocitosis y leucostasis medicina internaHiperleucocitosis y leucostasis medicina interna
Hiperleucocitosis y leucostasis medicina interna
 
urgencia y emergencia. Diferencias y ejemplos
urgencia y emergencia. Diferencias y ejemplosurgencia y emergencia. Diferencias y ejemplos
urgencia y emergencia. Diferencias y ejemplos
 
Claves Obstétricas roja, azul y amarilla
Claves Obstétricas roja, azul y amarillaClaves Obstétricas roja, azul y amarilla
Claves Obstétricas roja, azul y amarilla
 
(2024-25-04) Epilepsia, manejo el urgencias (ptt).pptx
(2024-25-04) Epilepsia, manejo el urgencias (ptt).pptx(2024-25-04) Epilepsia, manejo el urgencias (ptt).pptx
(2024-25-04) Epilepsia, manejo el urgencias (ptt).pptx
 
Situaciones difíciles. La familia reconstituida
Situaciones difíciles. La familia reconstituidaSituaciones difíciles. La familia reconstituida
Situaciones difíciles. La familia reconstituida
 
Lesiones en el pie--Traumatología...pptx
Lesiones en el pie--Traumatología...pptxLesiones en el pie--Traumatología...pptx
Lesiones en el pie--Traumatología...pptx
 
la CELULA. caracteristicas, funciones, i
la CELULA. caracteristicas, funciones, ila CELULA. caracteristicas, funciones, i
la CELULA. caracteristicas, funciones, i
 
equipos e insumos para la administracion de biologicos
equipos e insumos para la administracion de biologicosequipos e insumos para la administracion de biologicos
equipos e insumos para la administracion de biologicos
 
Aparato digestivo (irrigación, internación, anatomía)
Aparato digestivo (irrigación, internación, anatomía)Aparato digestivo (irrigación, internación, anatomía)
Aparato digestivo (irrigación, internación, anatomía)
 
Dia mundial de la seguridad y salud en el trabajo
Dia mundial de la seguridad y salud en el trabajoDia mundial de la seguridad y salud en el trabajo
Dia mundial de la seguridad y salud en el trabajo
 
HERNIA UMBILICAL con o sin signos de complicacion.pdf
HERNIA UMBILICAL con o sin signos de complicacion.pdfHERNIA UMBILICAL con o sin signos de complicacion.pdf
HERNIA UMBILICAL con o sin signos de complicacion.pdf
 
(2024-04-17) DIABETESMELLITUSYENFERMEDADPERIODONTAL (ppt).pdf
(2024-04-17) DIABETESMELLITUSYENFERMEDADPERIODONTAL (ppt).pdf(2024-04-17) DIABETESMELLITUSYENFERMEDADPERIODONTAL (ppt).pdf
(2024-04-17) DIABETESMELLITUSYENFERMEDADPERIODONTAL (ppt).pdf
 
Clase 14 Articulacion del Codo y Muñeca 2024.pdf
Clase 14 Articulacion del Codo y Muñeca 2024.pdfClase 14 Articulacion del Codo y Muñeca 2024.pdf
Clase 14 Articulacion del Codo y Muñeca 2024.pdf
 

VejezValor

  • 1. 24 Rev ROL Enferm 2018; 41(5): 344 De Llanos Peña F. La vejez como valor. Rev ROL Enferm 2018; 41(5): 344-350 XXXLXI Jornada “Prevención Malos Tratos y abusos a Personas Mayores”, en Madrid Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España, Mayores UDP Página web www.mayoresudp.org Información del programa de sensibilización Facebook de las Jornadas: @MayoresSINabusos Twitter: @MayoresUDP Linkedin: Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España geriatría Lavejezcomovalor
  • 2. ROL Mayo 25 FRANCISCO DE LLANOS PEÑA. Doctor por la Universidad de Sevilla. Profesor titular de Universidad. Departamento de Enfermería. Universidad de Sevilla. Coordinador de la sección SALVADOR POSTIGO MOTA: Diplomado, licenciado y graduado en Enfermería. Doctor por la Universidad de Sevilla. Máster en Gerontología Social Aplicada (Universidad de Barcelona). Profesor de Enfermería del Envejecimiento (Universidad de Extremadura). Correo e.: info@salvadorpostigo.com Resumen Difuminar la diferencia entre «ser valioso» referido a la dig- nidad humana y «ser valioso» referido a la utilidad suele ser fruto de criterios libremercadistas e individualistas cuando se trata de la vejez de las personas. Los profesionales de la salud, por el contrario, estamos llamados a promover una cultura de la vejez en la que esta se reconozca efectivamente como un valor decisivo, no solo del ciclo vital, sino del proceso humani- zador de la persona y de la sociedad en su conjunto. Por ello, a través de los conceptos «valor», «vidahumana», «proceso de envejecimiento» y «vejez» podemos descubrir que en la última etapa de nuestra vida emerge una nueva identidad en la que el ser humano puede integrar el tiempo que le quede de vida en una concepción amplia de sentido. El perfil de tal identidad vendrá dado, entre otros elemen- tos, por la capacidad de la persona mayor para disponer li- bremente del tiempo, culminar un proyecto vital, fomentar la vinculación social, cuidar la imagen externa, desarrollar un potencial de actividad y cultivar la dimensión espiritual. PALABRAS CLAVE: VALOR DE LA VIDA, ANCIANO, ENVEJECIMIENTO, HU- MANISMO.
  • 3. 26 Rev ROL Enferm 2018; 41(5): 344 De Llanos Peña F. La vejez como valor. Rev ROL Enferm 2018; 41(5): 344-350 actualización en enfermería del envejecimiento Introducción En nuestra sociedad actual comienza a abrirse paso una mentalidad que sitúa en primer término la utilidad in- mediata y la productividad del ser humano. Consecuen- temente, las personas mayores, que llamamos «viejos», sonconfrecuenciasubestimados.Yellosmismossesien- ten inducidos a preguntarse si su vida personal, su exis- tencia, es todavíaútil. Sin ánimo de extremar este dato en todos los casos ni en todos los ámbitos, puede resultarnos ilustrativo re- cordarelartículodeFletcherySpencer,aparecidohace añosenlarevistaLancetconeltítulo«Elpacienteincom- petente y la pendiente deslizante»1 , artículo que com- pleta, en buena medida, las discusiones en torno a los diferentes enfoques sobre los ancianos dementes. Entre otras cosas, afirman sus autores que detrás de muchos de estos debates se encuentran actitudes con respecto a la vida y a la muerte, que preparan el camino para la liquidación de «vidasinútiles». Juntoa los achaquesfísicosnaturales,la vejezha sido considerada generalmente como una época privilegiada de la sabiduría por ser esta fruto de la experiencia. In- clusoenmuchospaísesdeÁfricasellegaadecirque«la muerte de un viejo es como una biblioteca que se que- Siaceptamoslaideade que hay vidas «sin valor» reducimos el valor de todas las vidas humanas a algo relativo OLD AGE AS VALUE Summary When it comes to people of old age, reducing the difference bet- ween«beingvaluable»referredtohumandignityand«beingva- luable»referredtoutility,isoftentheresultoffree-marketandin- dividualistthought.However,healthcareprofessionalsarecalled upon to promote a culture in which old age is effectively recog- nized as adecisive value, notonlywithin the life cycle, butwithin the humanizing process of persons and society as a whole. Workingthroughtheconceptsofvalue,humanlife,theaging process and old age we can discover that in the last stage of our life, a new identity emerges in which the human being can inte- grate the remaining lifetime into a broader concept, full ofsense and meaning. Such an identity profile will be given, among other elements, throughtheabilityoftheelderly persontofreelydisposeoftime, culminate a vital project, promote social bonding, take care of the external image, develop an activity potential and cultivate the spiritualdimension. KEYWORDS: VALUE OF LIFE, AGED, HUMANISMO, HEALTHY AGING. ma». Sin embargo, el debut social de una mentalidad liquidadora de vidas humanas inútiles viene preparado por unas ideas determinadas sobre el valor de la vida humana y de la persona. Por ejemplo, llegan a formu- larse consideraciones como estas: «Lo que necesitamos, entonces,noesunadefinicióndemuerte,sinounindi- cador de cuándo es correcto decir que la personalidad se ha perdido»; y también: «La personalidad […] impli- ca la capacidad de querer existir y el tipo de autocon- ciencia que hace posible la posesión de tal deseo […]. Unavezsepierde,elserhadejadodeserunapersonay, entonces, aun cuando su cuerpo está todavía vivo técni- camentehablando,haperdidosuimportanciamoraly puedeo ser muerto,o dejarlemorir,oconservarle vivo, aelección»2 .Dehechoseestánproduciendodiferentes tipos de «muerte compasiva»enaquellas personas que han perdido su utilidad social, sea a causa del deterioro mental, de cualquier enfermedad crónica o a causa sen- cillamente de lavejez. En el fondo de muchos debates en torno a temas asistenciales de enfermos crónicos e incluso de perso- nas mayores se está poniendo de manifiesto hoy día una pendiente deslizante en el pensar, es decir, «una manera peculiar de pensar sobre la humanidad». Unas vidas que antes se pensaban que eran innegablemente humanas, ahora son puestasen duda.Y si aceptamosla idea deque estasvidaslleganaser«sinvalor»,reducimoselvalorde todaslasvidashumanasaalgorelativoydividimoslahu- manidadenquienesvalenmásyquienesvalenmenos. Sabemos que la sociedad actual suele valorar más a laspersonasquetienenéxito,alosquesemuestranfe- lices y a los que son jóvenes. Y, al hacerlo, difumina la diferencia decisiva que hay entre ser valioso referido a la dignidad humana y ser valioso en el sentido de la utili- dad. Tal consideración negativa referida a la vejez de las personas, aparte de otras grandes causas, suele ser fru- to de los criterios libremercadistas e individualistas que dominan en nuestra sociedad y de la filosofía del lifting que la impregna. Por ello, es importante que quienes asumimosresponsabilidadesen el mundodelaatención a las personas mayores nos adentremos en la experien- cia del envejecimiento y seamos capaces de recuperar la perspectiva que nos permita descubrir el valor de la vida de estas personas en la decisiva etapa de la vejez. Estamos llamados a promover una cultura de la vejez en la que esta, en el mejor de los casos, no se relegue a los criterios del cuidado marginal, sino una cultura en la que la vejez se reconozca efectivamente como un valor decisivo, no solo del ciclo vital sino del proceso huma- nizador de la persona y de la sociedad en su conjunto. Por ello, nuestro propósito de ahora es reflexionar so- bre la experiencia de la vejez como un valor humano, pues entendemos que el fenómeno del envejecer bien culmina de sentido la vida de las personas, la vida del ser humano.
  • 4.
  • 5. actualización en enfermería del envejecimiento 26 Rev ROL Enferm 2018; 41(5): 346 Valor y vejez El término «valor», procedente del latino valere y que se traduce como «ser fuerte», «tener salud», «valer», ha te- nido múltiples significados y acepciones a lo largo del tiempo, pero es a mediados del siglo XIX cuando surge la axiología como una corriente de pensamiento según la cual la reflexión humana debe partir de los datos inme- diatos de la experiencia en toda su integridad, los cuales no son solo datos sensibles, datos racionales y cognosci- tivos, sino también datos afectivos, estéticos y valorativos. Nosotros, efectivamente, nos enfrentamos a la realidad no solo de una manera racional o contemplativa; noso- tros no solo vemos la realidad, sino que también la valo- ramos, la estimamos y sentimos las cosas como bellas o feas, como buenas o malas, como agradables o penosas. Nuestra vida está determinada generalmente por la valoración, pues las cosas no son meros hechos empíri- cos, verificables y comprobables, sino que además son susceptibles de interés, de estima o valoración. Los valo- res no se ven con los ojos como se ven los colores, ni si- quiera se entienden como los números o los conceptos. La belleza de una estatua, por ejemplo, o la justicia de un acto, o la gracilidad del perfil de una persona, etc., no son cosas que quepa entender o no entender; solo cabe «sentirlas», o mejor, «estimarlas» o «no estimarlas». Ahora bien, los valores, ¿tienen objetividad o son meras preferencias individuales? Decía Ortega que los valores no existen, sino como sujetos dotados de la facultad esti- mativa. Por lo tanto, el valor no depende solo de la que- rencia individual, sino que tienen su propia estimación y dignidad3 . Hay valores, es decir, cualidades de los seres, de las cosas, de las personas, de las acciones, de las relaciones humanas o de las instituciones que nos resultan atracti- vas y que nosotros podemos incorporar a nuestra propia vidapersonalysocial.Ellonospermiteacondicionarel mundo y hacerlo habitable. En este sentido, los valores despliegan una fuerza moral extraordinaria, puesse constituyen en normas morales de comportamiento: son los valores morales. Así, por ejemplo, el valor primordial en que coincidimos la inmensa mayoría de las personas eslavida,entendidaestanosolocomohechoempírico– vivir sin más–, sino la vida, oel valorde la vida, en cuanto «digna de ser vivida». Elvalordelavidahumanaradica,porlotanto,ensu dignidad,es decir,es un valor supremo que no es equi- valenteanada,queestáporencimadetodo.Yenlame- dida que estimemos así la vida,dotándola de supremo valor,esteseconvierteparanosotrosencriteriosupre- mo de moralidad, de conducta, y así lo expresamos en el principio o norma moral suprema del «no matarás», exigente para cualquier ser humano, sin tener que recu- rrir para ello a la voluntad de Dios –fuente de obligato- riedad para los creyentes–, ni tampoco a la legislación de un país determinado –válida para los ciudadanos de ese país–,sinoquevaleyesexigenteparacualquierpersona. El valor supremo «vida humana» implica no solo la realidad empírica que tiene lugar en las distintas etapas desuprocesohistórico,sinotambiéntodaslasformas en que dicho valor (la vida humana) va expresándose en todos los seres humanos en general y en cada uno de los seres humanos en particular. En consecuencia, la etapa histórica dela vejez,en la cual seexpresatambiénla vida de todos los seres humanos y de cualquier ser humano, es un valor. La cuestión está en saber cómo es ese valor «vejez», en qué consiste, qué significación tiene en el contexto de la vida cada persona, incluidos nosotros mismos y,en segundo lugar, saber cómo ese valor de la vejez se consti- tuye para todos nosotros, en especial para quienes hace- mosdeestaetapadelavida elcentrodenuestrointerés profesional,enfundamentoorazónmoraldeconducta y convivencia social. Teniendo en cuenta la especificidad de nuestra re- flexión, no corresponde hacer ahora descripciones em- píricas, ni ofrecer resultados de determinados estudios de campo sobre el envejecimiento. Ni siquiera vamos a ofrecer pautas de comportamiento respecto al mejor cuidado de los ancianos, que es lo que generalmente buscamos quienes pretendemos ayudar a que nuestros mayores gocen de una mejor asistencia en materia de salud. Con el término «vejez» nos referimos aquí a la consideracióndelavejezcomounestadodelavida,yal hecho del envejecimiento como proceso, aspectos que son a la vez biología y biografía de las personas. La experiencia de envejecer Somos conscientes de que la experiencia del envejeci- miento en las personas conlleva, por naturaleza, un proceso de involución física y que, a diferencia de lo que suele suceder en una enfermedad determinada,el proceso de envejecimiento no suele acompañarse de sensaciones específicas. Ahora bien, sucede que hay un momento, generalmente tarde, en que tomamos con- cienciadelasprofundasmodificacionesque seprodu- cen en nosotros, y nos vamos sintiendo más extraños, sin dejar por ello de ser nosotros mismos. Comprobamos también que muchas personas viven este proceso, desde el punto de vista físico, como una experiencia irrepa- rable y fatal, donde el grado de hostilidad de las cosas aumenta. Así, por ejemplo, es más difícil subir las esca- leras, se tarda más en recorrer ciertas distancias, es más peligroso cruzar la calle y más pesado llevar paquetes. El mundo aparece lleno de obstáculos y amenazas para estas personas. Paralelamente, desde el punto de vista psíquico, muchas de estas personas se engañan a sí mismas al no aceptar o aceptar tarde lo que les ocurre. Surge en ellos incluso el «síndrome de la negación de la vejez», un síndrome que suele perturbar y destruir no solo la
  • 6. geriatría ROL Mayo 27 propia vida, sino también la convivencia con los demás. Aparecen como elementos típicos de este síndrome la apatía, tristeza, falta de interés intelectual, indolencia, ambición, vanidad, indiferencia afectiva, pérdida de no- ción de la realidad, hastío, rebeldía, egocentrismo, hos- tilidad, tiranía con el entorno. Tal experiencia del envejecimiento comienza a hacer- se presente también en el sentimiento de la resignación y en un ciertomiedo. Para muchos, incluso, la vejez se vuelve como un naufragio: porque viven más tiempo del que esperaron vivir, porque han perdido su anclaje en la familia y el trabajo, y porque perciben su existencia como hundida en el aburrimiento y en nimiedades […]. Y no es solo su barquito el que naufraga, sino que es todo el género humano el que va a la deriva, sin divisar su destino4 . que las personas que envejecen tampoco encuentran habitable el pasado y, por ello, nada queda en ellos de gustopor la vida. Comienzan a sentirse aburridos. Nada es más insoportable para el hombre que vivir sin pasio- nes, sin actividades, sin distracciones, sin trabajo. Es, enton- ces, cuando siente toda su insignificancia, su abandono, su insatisfacción, su impotencia, su vacío. Y así, del fondo de su alma surgirán el aburrimiento y la melancolía, la tristeza, la preocupación, el fastidio, la desesperación5 . Y es que estas personas mayores no descubren –tam- poco nosotros les hacemos tomar conciencia– que la vidaahoralesconcedeunnuevotiempoyunnuevoes- pacio para tomar decisiones en libertad y culminar su propia historia. «La muerte de un viejo es como una biblioteca que se quema» es un dicho común en muchos países africanos Haymotivos,efectivamente,porlosquelavejeznose acepta como una etapa valiosa de la vida, ya que las mis- maspersonasmayoresnotansuspérdidaseneldescenso de sus ingresos económicos, en el menor poder adquisi- tivo,pérdidasen el nivel físico,en lasrelacionesafectivas y, además, experimentan la pérdida del reconocimiento socialquelosdemásteníandeellos.Estoesrealydicha desvalorización de la vejez aumenta sobre todocuando comparamosesta etapa dela vida con la juventud,con la adolescencia o con la madurez misma. Ahora bien, consideramos que la raíz de fondo de esta «negación» de la realidad del envejecimiento por parte de muchas personas mayores está en que su exis- tencia les exige buscar y encontrar el lugar justo entre el pasadoy el futuro en esta etapa de su vida y,desde ese «lugarjusto»,intentarcadacualdesarrollarsusoberanía sobre el tiempo y seguir creciendo en su ser personal más allá de la edad. Y aquí es donde podemos comenzar adescubrirlavejezcomovalorenlavidadelaspersonas. Sucedequeenlaconcienciadelapersonamayorco- mienza a predominar el tiempo final: el futuro se hace irrealy,ala vistadel final delfuturo,lascosas dejan de ser significantes y todo deja de tener interés. Se rompen las relaciones y la persona que envejece se vuelve hura- ñaycomenzamosaenterrarnosenunaciertaamargura. Nada está bien, nada nos alegra. Sucede, además, que la persona mayor se tiene a sí misma por superflua. Yunavezqueelpresenteyelfuturoquedanexpulsa- dos de su conciencia y desuestima, el pasado se convier- te para ellos en un lugar de evasión. El pasado es el lugar desusgrandeshazañas,desuslogros,desusignificación en el mundo, en el imperio del orden, del respeto a los mayores, y se idealiza esepasado. Hay casos, incluso, en Envejecimiento y proyecto vital Elgranindicador de lacalidadde vida delas personas, en el cual convergen los demás indicadores de calidad que podamos sugerir, es aquel que mide la realización del proyecto vital de cada individuo como satisfactorio paraélyparalacomunidad.Entalsentido,elproyecto quepuederesultarmássatisfactorioenlavidadelasper- sonas no es otro que el de la humanización. Entendemos aquí por humanización el procesoque incide en todos los ámbitos donde está presente el ser humanoyenelqueactivamospasardeunascondicio- nes de vida menos humanas a unas condiciones de vida más humanas6 . Serían condiciones de vida menos hu- manaslascarenciasmaterialesdelosqueestánprivados del mínimo vital; las carencias morales de los que están mutiladosporelegoísmo;lasestructurasopresoras,que provienen del abuso del tener o del abusodel poder, de la explotación de los trabajadores o de las injusticias de las transacciones. Y serían condiciones devida más humanas el remontarse de la miseria a la posesión de lo necesario, la victoria sobre las calamidades sociales, la ampliación de los conocimientos, la adquisición de la cultura,elaumentoenlaconsideracióndeladignidad de los demás, la orientación hacia el espíritu de pobreza, la cooperación en el bien común, la voluntad de paz y el reconocimiento de los valores supremos del hombre. Como consecuencia, en el caso que nos ocupa de la consideración de la vejez como valor, desarrollar el procesodehumanización noconllevalanegacióndela vejez sino la aceptación del proceso de envejecimiento como otra etapa más de nuestra vida.Aceptar nuestra vejez significa, entre otras cosas, sentirnos liberados de la presión del tiempo, sentirnos liberados de determi-
  • 7. actualización en enfermería del envejecimiento 28 Rev ROL Enferm 2018; 41(5): 348 nadas ocupaciones obligatorias, sentirnos liberados de lapresióndeloscompromisoscotidianos,sentirnosli- berados de esa limitación autoimpuesta en el hablar o en el escribir, sentirnos liberados de la «compulsión a lacomplacencia»ydelvalorparaejercerlaautocríticay cuestionar las propias capacidades. Aceptar nuestra vejez significa aceptar también que somos vulnerables y, por ello, que somos conformes con nuestraíndolede mortalidad.Las señales estánahí: el tiemposeacorta,ladinámicavitalsedebilita,elcírculo de amistades se estrecha, las seguridades construidas con tanto esfuerzo se hacen más frágiles; y además, como el dolor pertenece a las experiencias básicas insustituibles del ser humano –pues sin dolor nada esencial ocurre en la vida–, este nos recuerda también la limitación de nuestraexistencia,echandoportierraalgunasilusiones, al tiempo que nos hace ver con claridad el verdadero sentido de nuestraexistencia. Al aceptar libremente el hecho del envejecimiento como inicio de nuestro proceso de humanización en la vejez surge entonces esa distancia interior respecto de la propiarealidad vital en la cual podemos descubrir que emerge una nueva identidad. Y en esta nueva identidad es donde se explicita el valor de la vejez. Nuestra disposi- ciónaestarenconformidadconnuestrafinitudyabrir- nos a su dinámica puede resultarnos un buen estímulo para despertar a lo esencial de la «última etapa» de nues- tra vida. No es fácil comprender esto, pero se trata de poner en marcha una serie de actitudes que nos abren a espacios nuevos, a misiones nuevas y,por lo tanto, a alcanzar la plenitud como seres humanos. Nueva identidad en la vejez (conclusiones) El filósofo J. Habermas entiende que la «identidad del yo» viene a ser «la capacidad propia de los sujetos (ha- blantes y obrantes) de permanecer idénticos a sí mis- mos, incluso en las profundas transformaciones de la estructura de su personalidad con las que responden a situaciones contradictorias»7 . En el caso que nos ocupa, podemos decir que quien envejece ha de integrar toda su vida, con sus rodeos y caminos equivocados, en una concepcióndesentidotanampliaytotalizadoraquein- clusoeltiempodevidaquelequedapuedaformarparte deella.Porello,eldescubrimientodeesaidentidadcon unomismoeslaconditiosinequanonparaunaaceptación satisfactoria del envejecimiento. En tal sentido, de entre los elementos que integran esta nueva identidad en la vejez, haciendo que esta resulte valiosa, podemos desta- car los siguientes: 1. Disponer libremente del tiempo Si en términos generales el individuo dispone hoy día de más tiempo libre del que él necesita para el descanso y las actividades personales y creativas, para muchas perso- nas que envejecen ese tiempo se condensa en una reali- dad de gran trascendencia para su vida, pues disponen de mucho tiempo y está en sus manos el poder hacer con él un peligroso espacio vacío o un espacio libre lleno de sentido. Y el tiempo de vida concedido a las personas queenvejecensolopuedevivenciarsecon«libertadple- na»de sentidoenlamedida enqueel hombredisponga efectivamente de ese tiempo y sus disposiciones le con- duzcanaunaverdaderarealizacióndesuexistencia. La persona de edad solo alcanza la paz con la existen- ciayelconsensoconellamismacuandotomaconcien- cia de las posibilidades que le ofrece cada nueva etapa delavidaylashacerealidad.Entonces,silasoberanía del tiempo (es decir, si el vivir por encima del tiempo, desbordandolamagnitudfísicadelosaños)esunavir- tud, la persona mayor encuentra la identidad apropiada cuando, al dar su consentimiento al «ir-hacia-el-final», incluye en él todas las formas anteriores de identidad (historiapersonal,trabajo,vocación,vidafamiliar,entre- ga, comunidad, servicio, épocas buenas, épocas malas, todo) y al mismo tiempo las supera en una nueva dimen- sión.Loanterior noseabandona.Lasrelacionesconel prójimo siguen proporcionando protección y seguridad.
  • 8. geriatría ROL Mayo 29 decir entonces que las personas envejecen no «porque se están acabando», sino porque están culminando su proyectovital.Ante una vida amenazada por la disper- siónyelderrumbe,elserhumanoponeenvalorsuvejez cuando dice «la última palabra válida» ante su propia conciencia10 . 3. Fomentar la vinculación social Otro elemento importante que integra el valor de la vejez es una vinculación social que sea estimulante. Ya sabemos que la identidad del ser humano no se agota enelpropioyo.Elserhumanosolopuedeencontrarsu propio yo siendo para el otro y desde el otro. Sabemos, por otra parte, que las relaciones humanas no suelen ser estables; hay tensiones importantes que las mantienen en movimiento constante. No obstante, la identidad propia de la vejez también se constituye básicamente a partir de la vinculación social. Por ello, en la transi- ción a la vejez deberíamos examinar con profundidad el modoenque esta «vinculación social»se presenta en el individuo: ¿Han quedado en el camino algunas rela- cionesrotas,cuyasheridasreclamanahoraunaatención expresa? ¿Podría imprimirse un nuevo ritmo al estrecho círculo vital, anodino e impersonal, mediante un acerca- miento sincero a personas cuyo trato sea especialmente recomendable? ¿La comunidad, qué comunidad? Y aquí está el valor de la vejez: el modo en que se actualiza la vinculación social11 . Nohay prisa por llenar de sentidola etapa de vida nue- vamente concedida y, sobre todo, no hay agobios porque solosetratadellenarelpresenteconlibertadyamor8 . Esexactamenteestemanejosoberanodeltiempode vida que siempre se nos ha concedido «a plazos» lo que constituye la auténtica identidad de la vejez, su valor; lo queleda«supropiorostro,suatmósferaysutempera- tura propia, sus propias alegrías y sus propias penas»9 . 2. Culminar un proyecto vital Nuestra existencia semantiene viva graciasa la multipli- cidad de impulsos y motivos enconstante interacción. Y en todo ello hemos de poner coto a las tendencias destructivasy reafirmar,porel contrario,lasqueayudan a vivir, combinándolas en un amplio proyecto de vida. Todoslos seres humanos debemos esforzarnos por co- nocer «con claridad» la situación concreta del mundo enquenosencontramosyelmomentovitaldecadauno para poder reconocer la misión que se nos encomienda. Entonces, cuando un individuo envejece desarrollando esos cometidos está poniendode manifiestoel valor de la vejez como culminación de su proyecto vital. Podemos 4. Cuidar la imagen externa Dado que somos cuerpo y en él expresamos nuestra pro- pia imagen a los demás (si lo descuidamos se echan a perder nuestra personalidad y dignidad ante los demás), podemos afirmar que cultivar la imagen externa es po- ner en valor la vejez. Cuidar el cuerpo no significa solo higiene, sino que también significa cuidar la salud, que noterminaenlapielsinoqueconllevacuidarlaropa,la vivienda y el entorno cotidiano. Enlaspersonasqueenvejecennoesinfrecuenteque se presenten problemas entre la conciencia que ellas tie- nenconrespectoasusaludoenfermedadyeldiagnós- ticoreal,asícomotambiénconrespectoalaaceptación onegacióndelasrecomendacionesmédicas.Porello,y en lo que se refiere a mantener su identidad propia, es importante quelas personasen la vejezse sientan vincu- ladas, apoyadas y aceptadas por la comunidad si ponen envalorelcultivoapropiadodesuimagenexternay,por ende, de su propia identidad. 5. Desarrollar un potencial de actividad Descubrir el valor de la vejez conlleva también desarro- llar un potencial de actividad que puede resultar de gran utilidadpara la comunidad.Bien sabemosquelasperso- nasexistimosyestamos en este mundonopara ser sin más, sino para desarrollar nuestras posibilidades y rea- justo» entre el su soberanía
  • 9. 30 Rev ROL Enferm 2018; 41(5): 350 lizarnos en ellas. Entonces, ¿por qué la persona mayor, que sabe mejor que nadie cuántas cosas aún quedan por hacer,nohadeempeñarseenesta«exigenciadelareali- dad»? Hay que encontrar nuevos caminos para desarro- llar el potencial de actividad que aún existe en la vejez. Se trata de quela persona mayor se realice personalmen- te en una tarea que sea útil para la sociedad. Elempeñodeestecompromisoparalaacciónnosolo revaloriza la vejez sino que ayuda esencialmente a vivir- lacomounaetapadichosa,ayudaaunenvejecimiento saludable a pesar de las dificultades, sobre todo cuando se trata de una actividad con sentido. Y una actividad se considerarazonabley saludableen lavejez cuandolas personas experimentan en ella un cierto grado de satis- facción, cuando le aporta sentido a los acontecimientos desuvida,cuandolasmismaspersonasmayoresvenque están alcanzando objetivos importantes de su vida y ha- cen una valoración positiva de la actividad y su disposi- ción de ánimo es optimista. perar (oficios, trabajos, responsabilidades, cualidades físicas, belleza, relaciones, triunfos, reconocimientos sociales, el futuro). En este sentido, son contundentes las confesiones de Simone de Beauvoir, cuando al recor- dar los libros que ha leído, los lugares visitados, el saber queacumuló,lasexperienciastenidasyhastaelavellano que, alegre, contempló de muchacha, descubre, llena de desconcierto, que todo ha sido un engaño, una falsa ilu- sión, pues de repente, ya no queda nada12 . El hombre de fe que va envejeciendo no se deja ven- cer por la añoranza. Si mira al pasado es solo por des- cubrir la huella de Dios en su historia, pero su vista está fijaenelfuturo.Enelenvejecimientolafeayudaacom- prender que nuestra biografía no se pierde; no somos para la muerte sino para la vida. Laetapadelavejezpuederesultarentoncesuntiem- poprivilegiadoparapoderexperimentarlarelaciónque existe entre fe y salud, entendida esta en todas sus di- mensiones. Es la etapa en que el cultivo de la dimensión Quien envejece ha de integrar toda su vida, con sus rodeosycaminosequivocados,enunaconcepciónde sentidotanampliaquedécabidaasupresente Ahora bien, no toda actividad es compatible con la identidad específica de la vejez, ni toda actividad esti- mula el valor de la vejez. La acción debe guiarse por ciertoscriterios:porunaparte,hayqueexcluirunaac- tividadconstantey ciega,puesacortoplazoconduce a la frustración y a la resignación, y tampoco volcar, sin necesidad alguna, todas las fuerzas vitales quequeden en mantener la competencia de siempre en el cargo asig- nado en la comunidad; y, por otra parte, hay que dar preferenciaa actividades queesténlibresen la medida de lo posible de una obligación de rendimiento, activi- dades que abran un espacio a la espontaneidad y a la creatividad,actividadesquesignifiquen trasladarelpeso de lo funcional y objetivo a lo humano. Este poner en valor la vejez mediante la actividad que favorezca una vejez dichosa permite además que cada persona mayor acepte el desafío de producir su propia vejezantes de poder morir su propia muerte,y en cada caso se tendrá que concretar los ámbitos de la actividad segúncapacidades,carismaointeresesdecadapersona. 6. Cultivar la dimensión espiritual Singular importancia puede tener en la consideración de la vejez como valor la dimensión de laespirituali- dad presente en muchas personas. Bien sabemos que la persona mayor, en su proceso de envejecimiento, suele experimentar una latente depresión, tristeza, nostalgia, algo que es comprensible porque ha tenido que ir des- prendiéndose de muchas cosas que ya no puede recu- espiritual puede resultar terapéutico, saludable, pues, son muchas las personas que sienten la necesidad de terminar de hacerse, de coronar la conformación de la propia existencia a partir de sus propios recursos inter- nos,contodasu cargabiográfica,yabiertasalaacción del Espíritu enellas. Bibliografía 1. Fletcher JC, Spencer EM. Incompetent patient on the slippery slope. Lancet. 1995;345:271-2. 2. Fletcher JC, Spencer EM. Incompetent patient on the slippery slope. Lancet. 1995;345: 271-3. 3. Ortega y Gasset J. Introducción a una estimativa. ¿Qué son los valores? Madrid: Ediciones Encuentro; 2004. 4. Rommerskirch E. Das letzte Kloster. En: Geist und Leben. Marburgo; 1985. p. 125- 34. 5. Pascal B. Pensamientos. 7.ª ed. Madrid: Espasa-Calpe;1940. 6. González-Carvajal L. Humanización y deshumanización en nuestra sociedad. En: Humanización de la asistencia sanitaria. Madrid: Edice; 1988. pp. 11-38. 7. Habermas J. La ética del discurso y la cuestión de la verdad. Madrid: Paidós Ibé- rica; 2003. 8. Auer A. Envejecer bien. Barcelona: Herder; 1997. p.169-77. 9. Hesse H. Envejecer y el elogio a la vejez. El Aleph Editores;2011. 10. Auer A. Envejecer bien. Barcelona: Herder; 1997. p.178. 11. Auer A. Envejecer bien. Barcelona: Herder; 1997. p.182-3. 12. Bernárdez A. Transparencia de la vejez y sociedad del espectáculo: pensar a par- tir de Simone de Beauvoir. Investigaciones Feministas. 2009;0:29-46. Disponible en: http://eprints.ucm.es/10664/1/beauvoir_vejez.pdf