El documento describe la evolución histórica de la construcción social de lo que significa ser un estudiante y un joven desde el siglo XVI hasta la actualidad. Explica cómo la escuela ha pasado de transmitir moralidad a reproducir desigualdades sociales, y cómo hoy ya no es la única transmisora de conocimiento. También analiza las tensiones entre la cultura escolar y la cultura juvenil, y cuestiona el papel político de la escuela y si realmente promueve la igualdad y la integración social.