El latín se originó como la lengua hablada por una tribu indoeuropea que se estableció en la región del Lacio en Italia central entre los años 1200-1000 a.C. A medida que Roma expandió su poder, el uso del latín se extendió por los territorios conquistados. Tras la caída del Imperio Romano en el siglo V d.C., el latín vulgar se fragmentó en las distintas lenguas romances como resultado de la influencia de lenguas regionales y la invasión de tribus germánicas.