El latín se originó en la región del Lacio en Italia y fue la lengua principal del Imperio Romano, expandiéndose por gran parte de Europa y el norte de África. Aunque dejó de usarse como lengua hablada común, nunca ha sido completamente una lengua muerta y dio origen a las lenguas romances modernas como el español. El latín también se utilizó como lengua científica hasta el siglo XIX y sigue hablándose en algunos eventos.