Con la llegada del libro electrónico, ¿se está leyendo más?, ¿se está leyendo menos?, ¿podemos considerar a la lectura en pantalla como lectura o estamos presenciando sólo un esbozo del futuro de la lectura, unas pinceladas que no hacen más que dejarnos con muchas dudas sobre los retos, amenazas o quizá oportunidades que se nos presentan con esta “nueva” forma de lectura?