Lectura para 6º de E.P. trabajada durante la semana del 24-28 septiembre

1. INCIDENTE EN EL AUTOBÚS
Acababan de llegar los autobuses del colegio como todas
las mañanas. Aunque los alumnos estaban habituados a entrar
en el patio con relativo orden y rapidez, esa mañana bajaron a
trompicones y se detuvieron en grupitos en las verjas de la
entrada.
Los profesores intentaban averiguar la causa de tanto
nerviosismo. Varios niños se apresuraron en una veloz carrera,
con el fin de ser ellos los primeros en dar la noticia.
Se agolparon rebosantes de excitación y, dándose gran
importancia, comunicaron la noticia a gritos:
“¡Ricardo Gómez se ha pegado con el conductor del
autobús! Con ese tan grande que hace la ruta siete”.
El resto de los niños comenzó a preguntar detalles sobre el
insólito hecho:
“¿Le ha hecho daño?, ¿con qué le ha pegado?, ¿dónde está
ahora?, ¿por qué nadie nos explica lo que pasa?”.
Los profesores consiguieron a duras penas llevar a los
alumnos a las clases; pero en sexto D, la clase de Ricardo,
resultaba imposible ponerse a trabajar.
Don Amando, el profesor, intentó descubrir quien había
presenciado la supuesta agresión. En la clase nadie lo había
visto, pero sí su hermano, miles de amigos y una profesora de
Matemáticas.
Pero… ¿dónde estaba Ricardo?
Seguro que con el director, o en su casa expulsado; eso, si
no le habían llevado a comisaría.

2. Hubo algunos que adornaron la historia diciendo que
Ricardo estaba harto de ir en autobús, que ya había discutido con
el conductor otras veces, que… El profesor intentaba, sin mucho
éxito, tranquilizar a los alumnos, cuando Ricardo entró en la
clase.
“¿Qué ha pasado?, fue la pregunta que se le hizo desde
todos los lugares del aula.
“Nada -respondió Ricardo- , mi madre viene al colegio”.
“¿Te van a expulsar?”
“¿Le diste muy fuerte?”
“¿De qué estáis hablando? Mi hermano se ha mareado en el
autobús y entre el conductor y yo lo hemos llevado al botiquín. Ya
está mejor pero mi madre quiere llevarlo al médico. ¿Por qué
iban a expulsarme?”
No resultó fácil explicarle al muchacho el revuelo que se
había organizado y el montón de tonterías que habían imaginado
sobre él.
Todo eso y mucho más consigue un rumor.