La libertad de cátedra reconoce el derecho de los profesores a transmitir los criterios científicos y culturales que consideren válidos sin censura previa. Este derecho implica mayor autonomía en la enseñanza superior que en niveles inferiores, donde los planes de estudio determinan el contenido mínimo. La libertad de cátedra permite a los profesores expresar sus ideas científicas pero tiene límites como el respeto a otros derechos fundamentales y la protección de menores.