El documento describe una actividad práctica realizada en una escuela rural para enseñar números del 1 al 10 a estudiantes de primer grado. Los maestros notaron dificultades usando métodos tradicionales, así que crearon una ciudad de bloques de madera con paradas de autobús numeradas. Los estudiantes manejaban vehículos de juguete entre las paradas, relacionando los números con sus ubicaciones. Esto les permitió reconocer el orden numérico de una manera inconsciente y práctica a través del aprendizaje vivencial.