John Dewey creía que la escuela debe representar la vida presente y llevar al niño a participar en los recursos heredados de la raza para utilizar sus propias capacidades con fines sociales. La vida escolar debe surgir gradualmente de la vida doméstica del niño, ofreciendo actividades familiares que el niño puede aprender y desempeñar su papel en relación a ellas. El maestro debe ser un miembro de la comunidad que selecciona influencias para el niño y responde a esas influencias.