El documento argumenta que la escritura creativa es una parte integral del aprendizaje de idiomas que complementa la lectura. Propone que actividades como continuar historias, cambiar perspectivas de personajes, o escribir sobre contextos históricos y culturales mencionados en textos literarios fomentan una comprensión más profunda. Al mismo tiempo, permiten que los estudiantes se expresen y conecten lo aprendido con sus propias experiencias. Esto hace que el proceso de aprendizaje sea más colaborativo, motivador y duradero.