Este documento discute la fascinación de los niños con la tecnología y cómo pasan mucho tiempo usando dispositivos como tabletas y celulares en lugar de hacer sus tareas. Mientras que la tecnología no es inherentemente mala, a esta edad los niños aún no tienen la madurez para comunicarse de manera apropiada y podrían volverse adictos o involucrarse en ciberacoso. Los padres deben monitorear el uso que hacen sus hijos de la tecnología y asegurarse de que no descuiden sus estudios.