La sucesión de Fibonacci se encuentra comúnmente en la naturaleza. La distribución de las hojas alrededor del tallo de las plantas y el número de espirales en las flores y frutos a menudo coinciden con parejas consecutivas de términos de esta sucesión. Parece que los códigos genéticos de crecimiento de las plantas están programados con los términos de la sucesión de Fibonacci.