Los problemasdelacomunicaciónenelaula john fdocolorado
1. LOS PROBLEMAS DE LA COMUNICACIÓN EN EL AULA
John Fernando Colorado Taborda
Estudiante Licenciatura en Educación Física
Universidad de Antioquia – Sede Amalfi.
«...sin un conocimiento profundo de la fonética de las dos lenguas en cuestión,
el profesor de lenguas no podrá nunca enseñar a sus alumnos una pronunciación
perfecta de la nueva lengua» (Malmberg, 1962, pág. 162).
Los problemas de la educación en el aula a partir de fundamentos y referentes
conceptuales permite identificar ciertas dificultades en el momento de leer
cuentos, poesías, poemas, fabulas, ensayos, noticias…En las lenguas y en
su utilización intervienen elementos como el acento, el tono, la entonación, las
pausas, el ritmo, la velocidad de elocución y la calidad de la voz. 1
Uno de los
aspectos fonéticos más directamente ligados a la entonación es la variación
melódica que se consigue al ir cambiando la frecuencia de vibración de los
pliegues o cuerdas vocales mientras se habla.
Es distintivo en la comunicación de las personas que la entonación es base
fundamental para la credibilidad de lo que se dice, el tono hace parte de la
información lingüística y si se logran ver afectadas que son pronunciadas
aisladamente. La observación que se emplea en las clases diarias en la
institución educativa rural la cruzada a la hora de que los estudiantes lean
textos lingüísticos a sus compañeros en las primeras horas de clases, tal es el
caso que con tan solo el titulo de alguno les llama la atención a los receptores
pero que se deja de entender por su mayoría por la mala entonación de las
palabras; se evidencia esto por la falta de práctica de la lecto escritura.
Los educandos al escuchar el texto no se sienten guiados a causa de la mala
vocalización y que en el momento de discutir o indagar sobre lo leído se
identifica fácilmente que no se le ha entendido el tema, entre ellos mismos no
se entienden, no captan la información, así que buscan como segunda opción
la participación del docente para que a través de él se logre captar con
facilidad la idea central del texto, claro está, eso también se da cuando el
educador lee vocalizando las palabras gradualmente y con las respectivas
pausas. Cuando una persona habla con una gran precisión hay momentos en
1
TOMADO DE: LA ENSEÑANZA DE LA ENTONACIÓN. DOCENCIA SEMIPRESENCIAL Y
TECNOLOGÍA. Departament de Filologia Espanyola. Universitat Autònoma de Barcelona
Carme.delaMota@uab.es
2. que comete errores y en momentos se pierde su objetivo es llevando a que
resurjan malos entendidos con el interlocutor. Un perjuicio acerca de la
enseñanza de la educación es que esta tiende a ser aburrida. Se señala de
alguna manera que la pronunciación es muy aburrida y más sin embargo
tiende a que se dedique la mayor parte del tiempo al entrenamiento de la
percepción de sonidos, palabras o frases.2
Es importante recalcar que los
enunciados siempre forman parte de un contexto y que una buena
pronunciación ayuda a comprender el significado del enunciado. El foco de la
investigación se permite identificar y modificar los problemas de la entonación
y afinación utilizando herramientas didácticas.
La comunicación entre estudiantes ubicados en un mismo espacio debe
marchar a través de las expresiones corporales que se demuestran allí
posibilitando el encuentro de saberes previos. En el momento de llevar
mensajes, ideas, información de interés, datos generales y específicos, todos
los receptores que se encuentren allí se deben de tener en cuenta varios
fundamentos básicos para que en el momento de expresarnos verbalmente
sean lecturas, oratorias, discursos, ensayos, la entonación debe de ser clara,
concisa, directa, concluyente, apropiándose parcialmente del papel que se
encuentra en cada momento de la actividad. Así mismo, al manejar la
vocalización y una buena lectura es probable que las ideas en vez de confundir
al lector u oyente le permita viajar hacia la exploración del mismo, logrando
identificar las diferentes problemáticas, dificultades y situaciones que surgen
de la realidad.
Es indispensable que para emplear la entonación como una herramienta
lingüística formativa hay que recorrer ciertas etapas del lenguaje que en las
escuelas se profundizan en lo conceptual y en el orden al momento de
vocalizar, para obtener un orden y claro en cuanto al vocalizar palabras
interesantes y que envuelven al oyente en un mundo imaginario, increíble que
mediante las palabras se guíen y las palabras pronunciadas se aclaren.
(Illán, 2005)3
Un error que se muestra de forma muy frecuente y más si es
hablar de pronunciación consiste entre otras cosas olvidar la entonación.
2
Según Gil (2007, p.153), el debate entre la metodología comunicativa y la pedagogía de corte tradicional,
con exclusiva atención a la forma, «tiene cierta razón de ser, si nos referimos al componente estrictamente
gramatical de la lengua (morfología, sintaxis…) , pero deja de tenerla, si estamos hablando de pronunciación,
porque en este campo la atención a la forma es simplemente imprescindible».
3
Y es que un error bastante frecuente al hablar de pronunciación consiste en
olvidar, entre otras cosas, la entonación.
3. En la base de ejecución, los hablantes gestionan el orden de una forma eficaz
donde se tenga que marcar un inicio y el final del turno que habla, siempre
pidiendo la palabra y escogiendo el momento adecuado.4
Es notorio que en
una palabra o sonido pierde su significado cuando se separa del discurso y
que la precisión fonológica cumpla con una crucial. Es más la pronunciación
tiene un profundo papel en la creación de la cultura.
La voz interior es un elemento del lenguaje muy poco estudiado en su relación
con la pronunciación. La voz interior está presente en la mente para ayudar a
organizar el pensamiento y también aparece en la lectura silenciosa. En efecto,
cuando se lee un texto en silencio, se produce un proceso de conversión del
texto a una voz que sólo está en la mente. En esta representación mental del
sonido, que se produce de forma simultánea a la lectura, no sólo aparecen los
elementos segméntales, sino también la entonación, las pausas y los grupos
entonativos.
Quien aprende una lengua, y desee dominar la pronunciación, debe olvidarse
De los hábitos adquiridos con su lengua materna y familiarizarse con la
nueva base de articulación. Enseñar pronunciación con un objetivo compartido
entre lo lingüístico y lo Comunicativo, considerado como pragmático y
sociocultural, puede hacer de este aspecto de la lengua un contenido
interesante y muy práctico, y desmiente algunos de los prejuicios que existen
en relación a su enseñanza. Es necesario entonces afirmar que la buena
pronunciación permite viajar mucho mas allá de la imaginación consiguiendo
un titulo de buen receptor y en el que las ideas fluyen asertivamente. Se resalta
además que durante una lectura la atención sea directa, que en ella se
destaque la objetividad, la afirmación, las conclusiones. Es importante además
realizar muy buenas prácticas de lectura permanentemente y con ayuda de los
mismos docentes para el buen manejo de la entonación, que palabra se le
aumenta la voz, cual es el propósito de los signos de puntuación, que papel
tomo al momento de leer o imitar al escritor o personaje.
Se rescata entonces que cada lengua tiene su campo de entonación, es decir,
la zona comprendida entre los sonidos lingüísticos más agudos y los más
graves. Obviamente las personas poseen un tono de voz normal donde se
distingue la naturalidad del caso.
4. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:
GONZÁLEZ, A. C. (s.f.). ENSEÑAR LA ENTONACIÓN: CONSIDERACIONES. Universidad de <Turqu>.
GONZÁLEZ, A. C. (s.f.). ENSEÑAR LA ENTONACIÓN: CONSIDERACIONES. Finlandia: Universidad de Turku
(Finlandia).
GUERRERO, A. I. (2004). ¿Qué es la pronunciación? Barcelona: Universidad de Barcelona.
Illán, I. V. (2005). La enseñanza de la pronunciación en la clase de ELE. (Hong Kong): Universidad de
Hong Kong.
(GONZÁLEZ, ENSEÑAR LA ENTONACIÓN: CONSIDERACIONES)
«Por el Por el tono con que se pronuncie, una palabra de reproche puede convertirse
en un elogio, un cumplimiento en una ofensa, una felicitación en una
burla, etc.» (Navarro Tomás, 1982, pág. 209).s