Este libro analiza el fracaso escolar desde la perspectiva de un mal estudiante y más tarde como profesor. El autor describe su propia experiencia como un alumno que se separó gradualmente de sus compañeros y se rindió, y habla de profesores que no le ayudaron y otros que despertaron su deseo de aprender. También critica a los padres y la sociedad por convertir a los niños en consumidores sin enseñarles lo suficiente, aunque reconoce que todavía hay padres y maestros comprometidos que ayudan