La salud mental se refiere a un estado de bienestar en el que la persona se siente adaptada y funcional, mientras que la enfermedad mental se caracteriza por la presencia de angustia, desadaptación y trastornos causados por sustancias o problemas que requieren terapia. La anormalidad se define como una conducta no típica que se aleja de la norma y el promedio, lo que puede llevar a consecuencias y a buscar ayuda profesional siguiendo modelos médicos de atención en hospitales mentales.