La terapia psicológica para la deshabituación trata de incidir en el funcionamiento mental del paciente para aumentar su conciencia del problema y reforzar su voluntad de cambio a través de estrategias conductuales y cognitivas que mejoren el autocontrol. Estas estrategias incluyen la detección de situaciones de alto riesgo, la evitación de estímulos asociados al consumo, y el modelado de conductas de afrontamiento para inhibir el impulso. Cuando un sujeto responde favorablemente al tratamiento, experimenta cambios