Este capítulo describe cómo Juan el Bautista preparó el camino para Jesús predicando arrepentimiento y reconociendo la grandeza de Jesús. Jesús luego llamó a cuatro pescadores para que lo siguieran, sanó a muchos con solo una palabra, e instruyó a un leproso sanado a decirle al sacerdote pero no a otros, aunque el hombre no obedeció completamente esta instrucción.