El documento discute la necesidad de mejorar la educación de ingeniería para enfocarse más en aprendizaje activo, interdisciplinario y basado en proyectos. También destaca la importancia de desarrollar habilidades blandas, pensamiento sistémico y competencias para la innovación, a fin de abordar problemas complejos. Finalmente, propone evaluar el aprendizaje más allá del conocimiento para incluir aplicación, análisis y síntesis.