La mayoría de los niños que trabajan en América Latina lo hacen en el sector rural de la agricultura, ya sea en granjas familiares de subsistencia o en explotaciones comerciales. Estos niños a menudo se enfrentan a situaciones de riesgo y explotación extrema, como la manipulación de pesticidas y maquinaria pesada, largas jornadas de trabajo, violencia por parte de adultos, y abandono de la escuela. El trabajo infantil en la agricultura a menudo está asociado con la pobreza, el desempleo y la falta