El modernismo surgió en Latinoamérica a finales del siglo XIX, influenciado por el parnasianismo y el simbolismo franceses. Se caracterizó por la musicalidad, la sensualidad y el uso de temas exóticos e irreales. Rubén Darío fue uno de sus máximos representantes, destacando obras como Azul y Prosas Profanas, donde logró dominar la armonía de las palabras y presentar novedades métricas.