La campaña busca concientizar sobre los efectos negativos de las bromas y el acoso constantes, dirigida a jóvenes de 10 a 25 años que son más propensos a sufrir o generar intolerancia a través de bromas o violencia. La campaña también se dirige a entidades con una misión social para brindar información sobre las consecuencias de manejar mal las bromas.