CGT ha convocado una huelga en Renfe los días 31 de julio y 1 de agosto debido a la fragmentación y privatización de las empresas ferroviarias públicas, la falta de inversión del gobierno en infraestructuras y servicios para los ciudadanos, y la política de privatizar los servicios públicos que pone en riesgo la seguridad en la circulación ferroviaria y los empleos públicos. CGT mantiene su posición en defensa de un ferrocarril público, seguro y sostenible que beneficie a los ciudadanos.