La crisis financiera de Asia de 1997 se extendió a América Latina en 1998-1999, causando recesión en la región. La salida de capitales a corto plazo redujo el crecimiento del PIB regional de 5.3% en 1997 a solo 0.3% en 1999. Como resultado, los países latinoamericanos contrajeron más de $10 mil millones en préstamos de organismos multilaterales para asegurar estabilidad económica. Además, la crisis reveló las limitaciones del sistema financiero internacional establecido en los 1940s y llevó a reformas,