Este documento discute cómo el modelo panóptico de control social puede perjudicar a los individuos al imponer normas y poder de forma desigual. Argumenta que aunque el estado intenta mantener la obediencia a través de reglas y políticas, estas a menudo no toman en cuenta las diferencias individuales y pueden violar los derechos de las personas. También sugiere que el enfoque actual está más enfocado en la industria que en el bienestar de los ciudadanos, lo que dificulta que los individuos se ajusten a las normas impuestas.