Este documento discute la importancia de la educación y el rol fundamental de los docentes. Resalta que la canción "Aprendizaje" de Sui Generis critica una educación autoritaria que no permite la libre expresión de ideas. También enfatiza que los docentes deben plantear preguntas que permitan a los estudiantes participar activamente en su propio aprendizaje y desarrollar un pensamiento crítico. Finalmente, cita a Paulo Freire para destacar que los docentes progresistas enseñan a los estudiantes a ser protagonistas activos
Lecciones 05 Esc. Sabática. Fe contra todo pronóstico.
Parcial dos de pegagogia
1. Sui Generis revolucionó la música de nuestro país, nacida en un contexto autoritario
y censurador. La trascendencia de esta canción se deba quizás, a que habla de un tema tan
antiguo pero a la vez tan actual, como lo es la Educación.
Aprendizaje es una canción que habla de una educación que enseña a ser formal y
cortés, poniendo en práctica las reglas del protocolo, la norma, lo “moral”. De los maestros
o docentes que habla la canción, rescata el conocimiento adquirido, la ciencia, el deber,
pero también habla de que nadie que se atrevió a decir una verdad, quizás por miedo a la
autoridad que representa el docente.
Lo importante en el desempeño de la docencia, es que sirvan para plantear
interrogantes que le permitan al alumno ser una parte fundamental en el proceso de
Enseñanza – Aprendizaje.
Y parte de ese proceso comienza con acabar con el estigma del pasado cuando se
cree que la “educación de antes era mejor”. El cambio del siglo demanda que naturalmente
las estructuras de educación aquí y en todo el mundo cambien. No hablamos sobre los
contratos sociales dentro de una escuela que se encuentran atravesados por las crisis que
existen. Sino de algo más profundo en el desafío que los docentes tenemos a diario.
Por eso la tarea del docente es clave, es fundamental. En el primer lugar porque sin
la presencia de docentes no habría transmisión de cultura, de valores, de aprendizajes, de
conceptos. Y es fundacional porque gracias a esos espacios de práctica, donde las
vocaciones se ponen en marcha, se fundan nuevos proyectos de país, nuevas formas,
miradas la “realidad” y ser críticos sobre ella.
Hace medio siglo atrás, no había centros de estudiantes, ni permiso para discrepar
con un docente. La historia misma se encargó de demostrar lo que le ocurre a un pueblo
sometido, y sin seguridad propia de pensar distinto. Como afirma Paulo Freire, “somos
docentes progresistas aquellos que no enseñamos la adaptación al mundo, sino la certeza de
ser personajes activos de nuestra historia”.