La pizza se originó en Nápoles, Italia en el siglo XVII como un alimento popular entre los habitantes humildes de la ciudad. Está compuesta principalmente de harina, sal, levadura y agua. Para hacer la masa se amasa estos ingredientes hasta que quede suave, se deja levar y luego se estira para colocarle la salsa de tomate y cebolla frita y otros ingredientes como jamón, queso y aceitunas. Finalmente se hornea a temperatura media durante unos 10 minutos.