La crisis financiera global provocó la nacionalización, estatización, absorción o rescate de numerosos bancos e instituciones financieras en Estados Unidos y Europa. Gobiernos de distintos países tuvieron que intervenir bancos como Northern Rock, Bradford & Bingley, Hypo Real Estate, Dexia, Yndymac, Fannie Mae, Freddie Mac y Lehman Brothers, así como inyectar capital en bancos estadounidenses para evitar su quiebra. La intermediación financiera global se vio gravemente afectada.