Europa tiene déficit en equipos y programas informáticos para la educación, así como una baja producción de programas y servicios multimedia educativos en comparación con el gran mercado mundial. También hay una necesidad de desarrollar más programas y contenidos educativos adaptados a las necesidades de la sociedad del conocimiento. Además, el alto costo de las comunicaciones en Europa obstaculiza el uso intensivo de Internet y el desarrollo de la cultura digital.