La delincuencia ha aumentado en Chile en los últimos años debido a la violencia familiar normalizada y la influencia de las drogas, lo que lleva a actos delictivos como robos y asaltos. Además, las cárceles están colapsadas, dificultando el enjuiciamiento de delincuentes y permitiéndoles reincidir con más facilidad. La sociedad chilena busca nuevas formas de abordar problemas como el feminicidio y la delincuencia juvenil.