El documento discute la importancia de incorporar el arte en la educación de la primera infancia. Argumenta que el arte debe tener un protagonismo mayor en la educación para favorecer el pensamiento de los niños y vincularse con otras áreas académicas. También resalta el rol del docente de imaginar y renovar situaciones usando el arte, y de desarrollar una pedagogía que promueva la espontaneidad, alegría y participación libre de los niños en la cultura y las artes.