Aprovechamiento completo de la Patología en el hospital. Un problema de cultura
Material cedido por el Dr. Gabriel Arismendi para los estudiantes de la Escuela de Medicina de LUZ
Jornada líderes en innovación 17 de julio 2014 BarcelonaJordi Varela
Innovación en gestión clínica. Las nuevas tendencias del profesionalismo sanitario en su responsabilidad hacia el enfermo y la sociedad. El ejemplo "Right Care Alliance" en Cataluña.
Avanzar en la seguridad del paciente y la mejora de calidad de los cuidados es una prioridad para el Sistema Sanitario Público de Andalucía (SSPA). Para ello es importante el generar una cultura de traslación del conocimiento, implantar en la práctica clínica las mejores evidencias disponibles, potenciar la investigación para el desarrollo de prácticas seguras y la participación activa de profesionales y ciudadanía.
En este sentido, los y las profesionales de los equipos de salud deben ser capaces de utilizar aquellos hallazgos de investigación que han mostrado ser efectivos, e incorporarlos a su práctica clínica como una competencia más dentro de su esfera profesional. Para que esto sea posible, es necesario acercar los resultados de investigación y evidencias generadas, de un modo fácil y accesible, a profesionales y ciudadanía.
Con estos objetivos y como una de las líneas fundamentales de la Estrategia de Cuidados de Andalucía y la Estrategia para la Seguridad del paciente, desde el SSPA se han desarrollado una serie de guías de buenas prácticas denominadas, “GUIAS FASE (FÁciles, Seguras y basadas en las mejores Evidencias disponibles), que constituirán el marco de referencia para promover en el ámbito asistencial, tanto en hospitalario como comunitario, una atención basada en las mejores evidencias disponibles en los aspectos que contienen cada una de las mismas.
Las Guías han sido elaboradas por equipos de profesionales con amplia experiencia en los temas que se abordan, en práctica basada en evidencias y seguridad del paciente, e incluyen, a través de diferentes capítulos, no solo recomendaciones para profesionales, sino también información para la ciudadanía, la metodología empleada y material adicional que ayudará a poner en marcha las diferentes recomendaciones.
Dentro de esta serie de Guías FASE, en este año 2016, se publicarán las Guías que a continuación se detallan: Prevención de Infecciones asociadas al uso de dispositivos venoso; Prevención y actuación ante una caída y Prevención de Úlceras por Presión (descargar los documentos a texto completo al final de esta noticia).
Para finalizar, desearía mostrar mi agradecimiento a todos y todas los y las participantes, así como manifestar mi compromiso para la difusión e implantación de los contenidos de estas guías en el SSPA con el fin mejorar la atención y la calidad de los cuidados que prestamos a la ciudadanía.
Eficacia de los ácidos grasos hiperoxigenados en la prevención de las úlceras...GNEAUPP.
Conocer la eficacia de los ácidos grasos hiperoxigenados en
la prevención de las úlceras por presión. Determinar el nivel de evidencia
del uso de los ácidos grasos hiperoxigenados en la prevención de las
úlceras por presión. Material y método: Se realizó una búsqueda bibliográfica
en Cochrane library, The Joanna Briggs Institute, Pubmedmedline
y Cuiden, siendo solamente seleccionados ensayos clínicos. Para
su evaluación se han seguido las recomendaciones del Critical Appraisal
Skills Programme (CASPe) junto al sistema GRADE para la valoración
de la calidad de la evidencia y la fuerza de las recomendaciones.
Coordinación centrada en el paciente. Jordi VarelaJordi Varela
Presentación del 19 de marzo a las 10 en el Auditorio 1 - Línea temática 2 "Reorientando hacia la cronicidad" en el 20 Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria "¿Cómo continuamos progresando?" Sevilla 2017.
Jornada líderes en innovación 17 de julio 2014 BarcelonaJordi Varela
Innovación en gestión clínica. Las nuevas tendencias del profesionalismo sanitario en su responsabilidad hacia el enfermo y la sociedad. El ejemplo "Right Care Alliance" en Cataluña.
Avanzar en la seguridad del paciente y la mejora de calidad de los cuidados es una prioridad para el Sistema Sanitario Público de Andalucía (SSPA). Para ello es importante el generar una cultura de traslación del conocimiento, implantar en la práctica clínica las mejores evidencias disponibles, potenciar la investigación para el desarrollo de prácticas seguras y la participación activa de profesionales y ciudadanía.
En este sentido, los y las profesionales de los equipos de salud deben ser capaces de utilizar aquellos hallazgos de investigación que han mostrado ser efectivos, e incorporarlos a su práctica clínica como una competencia más dentro de su esfera profesional. Para que esto sea posible, es necesario acercar los resultados de investigación y evidencias generadas, de un modo fácil y accesible, a profesionales y ciudadanía.
Con estos objetivos y como una de las líneas fundamentales de la Estrategia de Cuidados de Andalucía y la Estrategia para la Seguridad del paciente, desde el SSPA se han desarrollado una serie de guías de buenas prácticas denominadas, “GUIAS FASE (FÁciles, Seguras y basadas en las mejores Evidencias disponibles), que constituirán el marco de referencia para promover en el ámbito asistencial, tanto en hospitalario como comunitario, una atención basada en las mejores evidencias disponibles en los aspectos que contienen cada una de las mismas.
Las Guías han sido elaboradas por equipos de profesionales con amplia experiencia en los temas que se abordan, en práctica basada en evidencias y seguridad del paciente, e incluyen, a través de diferentes capítulos, no solo recomendaciones para profesionales, sino también información para la ciudadanía, la metodología empleada y material adicional que ayudará a poner en marcha las diferentes recomendaciones.
Dentro de esta serie de Guías FASE, en este año 2016, se publicarán las Guías que a continuación se detallan: Prevención de Infecciones asociadas al uso de dispositivos venoso; Prevención y actuación ante una caída y Prevención de Úlceras por Presión (descargar los documentos a texto completo al final de esta noticia).
Para finalizar, desearía mostrar mi agradecimiento a todos y todas los y las participantes, así como manifestar mi compromiso para la difusión e implantación de los contenidos de estas guías en el SSPA con el fin mejorar la atención y la calidad de los cuidados que prestamos a la ciudadanía.
Eficacia de los ácidos grasos hiperoxigenados en la prevención de las úlceras...GNEAUPP.
Conocer la eficacia de los ácidos grasos hiperoxigenados en
la prevención de las úlceras por presión. Determinar el nivel de evidencia
del uso de los ácidos grasos hiperoxigenados en la prevención de las
úlceras por presión. Material y método: Se realizó una búsqueda bibliográfica
en Cochrane library, The Joanna Briggs Institute, Pubmedmedline
y Cuiden, siendo solamente seleccionados ensayos clínicos. Para
su evaluación se han seguido las recomendaciones del Critical Appraisal
Skills Programme (CASPe) junto al sistema GRADE para la valoración
de la calidad de la evidencia y la fuerza de las recomendaciones.
Coordinación centrada en el paciente. Jordi VarelaJordi Varela
Presentación del 19 de marzo a las 10 en el Auditorio 1 - Línea temática 2 "Reorientando hacia la cronicidad" en el 20 Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria "¿Cómo continuamos progresando?" Sevilla 2017.
La poliquistosis renal autosómica dominante (PQRAD) es una enfermedad hereditaria, crónica y progresiva caracterizada fundamentalmente por el desarrollo y progresivo crecimiento de múltiples quistes llenos de líquido en ambos riñones y otros órganos. Los quistes en los riñones pueden deteriorar la funcionalidad de éstos hasta el punto de que el paciente requiera terapia renal sustitutiva (diálisis o trasplante renal).
Otsuka Pharmaceutical en España, empresa dirigida por Concha Caudevilla, colabora con autoridades, entidades clínicas, sociedades científicas y asociaciones de pacientes en proyectos transversales que permiten mejorar aspectos relativos al bienestar y la salud de las personas. En este sentido, la creación de la Alianza frente a la Poliquistosis Renal Autosómica Dominante (PQRAD), es un equipo multidisciplinar formado por pacientes, nefrólogos, farmacéuticos hospitalarios, enfermeras, organizaciones de pacientes y otros especialistas y profesionales sanitarios implicados en la lucha contra la PQRAD. Todos ellos, con la colaboración de Otsuka Pharmaceutical S.A., han elaborado el Libro Blanco de la PQRAD (Poliquistosis Renal Autosómica Dominante) en España.
Concha Caudevilla, Directora de Otsuka Pharmaceutical en España: “La PQRAD condiciona enormemente la vida de los pacientes, por este motivo, desde Otsuka creemos fundamental la integración de diferentes puntos de vista que nos permitían conseguir mejores resultados en nuestro empeño de mejorar la salud de estas personas.”
Descubre más sobre Otsuka: https://www.otsuka-europe.com/es/home
(2016.09.13) - Enfermedades Raras: Recursos y el papel de la Atención PrimariaUDMAFyC SECTOR ZARAGOZA II
Las enfermedades raras son un grupo de unas 9000 enfermedades de carácter crónico, sean letales o con un compromiso importante de la calidad de vida, con prevalencias de menos de 5 casos comprobados por cada 10 000 personas; son enfermedades que tenían escasa visibilidad, que no cuentan con tratamientos establecidos y que son prácticamente desconocidas para una mayoría de la población, incluso entre los profesionales de la salud. Esto es lo que las convierte en huérfanas. Desde la Atención Primaria, especialmente la Medicina de Atención Familiar y Comunitaria, se han planteado varios proyectos de manejo general o global dirigido a tratar de facilitar la formación, y en muchos casos la mera información, del médico que debe diagnosticar una enfermedad rara, que exploraremos en esta revisión.
Aprovechamiento completo de la Patología en el hospital. Un problema de cultural
1. – 123 –
REVISTA ESPAÑOLA DE
Aprovechamiento completo de la Patología
en el hospital. Un problema de cultura
Alberto Anaya
«... el problema de España es un problema de cultura»
Santiago Ramón y Cajal
El presente de la Patología española puede, a primera vista, considerarse esplen-
doroso. Han pasado ya muchos años desde que nuestros hospitales la incorporaron a
sus Servicios (con dedicación plena de sus miembros 38 años exactamente, los mis-
mos que hace que se fundó Puerta de Hierro). El Seguro de Enfermedad con ingresos
sólo quirúrgicos, ni siquiera se había planteado la necesidad de patólogos hasta enton-
ces: la especialidad para él no existía; ni para los pacientes con dinero, que eran aten-
didos en «Sanatorios», con un montaje simplicísimo salvo por el confort; y los centros
que conservaban el nombre de Hospital, sólo para indigentes, vivían en otro siglo (no
me hablen de ésta o aquella excepción, que estaban ahí para confirmar la regla y no
llevaban camino de ser imitadas).
Lo que la entrada de esta disciplina significó en los centros de hospitalización ape-
nas sí precisa ser resaltado; no es necesaria una especial argumentación cuando hoy
nadie planearía un hospital sin incluirla. Pero ese firme asentamiento de su realidad y
la calidad diagnóstica que de ella deriva, no coincide con una suficiente comprensión
en profundidad de su significado ni con el debido aprovechamiento de sus posibilida-
des; y es imputable seguramente a mi generación, que la trajo a la vida, la triste res-
ponsabilidad de no haberla sabido colocar plenamente en el lugar debido. La alta cali-
dad científica y humana de muchos patólogos españoles no debe ocultar que la disci-
plina está lejos de ocupar en los hospitales el puesto trascendente a que es acreedora
en función de su posible rendimiento asistencial, científico y docente que, de hecho, ha
sido desarrollado sólo en una parte mínima de sus verdaderas posibilidades. Llevar
éstas a sus últimas consecuencias debería ser para los patólogos de hoy un reto, un
deber ciudadano y, por cuanto se oponen a ello graves resistencias de carácter inte-
lectual, también un problema de cultura digno de ser resuelto.
Permitir que la Patología, responsable en gran medida del esplendor médico fini-
secular, evolucione a una mediocre situación (salvadas siempre las personalidades
excelsas y los brillantes hechos aislados), y sea testigo inane de la decadencia hospi-
talaria sobrevenida después, en lugar de freno y revulsivo para evitarla, podrá no com-
prometer el futuro personal de nuestros patólogos, abierto otra vez al éxito en la medi-
cina privada o al triunfo individual en las carreras docente, administrativa o investiga-
dora, pero para la disciplina como tal, para la medicina hospitalaria y para la sociedad
en su conjunto es un grave contratiempo que frustra sin razón las justificadas perspec-
tivas de antaño, y lo hace no en un trance de decadencia general sino en el más esplén-
dido momento de toda la historia española, integrados como estamos por primera vez
en el grupo de cabeza de las naciones del mundo. Porque las carencias de relieve
2. médico y social que sufren los patólogos (elemento básico en la cohesión científica del
hospital) no son ahora, como tantas veces antes, producto de la estrechez económica;
nuestro mal es el más triste de los que pudieran afectarnos, siendo depositarios del
saber médico: es, fruto de una visión estrecha y conformista, un problema de cultura.
Como en otras cosas, la cultura de la sociedad española es pobre en lo que a la
Patología se refiere; en este caso se da, además, un reconocimiento cicatero de su
trascendencia entre algunos médicos, que se han sentido en parte disminuidos por la
contundencia de sus diagnósticos. Pero si han de encontrarse los principales culpables,
nadie tiene una responsabilidad mayor en este hecho que los mismos patólogos. Esa
«Anatomía» que, a pesar de haberse criticado, siguen contestando los teléfonos de
nuestros Servicios, es expresiva tanto de nuestra dejadez como de nuestra insensibili-
dad al mensaje nocivo que generan los hechos: es un problema de cultura. Como es
un problema de cultura la pudorosa resistencia de los patólogos a comprender que lo
suyo es toda la Patología; sin complejos, sin respeto alguno al expolio del nombre que
se consumó ante nuestra torpeza, sin pedir perdón por aportar a la medicina, dubitati-
va y empírica en casi todo lo demás, el único manantial de datos sólidos en que se apo-
ya su saber, sin pedir perdón por haber traído a la clínica diaria el acervo intelectual
definitivo que hasta hace poco se alcanzaba sólo en la sala de autopsias.
Ha sido mucho mayor en nuestros dias la avidez por desmontar (sin motivo algu-
no respetable) el venero inteleclual de la necropsia, que la apertura mental necesaria
para admitir que en la clinica de hoy no hay palabra que valga después de que el pató-
logo ha dicho la suya. Y que la irrupción de la biopsia en el hacer de todos los dias es
el verdadero acontecimiento intelectual de la medicina del siglo XX, al propiciar que el
pensamiento terapéutico se apoye en un diagnóstico exacto y no como hasta entonces
en una mera elucubración inteligente. Que algunos clinicos se resistieran ante esa rea-
lidad era bastante comprensible; que los patólogos miren en otra dirección, que dejen
llamar a su Servicio «anatomia», que colaboren en su propio menosprecio a través de
fotografias regaladas, preparaciones viajeras, sesiones amañadas, complacencias
indebidas y ausencia en los niveles médicos decisivos, es muy poco entendible y, jun-
to a una pereza mental intolerable, desvela un grave problema de cultura.
No es de fácil comprensión que la Comisión Nacional haya permanecido largo
tiempo impasible ante el amplio clamor que pedía cambiar el nombre de la disciplina;
ni que hacerse patólogo lleve sólo cuatro años cuando la formación en disciplinas
mucho menos complejas lleva cinco. Ni se capta la razón de que el contraste genuino
entre clínica y patología sea tan escaso en los Hospitales y por tanto tan limitado el ren-
dimiento real de la autopsia; en su modestia esta Revista romperá una lanza por las
Sesiones Clínico-Patológicas y para ello estará abierta a las trascripciones de genuinos
CPCs, vengan de donde vengan, en los que de manera limpia se contrasten las dos
visiones de la enfermedad que, frente a frente, han construido la medicina científica.
Históricamente y todavía en la medicina de hoy; ignorarlo es un grave problema de cul-
tura.
Progresar en Tecnología no es lo distintivo de estos tiempos; se viene haciendo
continuamente desde hace siglos. Lo distintivo de la medicina de hoy es que la verdad
morfopatológica, la gran verdad médica, es accesible antes de la decisión terapéutica
y durante su seguimiento; aunque esto no excluya el amplísimo rendimiento aún posi-
ble (y necesario) de la autopsia. No hay terapéutica válida sin diagnóstico certero. Pero
si nadie aborda hoy los eficientísimos y peligrosos tratamientos de vanguardia sin un
apoyo biópsico, eso viene a ser todo lo que se concede abiertamente a esta trascen-
dental rama de la medicina; la mayor parte de las investigaciones del Hospital son poco
respetuosas con la Patología; la enseñanza universitaria ha desguazado la antaño
– 124 –
Anaya A REV ESP PATOL
3. importantísima disciplina en fragmentos ineficaces; los cirujanos, los ginecólogos, los
internistas y los radiólogos, a diferencia de los de otros países, no rotan obligatoria-
mente por Patología en su Residencia, ni la Residencia de los Patólogos tiene la dura-
ción que precisa. No hay una genuina enseñanza continuada en el Hospital porque no
hay apenas CPCs verdaderos. Los controles de la calidad asistencial basados en el
estudio de las autopsias y los tejidos resecados casi no existen.
Los Certificados de Defunción siguen ignorando a la autopsia, no sólo para pro-
pugnarla sino ni siquiera cuando se realiza. A los Servicios clínicos y a quienes los com-
ponen se les enjuicia de mil maneras a la hora de conceder la famosa «productividad»
menos por el número y calidad de los estudios morfopatológicos a que se someten. Hay
un inmenso manantial de ciencia, de formación, de seguridad asistencial posible que el
hospital desperdicia. Defender la intervención de la Patología en todos esos campos no
es luchar por una mejor posición para los patólogos, aunque como hecho colateral abri-
ría necesariamente nuevas posibilidades de empleo; se trata ante todo de resolver un
acuciante problema de cultura, que, por las implicaciones que tiene en cuanto a la vida
y la salud de los cludadanos, es además un grave problema de conciencia.
Asistencia, investigación, docencia y control de la calidad asistencial son en el
papel, incluso en la literatura española, el alma del ejercido profesional de la Patología;
y su excelencia es la clave de la excelencia hospitalaria y así tendría que reconocerse
por todos. Pero no ha debido penetrar este sentimiento lo bastante en el alma de nues-
tros clínicos ni está claro que nuestros patólogos se lo hayan terminado de creer, por-
que en pocos lugares se cumple. Su ausencia, o su extrema debilidad en la mayor par-
te da los centros, denota la insuficiencia del mensaje emitido o el estado refractario de
quienes debían recibirlo. En definitiva es un problema de cultura; ese tipo de problema
que, ahora como en los tiempos de Cajel, sigue siendo el origen de todos los males de
España.
O el patólogo es capaz de incluir en su autocrítica todo lo que no hace, pudién-
dolo hacer, o no tendrá a nadie en quién descargar su pesimismo. Una parte trascen-
dente del trabajo del patólogo se va por el sumidero de su abierto desaprovechamien-
to: las autopsias cuyo protocolo nadie lee, las minuciosas descripciones de las piezas
quirúrgicas, las sesiones en que muchos juegan con cartas marcadas, las Comisiones
que no influyen realmente en la calidad del Hospital, las correlaciones que no llegan a
estudiantes y médicos en formación, las estadísticas que se nutren de suposiciones en
lugar de beber en datos seguros, la investigación que renuncia a la verdad del micros-
copio. Pero antes de que la balanza se incline a su favor, el patólogo, un recién llegado
a las salas del hospital, precisa vender inteligentemente su mercancía; porque solo
ante la justicia la ignorancia de la ley no excluye de su cumplimiento.
En la rutina de la vida diaria, conocer la virtualidad de un arte es imprescindible-
mente anterior a la posibilidad de su uso. Aunque haya hostilidades reconocidas, el
desaprovechamiento de la Patología en el Hospital, con las graves consecuencias cien-
tíficas, docentes y asistenciales que implica, es, con toda seguridad, mucho menos una
maldad intencionada que un problema de cultura. Nuestra responsabilidad en este pro-
blema es considerable: no basta con hacer los mejores diagnósticos, basados en el
más profundo conocimiento y la más avanzada tecnología. La verdad nacida en nues-
tros microscopios tiene que alcanzar a todas las actividades, docentes, científicas, asis-
tenciales y de autocontrol de la vida hospitalaria; pero hemos de creerlo nosotros antes
de predicárselo a los demás; y si no ocurre así estamos ante un problema de cultura,
de graves consecuencias, que en buena medida nos es imputable.
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2002; Vol. 35, n.º 2 Aprovechamiento completo de la Patología en el hospital. Un problema de cultura