2. Semana 4 Sesión Virtual
UNIDAD I: INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LA PERSONALIDAD
CONTENIDOS A DESARROLLAR
Fuerzas conductoras del desarrollo de la personalidad
. La influencia de los entornos sociales: cultura, clase social y familia
Persona y situación: modelo internalista, situacioncita e interaccionista.
Componentes de las teorías y sugerencias para su estudio
Rasgos y temperamento
3. Objetivos
POR UNIDAD Distinguir los elementos básicos que contribuyen a la formación de
la personalidad
POR CONTENIDOS
Identificar los aspectos comunes en las diferentes Concepciones de la
personalidad.
Reconocer los distintos entornos sociales que influyen en el desarrollo de la
personalidad
Explicar los modelos teóricos
Describir los factores de la personalidad
4. Uno de los debates más antiguos ha versado sobre la posibilidad de que el
comportamiento estuviera determinado genéticamente o por el ambiente. En la
actualidad esta vieja polémica no tiene sentido, y son los propios genetistas los que
afirman que la expresión de los genes, que se traduce en cada una de las
características que presenta un organismo, ocurre siempre en interacción con las
circunstancias ambientales.
5. Las características psicológicas, como la personalidad, no son una excepción, y por
ello, el reto es entender cómo genes y ambiente actúan e interactúan para dar
forma a la personalidad. Por lo tanto, lo más interesante no es preguntarse en qué
proporción se hereda una característica de personalidad, sino cuáles son las
circunstancias en las que la contribución genética se incrementa, limita o incluso,
se suprime.
Entre los factores ambientales que contribuyen al desarrollo de la personalidad,
los más importantes son las influencias culturales. El ambiente y la cultura en la
que nacemos, a su vez, nos ofrecerán un conjunto de posibilidades y no otras
Paulatinamente, a través del tiempo y de las continuas y dinámicas interacciones
entre el individuo y el medio en el que se desarrolla, se irá formando la
personalidad.
6. La herencia biológica es el conjunto de procesos biológicos a través de los cuales
las características del organismo se transmiten a la descendencia. La información
sobre esas características se encuentra en los genes, que se localizan en el núcleo
de cada una de las células que componen el organismo. Los genes en realidad son
porciones de Ácido DesoxirriboNucleico (ADN),
Se conoce como genotipo al conjunto de todos los genes de un organismo, mientras
que el fenotipo es el conjunto de rasgos que se muestran. O lo que es lo mismo, la
expresión del genotipo, da lugar al fenotipo. Hay que tener en cuenta que el
ambiente contribuye significativamente a la expresión del genotipo, ya que la
acción de los genes está mediada por un gran número de transformaciones
bioquímicas, que, a su vez, están influidas por el ambiente.
7. La genética conductual es la disciplina científica que se ocupa del estudio de las
influencias genéticas sobre las características conductuales, entendiendo éstas en
sentido amplio, y abarcando tanto la conducta observable como las características
de personalidad. Además, la investigación se ha centrado principalmente en el
estudio de unidades globales como rasgos, y en menor medida en unidades de
nivel medio como expectativas, creencias o metas.
La investigación del aporte genético de la personalidad siempre parte del estudio
de dos grupos de personas con diferentes grados de similitud genética y ambiental.
En cuanto a la semejanza genética, los gemelos idénticos o monocigóticos (MC)
comparten el 100% de sus genes, mientras que los gemelos dicigóticos (DC), los
hermanos, o los padres y los hijos biológicos sólo comparten el 50% de sus genes.
Los hermanos adoptados y los padres y sus hijos adoptados no tienen en común
ninguno de sus genes.
8. Por lo que respecta al ambiente se supone que las personas que se crían juntas
tienen un mayor grado de semejanza ambiental que las que han sido educadas por
separado.
Las influencias ambientales pueden ser compartidas y no compartidas. Las
primeras se deben al hecho de compartir la misma familia, la misma clase social,
el mismo nivel económico, la misma religión, los mismos valores o idénticos estilos
de trato. Las influencias ambientales no compartidas, hacen referencia a los
ambientes distintos que pueden experimentar los niños aunque se críen en la
misma familia.
Entre estos factores destacan el orden de nacimiento (y los efectos ambientales
asociados a este hecho), las diferencias de trato de los padres, las interacciones
entre los hermanos, los cambios de circunstancias de la familia, las distintas
relaciones fuera del hogar con amigos, compañeros y profesores y los factores no
sistemáticos como accidentes o enfermedades.
9. Los tres tipos de diseños para
estudiar las influencias genéticas son:
1) los de gemelos, en los que se
estudian tanto gemelos MC como DC;
2) los de familia, en los que se
estudian padres e hijos o hermanos; y
3) los de adopción, en los que se
estudian miembros de la misma
familia biológica que se han criado
separados,
así como familiares adoptados o no
relacionados genéticamente que se
han criado juntos. Estos tres tipos de
estudios se pueden combinar, lo que
permite obtener una mayor cantidad
de información, además de posibilitar
la separación de los efectos genéticos
y ambientales con mayor facilidad.
10. Los estudios de genética conductual siempre parten del cálculo de la correlación
entre las dos series de puntuaciones obtenidas por los dos grupos de personas
analizadas. Dependiendo del tipo de procedimiento seguido, estas correlaciones se
calcularán entre las puntuaciones de dos gemelos MC, o las de los dos gemelos DC,
o entre dos hermanos biológicos, o entre un padre y un hijo biológico, o entre un
padre y un hijo adaptado, etc.
11. A partir de estas correlaciones, y mediante un procedimiento estadístico, se estima
el coeficiente de heredabilidad (h2 o también denominado a2), que refleja la
proporción de la varianza de las puntuaciones que se puede atribuir a los factores
genéticos en una población particular.
En la actualidad, la estimación del coeficiente de heredabilidad se realiza a través
de sofisticados procedimientos estadísticos, siendo el más empleado el de modelos
de ecuaciones estructurales. Estos modelos tienen la enorme ventaja de que
permiten analizar todos los datos simultáneamente y además posibilitan probar
diferentes modelos y sus distintos ajustes. comunes, tiene como consecuencia que
en la varianza explicada por el ambiente no compartido se está incluyendo
también los errores de medida aleatorios, por lo que se podrían estar dando
sobreestimaciones de este factor ambiental (Caprara y Cervone, 2000).
12. Los métodos para estimar la contribución genética y ambiental parten, además, de
una serie de supuestos o asunciones (Johnson y col., 2008 ; Munafò, 2009), entre
los que podemos destacar los siguientes:
• El ambiente
compartido
produce que las
personas se
parezcan.
• El ambiente
no compartido
hace que las
personas se
diferencien.
• La influencia
de los genes en
el fenotipo
ocurre de una
manera aditiva
(en vez de
multiplicativa o
interactiva).
13. La cultura es un sistema de significados (creencias, valores, normas, actitudes,
conductas, conocimientos, habilidades, etc.) compartido por un grupo determinado,
que habla una lengua común, en un período histórico específico y en una región
geográfica concreta (Triandis y Suh, 2002). Su función es mejorar la adaptación de
los miembros que pertenecen a la cultura a las características ecológicas del lugar
en el que viven, pero también incluye el conocimiento que la gente necesita para
funcionar de manera efectiva en su ambiente social.
Todo el sistema de significados que constituye la cultura debe ser aprendido por
cada generación mediante el proceso de socialización, a través de las prácticas de
crianza de los padres, las escuelas y otras instituciones sociales (Hogan y Bond,
2009).
14. Fundamentalmente existen dos perspectivas en el estudio de la personalidad y la
cultura, la psicología cultural y la transcultural.
La psicología cultural enfatiza:
(1) la constitución mutua de cultura y personalidad, es decir, la personalidad no se
puede separar del contexto social y cultural en el que se desarrolla y se expresa, y, por
lo tanto, se considera que la personalidad se construye socialmente a través de las
interacciones entre el individuo y su ambiente cultural;
(2) el estudio de los aspectos específicos o indígenas de cada cultura, a los que se
denomina émicos [palabra que deriva de fon(émico), que hace referencia a los sonidos
específicos de cada lengua], por lo tanto, hacen descripciones de los fenómenos
psicológicos muy contextuales;
(3) el estudio de los procesos, como expectativas, atribuciones, creencias, motivos, etc.
(vs. las diferencias individuales); y
(4) el empleo de metodología experimental.
15. Por su parte, la psicología transcultural (McCrae y Costa, 1997):
(1) considera que cultura y personalidad son entidades distintas, entendiendo que
la cultura es la variable independiente que tiene influencia en la personalidad,
que sería la variable dependiente;
(2) se centra en los aspectos universales de todas las culturas, denominados éticos
[que deriva de fon(ético) que se refiere a los sonidos idénticos en todas las
lenguas], y por ello sus estudios se focalizan en la comparación de diferentes
culturas con el fin de encontrar estos universales culturales;
(3) pone énfasis en el estudio de las diferencias individuales (vs. los procesos),
fundamentalmente, los rasgos; y
(4) metodológicamente se centra en el empleo de cuestionarios estandarizados
tradicionales (Benet-Martínez y Oishi, 2008).
16. El self hace referencia a cómo la persona se ve a sí misma y cómo se evalúa. A su
vez, este conjunto de esquemas autoreferentes que constituyen lo que se denomina
self, influye, e incluso determina la experiencia individual, es decir, cómo se
percibe el mundo, o cómo se piensa, siente y actúa.
El self se va constituyendo a través de la interacción del individuo con el ambiente
cultural. Mediante esta interacción el individuo capta los significados del
ambiente. De esta manera, el autoconcepto que emerge en las culturas
individualistas difiere sustancialmente del que surge en las sociedades
colectivistas. En este sentido, se distingue el self independiente, propio de las
culturas individualistas, del self interdependiente, más frecuente en las
sociedades colectivistas (Church, 2000; Markus y Kitayama, 1991).
se podría decir que el self individualista es un muro que separa a la persona de los
demás, mientras que el self colectivista es un puente que la conecta con los demás
seres humanos (Draguns, 2009).
17. 3.2.2. Motivación
En relación a la motivación, una de las diferencias más características entre culturas
es que las personas individualistas se orientan más a conseguir el éxito (motivación
de aproximación), mientras que las colectivistas se orientan más a la evitación del
fracaso (motivación de evitación) Este hecho implica, entre otras cosas, que en los
individualistas la motivación se incremente después del éxito, mientras que en las
colectivistas lo haga después del fracaso
3.2.3. Emociones y bienestar
Los procesos emocionales se dan en todas las culturas, pero existen marcadas
diferencias entre las sociedades en las emociones predominantes, la frecuencia con
que se expresan y la regulación y valoración de las mismas.
Un concepto clave para entender las emociones desde un marco cultural es
diferenciarlas de acuerdo a una dimensión interpersonal.
18. 3.2.4. Cognición
Uno de los procesos cognitivos que más atención ha recibido es la atribución. Lo
que se conoce como error fundamental de atribución, que consiste en sobreestimar
las causas internas e infravalorar las situacionales en la explicación de la
conducta, se ha demostrado ampliamente cuando las muestras empleadas en los
estudios han sido europeas, americanas o canadienses.
3.2.5. Rasgos
Los estudios llevados a cabo desde la psicología transcultural tienen como objetivo
fundamental demostrar que los rasgos, fundamentalmente los recogidos en el
modelo de los cinco grandes, son universales y se presentan en todas las culturas.
Sin embargo, los estudios derivados de la psicología cultural han puesto de relieve
algunos puntos débiles de estos planteamientos.
19. MODELOS TEORICOS DEL ESTUDIO DE LA PERSONALIDAD)
1. MODELOS TEÓRICOS
Las distintas teorías formuladas para describir y explicar la personalidad pueden
organizarse en torno a tres modelos teóricos (Bermúdez, 1980 , 1985b):
internalista, situacionista e interaccionista; que se diferencian,
fundamentalmente, en la respuesta que dan a la cuestión sobre los determinantes
de la conducta individual
(
El modelo internalista entiende que
la conducta está fundamentalmente
determinada por factores personales
o definitorios del individuo.
El modelo situacionista, por su parte,
entiende que la conducta está
principalmente determinada por las
características del ambiente o
situación en que ésta tiene lugar.
El modelo interaccionista, por último,
reúne las dos posiciones anteriores,
señalando que la conducta está
determinada, en parte, por
características personales; en parte,
por parámetros situacionales; y,
fundamentalmente, por la
interacción entre ambos conjuntos de
determinantes.
20. 1. Modelo Internalista
Entienden a la persona como organismo activo, determinante fundamental de la
conducta que manifiesta en las distintas situaciones. La característica principal
que subyace a estos planteamientos teóricos sería que los determinantes
principales de la conducta son los factores, dimensiones estructurales, o variables
personales, que definen a un individuo. Junto con esta característica, y derivada
de ella, estos planteamientos mantienen que la conducta de los individuos es
altamente consistente a lo largo de las distintas situaciones, y estable a lo largo
del tiempo
21. 1. Planteamientos procesuales
Las teorías procesuales, o también llamadas «de estado», consideran que las
variables personales que determinan la conducta y que posibilitan su predicción
son de naturaleza dinámica, como estados y mecanismos afectivos y/o cognitivos,
existentes en el individuo.
Entre estos planteamientos podemos incluir las teorías psicodinámicas (Freud,
Jung, Adler...), las teorías fenomenológicas (Rogers, Maslow...), o la teoría de los
constructos personales de Kelly (1955). Estas teorías comparten los supuestos
generales del modelo internalista, y los particulares de las teorías procesuales; pero
a su vez, existen entre ellas diferencias en la naturaleza concreta de las variables
personales analizadas en cada caso; las técnicas de medida, investigación y terapia
empleadas; la importancia concedida a los procesos inconscientes; o el peso dado al
papel del desarrollo evolutivo en la determinación de la conducta adulta.
22. 4.1.2. Planteamientos estructurales
En este tipo de planteamientos se considera que las variables personales son de
naturaleza «estructural», denominándolas como rasgos o disposiciones estables de
conducta, cuya organización y estructuración peculiar configura la personalidad de un
individuo. Allport (1937) define el rasgo como algo que tiene una existencia real, en los
siguientes términos: «sistema neuropsíquico generalizado y focalizado, dotado de la
capacidad de convertir muchos estímulos en funcionalmente equivalentes, y de iniciar
y guiar formas coherentes de comportamiento adaptativo y expresivo» (pág. 312).
Definiciones en términos de constructo, más aceptadas en el contexto de la psicología
de la personalidad, han sido dadas por Cattell (1950, 1957) o Guilford (1959), como
disposiciones relativamente estables y duraderas que ejercen efectos generalizados
sobre la conducta. Los rasgos son comunes a las distintas personas, explicando las
diferencias individuales en función de la posición que cada individuo ocupa a lo largo
de la dimensión (o rasgo), así como de la peculiar organización entre los distintos
rasgos.
23. Se sostiene que la conducta es consistente y estable a lo largo de las distintas
situaciones y en diferentes momentos temporales; o, dicho en otros términos, que
la ordenación de los individuos en una variable o determinante personal específico
se mantiene cuando se observa la conducta en otros contextos. Así, por ejemplo, si
el individuo A es el más alto en ansiedad del grupo analizado, lo será tanto en
situaciones de naturaleza estresante (donde, aunque todos manifiesten más
reacciones de ansiedad, A seguirá estando a la cabeza de la clasificación), como en
situaciones neutras ( donde, aunque todos bajen en estado de ansiedad, A seguirá
estando por encima de sus compañeros de grupo).
24. Los supuestos principales del modelo situacionista o mecanicista parten de la idea de
que las causas que ponen en marcha y dirigen la conducta de las personas están fuera
de ellas, lo que las hace ser más reactivas que activas, como veíamos en el modelo
anterior. De esta forma, el conocimiento de los factores o condiciones externas permite
establecer predicciones exactas de lo que ocurrirá en posteriores evaluaciones o
momentos; y establecer, pues, secuencias causales.
Los planteamientos integrados en el modelo situacionista se caracterizan, con respecto
al modelo internalista, por un cambio en la consideración de los factores
determinantes de la conducta. Mientras en el modelo anterior, el mayor peso
explicativo del comportamiento recaía sobre variables personales (rasgos o procesos
afectivos y/o cognitivos); en el modelo situacionista se deja recaer dicha determinación
sobre factores ajenos o externos al individuo, es decir, sobre las condiciones
estimulares que configuran la situación en que se desarrolla la conducta.
Esta característica general se traduce en dos supuestos principales ( Pervin,1970;
Mischel, 1976; Bermúdez, 1985b): la consideración de que la conducta es aprendida, y
el énfasis en el estudio de la conducta como unidad de análisis.
25. En los modelos anteriores (internalista y situacionista), se partía del supuesto de
que la conducta estaba fundamentalmente determinada por fuerzas orgánicas o
internas (modelo internalista u organísmico) o por fuerzas ambientales o externas
(modelo situacionista o mecanicista)
. No obstante, ambos modelos reconocen implícitamente la participación de las
fuerzas no consideradas como principales, es decir, la situación, en el modelo
internalista; y el organismo, en el situacionista.
26. El modelo interaccionista (o dialéctico) vendría a superar las limitaciones de los
planteamientos unidimensionales, al entender que la conducta estaría
determinada, en parte, por variables personales; en parte, por variables
situacionales; pero, fundamentalmente, por la interacción entre ambos tipos de
determinantes. Bajo este modelo de sistema abierto, la personalidad no sería una
máquina ni una entidad predestinada, sino un sistema autorregulador en
permanente interacción con otros sistemas. Así, los conceptos de autorregulación y
de interacción implican potencialidades tanto como propiedades, y serían las
piedras angulares de la personalidad (Van Heck y Caprara, 1992).
27.
28. ELEMENTOS IMPORTANTES EN EL ESTUDIO DE LA PERSONALIDAD
El psicólogo de la personalidad tiene como meta comprender la estructura y los
procesos psicológicos que contribuyen al funcionamiento distintivo del individuo,
sin olvidar los factores ambientales y genéticos que influyen y afectan al mismo.
La estructura
La estructura se refiere a los aspectos más estables de la personalidad. En el
pasado, se hablaba de categorías temperamentales de carácter discreto e
independiente, donde una persona podía ser pícnico o atlético pero no podía
compartir características de ambos temperamentos. De forma más general y
actual, se utilizan los conceptos de rasgo y de tipo para recoger estos aspectos más
disposicionales y difíciles de cambiar.
29. El proceso
El proceso se refiere a los conceptos motivacionales, cognitivos o afectivos que dan
cuenta de la conducta. En el hecho de que finalmente el individuo lleve a cabo una u
otra conducta intervendrán estos aspectos dinámicos que interactúan con las
características de la situación o contexto considerado.
Los determinantes ambientales y culturales
Además de estos aspectos de estructura y proceso, hay que tener en cuenta que el
individuo, a lo largo de su vida, recibirá influencias ambientales y genéticas que
afectarán a su personalidad (estructura y dinámica).
Entre los determinantes ambientales nos encontramos los factores culturales, sociales
o familiares. El pertenecer a una u otra cultura determina las metas que nos
proponemos, nuestra forma de valorar el éxito o el fracaso, o lo que es importante y lo
que no lo es, y de ahí, las consiguientes reacciones cognitivas y afectivas que podemos
experimentar ante estas situaciones.