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Psicoterapia existencial: ansiedad, muerte y confrontación con la muerte
1. MUERTE, ANSIEDAD Y
PSICOTERAPIA
Por: Irvin D. Yalom
Curso: Psicoterapia III
Facilitadora: Elizabeth Carranza
Heyda Azucena Alvarado Cardona 201604686
Hilda Daniela Gramajo Salguero 201604686
2. PSICOTERAPIA EXISTENCIAL
Esta dividida en cuatro secciones, cada una de las cuales explora, desde una
perspectiva clínica:
1. MUERTE
2. LIBERTAD
3. AISLAMIENTO
4. SIGNIFICADO DE LA VIDA
3. MUERTE:
Postulados básicos:
1. El temor a la muerte juega el papel principal, es una oscura y desconcertante
presencia al filo de la conciencia.
2. El niño, a una edad temprana, tiene la preocupación dominante de la muerte.
3. Para hacer frente a estos temores, erigimos defensas basadas en la negación,
contra la conciencia de la muerte.
4. Puede construirse un enfoque robusto y eficaz de la psicoterapia, fundamentado
en la conciencia de la muerte.
4. VIDA, MUERTE Y ANSIEDAD:
Si el objetivo de la de la terapia es infundir la esperanza:
¿Por qué invocar la desesperanza de la muerte? La meta de la terapia es
ayudar al individuo a aprender cómo vivir.
¿Porque no dejar la muerte para los muertos? La muerte nos llama todo
el tiempo, que nuestras actitudes hacia la muerte influyen en el modo en
que vivimos y crecemos, y en el modo en el que flaqueamos y caemos
enfermos.
Hay 2 proposiciones básicas:
1. La vida y la muerte son interdependientes. Existen simultáneamente, no
consecutivamente.
2. La muerte es la fuente primordial de la ansiedad y, como tal, la fuente
primaria de la psicopatología.
5. INTERDEPENDENCIA VIDA-MUERTE:
La muerte: Según los estoicos, es el acontecimiento mas importante de
la vida. Aprender a vivir bien es aprender a morir bien, y al contrario
aprender a morir bien es aprender a vivir bien.
La muerte es un factor de la vida. La reflexión dice que la muerte no es
simplemente el último momento de la vida. El último paso no causa la
fatiga, sino que la revela.
Según Heidegger “La conciencia de nuestra muerte personal actúa
como una espuela que nos desplaza de un modo de existencia hacia
otro más elevado”.
Heidegger creía que hay dos modos fundamentales de existir:
1. Un estado del ser caracterizado por el olvido.
2. Un estado del ser caracterizado por la conciencia.
6. 1. Vivir en un estado de olvido del ser: Se vive en el mundo de
las cosas, estando inmerso uno mismo en las diversiones
cotidianas de la vida. Uno se deja vencer por el mundo
cotidiano, por la preocupación, por la manera en que son las
cosas. Ordinariamente uno vive en este estado, Heidegger
se refiere a el como “inauténtico”. Un modo en que uno no
se da cuenta de la propia autoría de la vida y el mundo
propios, en el que uno “huye”, “cae” y está sedado.
2. Estado de la conciencia del ser: Uno se maravilla no por la
manera en que las cosas son, sino de que sean. Existir de
este modo significa estar continuamente consciente del ser.
Este modo se le conoce como: “Modo ontológico”, este
modo aquel en el que estamos en contacto con nuestra auto
creación. Aquí es donde podemos aprovecha el poder para
cambiarse a si mismo.
7. Hay condiciones inalterables, irremediables ciertas “experiencias
apremiantes” que nos sobresalta desde el primer estado de conciencia
del ser. A esto Jaspers se refirió como: Situaciones al borde o
“fronterizas” o “límite”.
La muerte es la condición que hace posible que vivamos a vida de un
modo auténtico.
Según Freud, la vida se reduce cuando se niega la muerte. Creía que la
fugacidad de la vida aumentaba nuestro placer en ella. Cuando se
excluye la muerte, cuando uno pierde de vista las apuestas que ello
implica, la vida se empobrece.
Al especular sobre la ausencia del hecho de la muerte, tanto como la
idea de la muerte, daría como resultado igual embotamiento de la
propia sensibilidad hacia la vida.
8. CONFRONTACIÓN CON LA MUERTE:
CAMBIO PERSONAL
Rusell Noyes estudió doscientos individuos que habían tenido experiencias
cercanas a la muerte (accidentes de automóvil, ahogamiento, caídas en la
escalada de montañas, etc.) e informó que un número sustancial del 23%
describía, incluso años más tarde, que, como resultado de su experiencia,
poseía:
Una sensación de la brevedad de la vida y de lo preciosa que era…
Una mayor sensación de entusiasmo en la vida.
Una acentuación de la percepción y la receptividad emocional ante el
entorno inmediato.
Una habilidad para vivir el momento a medida que pasa.
Una mayor conciencia de la vida y de vivir las cosas y la urgencia de
disfrutarlas ahora, antes de que sea demasiado tarde.
9. CÁNCER: CONFRONTACIÓN CON LA MUERTE
Mucho de los enfermos con cáncer ha informado de sorprendentes cambios,
cambios internos que no pueden caracterizarse de otra manera que como de
“crecimiento personal” .
Una redistribución de las prioridades de la vida.
Una sensación de liberación.
Una sensación realzada de vivir el presente inmediato.
Una apreciación vívida de los elementales de la vida: el cambio de estaciones
del año, el viento, la caída de las hojas, las últimas Navidades, etc.
Una mas profunda comunicación con los seres queridos que antes de la
crisis.
Menos temores interpersonales, menos preocupación por el rechazo, una
mejor disposición para asumir riesgos que antes de la crisis.
10. Muerte y vida son interdependientes: Aunque físicamente la muerte nos
destruye, la idea de la muerte nos salva.
Muerte y ansiedad: La ansiedad juega un papel central y obvio. Los
terapeutas generalmente, empiezan el trabajo con un paciente
centrándose en la ansiedad manifiesta, en los equivalentes de la
ansiedad o las defensas que el individuo establece en un intento de
protegerse a sí mismo de la ansiedad.
La ansiedad de la muerte: Un determinante que influye en la experiencia
y la conducta humana: el terror a la muerte está presente siempre, y de
tal magnitud que una porción considerable de la energía vital de uno se
consume en la negación de la muerte. Trascender la muerte es un
sentido de gran importancia en la experiencia humana.
11. LA ANSIEDAD DE LA MUERTE: DEFINICIÓN
Los filósofos hablan de la conciencia de la “fragilidad del ser” (Jasper), del terror
al “no ser”(Kierkegaard), de la “imposibilidad de mas posibilidades” (Heidegger) o
de la ansiedad ontológica (Tillich).
Temores más comunes hacia la muerte:
Mi muerte causaría una pena profunda a mis parientes y amigos.
Todos mis planes y proyectos llegarían a su fin.
El proceso de morir podría ser doloroso.
No podría tener ya mas experiencias.
No sería ya capaz de atender a los que dependen de mí.
Temo lo que podría sucederme si hay una vida después de la muerte.
Temo lo que le podría pasar a mi cuerpo después de la muerte.
12. Kierkegaard: fue el primero que estableció una clara distinción entre miedo y
ansiedad (terror). Contrastó el miedo, *que es miedo a alguna cosa, con el
terror, que es un miedo que no está dirigido hacia ninguna cosa “no”, como
observó irónicamente, “una nada con la que el individuo no tiene nada que
hacer.
Uno siente terror (o está ansioso por algo) perdiéndose a sí mismo y
convirtiéndose en la nada. Esta ansiedad no puede ser ubicada “nos ataca
de repente desde todas partes”, una sensación de impotencia que genera
más ansiedad.
¿Cómo podemos combatir la ansiedad? *Desplazándola desde la nada hacia
alguna cosa.
Si podemos transformar un miedo a la nada en un miedo a algo, podemos
montar alguna campaña de autoprotección, esto es, podemos o bien evitar
la cosa que tememos, buscar aliados contra ello, desarrollar rituales mágicos
para bloquearla.
13. LA ANSIEDAD DE LA MUERTE:
MANIFESTACIONES CLINICAS
Para protegerse de la ansiedad de la muerte, el niño pequeño
desarrolla mecanismos de protección que se basan en la negación,
pasa después por varias fases, y al final la protección, consiste en un
conjunto altamente complejo de operaciones mentales que reprimen
la ansiedad, manifiesta de la muerte y la entierran bajo capas de
operaciones defensivas tales como:
El desplazamiento,
La sublimación y
La transformación.
14. Heidegger llamó “la extrañeza” (unbeimlich): la experiencia de “no estar
en el hogar estando en el mundo”, lo que consideró (y yo puedo dar
testimonio de ello) una típica consecuencia de la conciencia de la
muerte.
En modo alguno son idénticas al terror primitivo ante la muerte que
reside en el inconsciente: Un terror que forma parte del tejido del ser,
que se forma tempranamente en la vida, en un tiempo anterior al
desarrollo de la formulación conceptual precisa, un terror que es
escalofriante, extraño, embrionario, un terror que existe antes y al
margen del lenguaje y la imagen.
La ansiedad primaria es transformada siempre en algo menos tóxico
para el individuo, ésta es la función de todo el sistema de defensas
psicológicas.
15. El fracaso por lo regular amenaza la sensación de ser
especial, es una de las más comunes y potentes defensas
para la negación de la muerte.
16. BIBLIOGRAFIA:
Yalom, Irvin D. (2000) Psicoterapia existencial y terapia de grupo (2ª. Ed.)
Barcelona, España: Editorial Paidós, SAICF, Defensa, 599- Buenos Aires, PP. 308.