Los receptores opioides (MOR, DOR y KOR) se distribuyen ampliamente en el cuerpo y el cerebro. Reconocen agonistas como la morfina y antagonistas como la naloxona. Los receptores pertenecen a la familia de receptores acoplados a proteínas G y señalizan a través de proteínas Gi/Go. Los receptores pueden sufrir regulación posactivacional como la internalización mediada por agonistas.