Este documento presenta recomendaciones generales para un trabajo participativo efectivo con comunidades. Señala que los procesos participativos no son lineales sino cíclicos y retroalimentados, y que aunque la participación no es neutral, se debe procurar la interacción entre actores con diferentes perspectivas para lograr una verdadera transformación. También destaca la importancia de utilizar técnicas adaptadas a las necesidades y características específicas de cada comunidad.