La reforma laboral española limita la temporalidad a 24 meses y reduce el coste del despido, al contrario de lo que ocurre en la mayoría de países europeos. La economía española tiene mayores tasas de paro, temporalidad y paro juvenil que la media europea, además de menores salarios. Los convenios sectoriales priman sobre los de empresa en España, mientras que en otros países como Alemania es al revés.