La resolución condena el golpe de Estado en Honduras que derrocó al presidente José Manuel Zelaya Rosales, exige la restauración inmediata de Zelaya a la presidencia, y declara que no reconocerá ningún gobierno surgido del golpe. También instruye al Secretario General a realizar gestiones diplomáticas para restaurar la democracia en Honduras en un plazo de 72 horas o la OEA suspenderá a Honduras.