El documento argumenta que el capitalismo y el desarrollo sostenible son contradictorios e incompatibles. El capitalismo se basa en la explotación de los recursos naturales y la mano de obra para maximizar las ganancias a corto plazo, lo que conduce inevitablemente al deterioro ambiental y al agotamiento de los recursos. Por otro lado, el desarrollo sostenible pretende conciliar la economía y la ecología, pero esto es una falacia dentro del sistema capitalista debido a su lógica intrínseca de acumulación sin límites.