2. Establecemos nuestros valores a partir de
nuestra idea de lo que es el ser humano.
Una persona que piensa que la persona
es un ser orientado al compromiso y al
amor, no tendrá los valores de alguien que
piense que el hombre debe buscar su
propio beneficio a costa de los demás.
4. Los valores se viven, se proponen,
pero no se pueden imponer.
Los valores nos sirven como
orientación para tomar decisiones.
5. Cada persona es única y es responsable
de definir sus propios valores.
Lo que cada uno tenemos que
descubrir por nuestra cuenta es como
aplicarlos en las circunstancias
concretas en las cuales vivimos y que
orden de importancia hemos de
darles en cada situación.
6.
7. Hacer consientes nuestros
verdaderos valores es un paso
indispensable para educar
éticamente a nuestros hijos.
Los valores se conocen por las
acciones. El adolescente
aprende los valores observando
como se comportan las
personas a su alrededor.
8.
9. Nuestro hijo aprende a actuar y a tratar a
los demás como nos ve actuar y como lo
tratamos.
Por eso es tan importante ser congruentes
entre lo que pensamos, lo que decidimos y
lo que hacemos.
10. La rebeldía es otra manera de descubrir
los valores.
El adolescente también prueba, mide, reta,
quiere saber que pasa cuando desobedece
o cuando se comporta de manera distinta a
la que se acostumbra en casa. El joven
aprende con mas profundidad y eficacia si
los a descubierto por si mismo, incluso
actuando en contra de ellos.
11. Los limites y las reglas deben indicar al
adolescente no solo lo que no puede
hacer, sino sobre todo lo que si puede.
En vez de que le pongamos restricciones,
es mejor que le demos otras posibilidades
de actuar.
Para el adolescente es más fácil realizar
una acción concreta que controlarse para
dejar de hacer algo. Es mucho mas
efectivo decirle lo que si puede hacer; nos
entendemos mejor si hablamos suave.
12. El adolescente suele aceptar las reglas si
con claras, justas y razonables.
Si estamos enseñando al adolescente a
ser independiente y responsable, tenemos
que darle oportunidad de decidir, dentro de
ciertos márgenes, cuando y como hacer
las cosa. Así, el joven sentirá que
respetamos su tiempo y su autonomía y
aprenderá a colaborar con más gusto.
13. Procuremos dar a nuestros hijos muy
pocas ordenes, fijar algunas reglas
esenciales y darles oportunidad de actuar
libremente en todo lo demás.
Evitar el prohibirles; es mejor
que aprendan las reglas
importantes fundamentales
Es mas efectivo crear un ambiente seguro
que vigilarlo y controlarlo constantemente,
son oportunidades de aprender a decidir y
a observar las consecuencias de su
conducta.
14. La disciplina es una expresión de amor a nuestros hijos y
una responsabilidad fundamental de los padres.
Supone un gran trabajo y control personal,
mantener la serenidad para guiar a nuestro
hijo y resolver los conflictos sin agredirlo o
faltarle al respeto.
Es una gran responsabilidad porque el
adolescente es incapaz de controlar sus
impulsos, y carece de un criterio
suficientemente desarrollado para decidir y
responder por las consecuencias de sus
actos en gran parte de las situaciones que
se le presentan.