El documento describe el cielo y la tierra nueva según el libro de Apocalipsis capítulos 21 y 22. Señala que Dios hará nuevas todas las cosas y destruirá la antigua tierra y cielo. La nueva Jerusalén será el lugar de encuentro con Dios y tendrá características como muros, puertas y una forma cúbica perfecta. El llamado final de Dios es a lavar las ropas y beber del agua de vida para tener acceso a la nueva tierra y Jerusalén.