Este soneto presenta la vida humana como breve y vulnerable frente a la muerte inevitable. En la primera parte, el poeta describe cómo ni el acero ni el mármol pueden resistir el paso del tiempo. Luego compara la vida a un río oscuro que desemboca en un mar negro, representando la muerte. Finalmente, concluye que la muerte es una ley ineludible ante la que solo cabe la resignación.