La sustentabilidad implica satisfacer las necesidades presentes sin comprometer las futuras, estableciendo un equilibrio entre aspectos económicos, ecológicos y sociales. Este concepto destaca la interconexión de todos los elementos del entorno y la necesidad de preservar recursos naturales mediante un uso responsable. Además, promueve la equidad social y la inclusión, así como prácticas que minimicen el impacto ambiental, como el principio de 'quien contamina paga' y el etiquetado informativo para consumidores.