La formación cívica y ética enseña a los estudiantes a convivir en sociedad respetando valores como la igualdad y la no violencia. La formación cívica cubre cómo comportarse de manera apropiada en la sociedad, mientras que la ética estudia los actos buenos y malos. Juntas, la formación cívica y ética ayudan a los estudiantes a aprender a ser ellos mismos y a relacionarse con los demás de manera positiva.