No es infrecuente que las familias con niños que presentan TDAH tiendan a desarrollar un estilo educativo basado en la sobreprotección. Debido a que la propia sintomatología del trastorno suele presentarse con conductas disfuncionales y desadaptativas, los padres a menudo intervienen e incluso se adelantan a cualquier tipo de situación conflictiva que se les presenta, privándoles de esta forma del aprendizaje experiencial y por ende, un correcto desarrollo madurativo.