TIPOLOGÍA TEXTUAL- EXPOSICIÓN Y ARGUMENTACIÓN.pptx
Temas americanistas y jornadas de reflexion prehistoria indigena
1. 113
CHARRÚAS Y GUENOA-MINUANOS: CABALLOS, MUJERES Y NIÑOS
CHARRÚAS Y GUENOA-MINUANOS: HORSES, WOMEN AND CHILDREN
Diego Bracco
Universidad de la República (Uruguay)
Resumen
Desde el siglo XVI hasta el año 1831 los indígenas nómadas de las llanuras
situadas al oeste del Río de la Plata y del río Paraná resistieron el avance de tres frentes
de la sociedad colonial. Sin embargo fueron derrotados tempranamente. Tal parece
consecuencia de la dificultad para proveerse de caballos y para mantener a resguardo
sus mujeres y niños.
Abstract
From the sixteenth century until 1831 the nomadic Plains Indians west of the Río
de la Plata and the Parana River resisted the advance of three fronts of colonial society.
However they were defeated early. This seems due to the difficulty of both providing
themselves with horses and keeping safe their women and children.
Palabras clave
Charrúas guenoa-minuanos caballos mujeres niños
Charrúas guenoa-minuanos horses women children
Recibido: 20/09/2014
Aceptado: 10/12/2014
2. 114
Introducción
Durante siglos los "infieles"1
de las llanuras situadas al oeste del Río de la Plata
y del río Paraná -esquemáticamente charrúas y guenoa-minuanos-2
resistieron el avance
de tres frentes de la sociedad colonial que cercaron el territorio que habitaban. El cerco
se fue estrechando en la misma medida en que la sociedad colonial tendió a expandirse.
El avance español se produjo desde el oeste, a partir del río Paraná. El frente jesuítico
guaraní, desde el norte y sus avanzadas fueron los pueblos de Yapeyú y San Borja. El
portugués a su vez se produjo desde el este -sin perjuicio del caso de Colonia del
Sacramento- especialmente a partir de la fundación de Río Grande del Sur en 1737.
No toda la interacción fue violenta durante ese lapso ni siempre los indígenas
fueron los derrotados. Por ejemplo la existencia de Montevideo estuvo amenazada desde
los años 1730 a 1732 por la hostilidad guenoa-minuana. E incluso tan tarde como
principios del siglo XIX los "infieles" fueron capaces de derrotar completamente a una
partida de 50 blandengues a pesar de las precauciones que debió tomar porque
atravesaba territorio hostil.3
Sin embargo, a la larga aquellos que la documentación
denominó "infieles" resultaron vencidos. La derrota parece asociada tanto a la
imposibilidad de mantener a resguardo a sus mujeres y niños como a la dificultad para
proveerse de caballadas. Principalmente debido a esas dos variables sus naciones4
no
pudieron -como en otras latitudes- perpetuar la resistencia hasta que el advenimiento de
las armas automáticas, el telégrafo, el ferrocarril y el alambrado les diera un golpe final.
1
Se ha empleado el término "infiel” a pesar de su carácter etnocéntrico, ya que fue intensamente usado en
las fuentes y caracteriza para el período y región a los indígenas nómadas. Asimismo “indígena” incluye,
por ejemplo, a los guaraníes misioneros, y nómada también es aplicable a los gauchos.
2
La documentación muestra de manera reiterada que los jesuitas denominaron "guenoas" a los indígenas
que portugueses y españoles llamaron "minuanos" o "minuanes". Para evitar la confusión que ha llevado
incluso a considerar que guenoas y minuanos eran naciones distintas, se emplea "guenoa-minuano".
3
Archivo General de la Nación. Montevideo. (en adelante A.G.N.) Colección de documentos originales
sobre historia del Uruguay que pertenecieron al profesor Juan E. Pivel Devoto. (En adelante Colección
Pivel Devoto) Tomo I, Caja 3, Carpeta 10. Jorge Pacheco al virrey Avilés. Cuartel general del Yacuí, 21
de marzo de 1801.
4
El término nación fue permanentemente usado en las fuentes para referirse a charrúas y guenoa-
minuanos.
3. 115
Un ejemplo a inicios del siglo XVIII
A principios del siglo XVIII hubo guerra en la campaña situada al oriente del río
Paraná. Esquemáticamente uno de los bandos estaba formado por una coalición de
"infieles" preponderantemente charrúa y/o bohan. El otro, la sociedad jesuítico guaraní
que contó con la ayuda de los también "infieles" guenoa-minuanos.
En los inicios del conflicto indígenas de los pueblos misioneros de La Cruz y
Yapeyú comandados por un jesuita los exhortaron a irse de esas inmediaciones y dejar
de emplear el ganado que consideraban propio:
“si no querían convertirse, y no hubo remedio, diciendo [los "infieles"] que
querían pelear y defendiendo los guaraníes su estancia y vidas, trabose
pelea, murieron doce infieles y les quitaron parte de la chusma,
devolviéndoselas luego ... Estando todos [los guaraníes misioneros] a pie, y
esparcidos mudando caballos, fueron acometidos por cuatro partes tan de
improviso que apenas les dieron lugar para poderse juntar: eran los infieles
más de 600 y los nuestros aun no llegaron a 400, casi todos a pie y los
infieles a caballo, pelearon desde medio día hasta puesto el sol ...
Lleváronse los infieles nuestra caballada, y serían hasta tres mil los
caballos que se llevaron, sin podérselo embarazar, por hallarse los nuestros
a pie".5
Siguiendo el relato de uno de los jesuitas –Egidio Staez- que participó en la
primera parte de la operación sabemos que el treinta de octubre como a las dos de la
tarde se mostraron los "infieles" sobre un alto, como a una legua. Y aprovechando que
los guaraní misioneros no tenían suficiente gente a caballo:
"se arrojaron los infieles a hurtar una tropa de caballos y algunas vacas.
Después de media hora de combate se recobraron los caballos, sin que de
los nuestros [narró el mencionado jesuita] hubiese daño alguno, y sí,
muertos y heridos del enemigo. Después de esto, se hizo el avance grande
ejecutado por los de a pie y algunos de a caballo, poniendo en fuga al
enemigo, perseguido hasta más allá de sus tolderías, distantes como media
legua de la loma donde se comenzó la batalla".
5
Archivo General de la Nación Argentina (En adelante A.G.N.A.) IX-41-1-3. exp. 1. Carta del padre
Ignacio de Arias a Trías. N. S. de Fe, 19 de agosto de 1701.
4. 116
En ese contexto muchos guaraníes misioneros "atendían a hurtar los caballos de
sus enemigos, los cuales "viéndolo, dieron sobre ellos, matando unos cuarenta. Al día
siguiente y habiendo aumentado el número de "infieles" Staez mandó situar los caballos
en medio de la infantería: “viendo esto, los infieles hicieron el último esfuerzo
embistiéndonos por tres partes a un mismo tiempo, apeándose como 20 de los infieles
en cada parte, los cuales peleaban con piedras y flechas con el resguardo de los de a
caballo".6
Había, entre diversas circunstancias militares, una que era muy favorable a los
atacantes porque:
“el tiempo para los caballos fue el peor del año; fue por octubre recién
salidos del rigor del invierno, y después de haber caminado tanto camino:
los infieles en esto nos hacen suma ventaja, porque están en sus tierras, los
caballos gordos y descansados, y muchos. En tiempo de la pelea, todo el
tiempo están remudando, y siempre pelean con caballos de refuerzo, los
nuestros tras cuatro, o cinco escaramuzas ya no pueden aguantar, y aunque
los venzan no pueden seguir al alcance porque no aguantan los caballos,
cuantas facciones se han malogrado ha sido por falta de caballos, y las
averías han sido por lo mismo”.7
Hacia fin del año 1701 las operaciones pasaron a realizarse principalmente al
oriente del río Uruguay. En un reconocimiento que se hizo desde Buenos Aires al actual
departamento uruguayo de Colonia, un oficial se refirió a “los toldos de los dichos
indios ["infieles"] que cogerían distancia de cuatro cuadras y que tenían muchísima
caballada que estaba por allí tendida”.8
Casi al mismo tiempo, en otro reconocimiento
se aseguró que: "tres mil indios están en la Piedra Redonda, ocho leguas de este real9
en
doscientos y ochenta toldos con caballada que coge más distrito de dos leguas largas".10
Muy poco después se afirmaba que se trataba de "tres mil indios con sus toldos y a estos
6
A.G.N.A. IX-41-1-3. exp. 1. fs. 233 y ss. Carta del padre Egidio Staez, al padre Zea. Quaray, 15 de
noviembre de 1701.
7
A.G.N.A. IX-41-1-3. exp. 1, fs. 231. Carta del provincial de la Compañía de Jesús, padre Ignacio de
Arias, al gobernador Prado Maldonado. Córdoba, 3 de diciembre de 1701.
8
A.G.N.A. IX-41-1-3. exp. 1, fs. 246 – 249. Declaración del alférez Amador de Rojas. Buenos Aires, 25
de diciembre de 1701.
9
La guardia de San Juan, situada -Río de la Plata de por medio- aproximadamente frente a Buenos Aires.
10
A.G.N.A. IX-41-1-3. exp. 1, fs. 235 – 240. El cabo de la guardia de San Juan, Fco. de Pedraza al
gobernador Prado y Maldonado. “De esta boca del río de San Juan”, 26 de diciembre de 1701.
5. 117
de buena razón traerán más de seis mil caballos".11
Contra ellos se dirigió un ejército
jesuítico guaraní. En la revista pasada a mil doscientos de sus hombres -novecientos ya
habían partido- se señaló que llevaban cuatro mil caballos.12
El 6 de febrero de 1702 el ejército guaraní sorprendió a la coalición "infiel" en
las márgenes del río Yi. El oficial español que al menos en teoría los comandaba
expresó: “al amanecer les dimos un albazo13
con tanta presteza que no se les dio lugar a
los enemigos a tomar caballos, en que estuvo nuestra felicidad porque son destrísimos
en manejarlos".14
Según señaló un religioso los "infieles" no tuvieron tiempo de tomar
sus
"caballos en que tenían ellos toda su confianza”. Así, los obligaron a
retirarse “a lo más espeso de la montaña15
... siempre estuvieron protervos
los enemigos, queriendo primero morir al rigor de nuestras armas que
entregarse ... y por esta causa perecieron casi todos los hombres de pelea, y
no pocas mujeres porque estaban con sus arcos y flechas peleando con los
mismos varones ... [Se les ha capturado] mucha chusma de mujeres y niños
que pasan de quinientas almas.16
Poco después los jesuitas comunicaban que habían repartido en los pueblos de
misiones las 508 "piezas" cautivas, cuidando “de que en ningún tiempo se puedan
volver a sus tierras”, y encargando especialmente su adoctrinamiento cristiano a los
respectivos padres”.17
11
A.G.N.A. IX-41-1-3. exp. 1. fs. 241. El cabo de la guardia de San Juan, Francisco de Pedraza al
gobernador Prado y Maldonado. San Juan, 26 de diciembre de 1701.
12
A.G.N.A. IX-41-1-3. exp. 1. fs. 325 - 328. Consejo de Guerra, “sobre este Río Ibicuí Estancia del
pueblo de San Borja”. 25 de diciembre de 1701.
13
Albazo: el asalto que los españoles daban a los enemigos con quienes traían guerra, o a los indios
cuando los conquistaron, saliendo de sus plazas. Diccionarios de la Real Academia Española (En adelante
DRAE). Recurso Electrónico www.rae.es. Año 1726.
14
A.G.N.A. IX-41-1-3. exp. 1, 341 – 342. Alejandro de Aguirre al gobernador de Buenos Aires "deste
camino y paraje de Tacuarembotí. 18 de febrero de 1702.
15
En la época, sinónimo de monte o bosque.
16
A.G.N.A. IX-41-1-3. exp. 1, fs. 335 – 336. El padre Mateo Sánchez al gobernador de Buenos Aires. “De
este camino y paraje del Tacuarembotí”, 28 de febrero de 1702.
17
A.G.N.A. IX-41-1-3. exp. 1, fs. 339 – 340. El padre Juan Bautista de Zea al gobernador de Buenos
Aires. Santo Tomé, 12 de marzo de 1702.
6. 118
Para ejemplificar hasta qué punto grupos "infieles" que acababan de ser
derrotados quedaron condenados demográficamente, interesa la declaración de un
oficial que visitó un grupo de los "infieles" derrotados en el año 1703. Afirmó que:
"vio en la reducción vieja de Santo Domingo Soriano18
diez toldos de
indios bohanes que los halló pacíficos y los contó y halló ochenta indios de
catorce años para arriba y diez y ocho indias grandes y dos pequeñitas. Y
preguntándoles por que estaban tan pobres y desnudos y sin cabalgaduras
le respondieron que eran de los que habían escapado de la mortandad que
habían hecho los indios guaraníes con los guadatiranes [guenoa-
minuanos]... Y aunque ellos, los dichos bohanes solían asistir en dicha otra
banda se habían retirado a esta por las mortandades que les habían hecho
[el ejército jesuítico guaraní y los guenoa-minuanos] en cuya fuga se les
había ahogado en el río Negro su chusma al pasar dicho río Negro, de los
que habían escapado de dicha mortandad y de los que habían llevado
dichos [guenoa-minuanos]".19
La desproporción entre hombres y mujeres era tan acentuada que debe haber
acabado con ese grupo.20
Del mismo modo la gran cantidad de mujeres y niños perdidas
por los "infieles" derrotados tiene que haber provocado desequilibrios mayores y
comprometido sus posibilidades de reproducción social.
Un ejemplo a mediados del siglo XVIII
A mediados del siglo XVIII hubo numerosos episodios de interacción hostil
entre los "infieles" del Río de la Plata y la sociedad colonial. Por ejemplo el gobernador
de Buenos Aires ordenaba al comandante de Montevideo que obligara a una nación
"infiel" -los guenoa-minuanos- que se redujeran a vivir en "pueblo y a la santa fe,
18
Situada en la ribera occidental del Uruguay, en la actual provincia de Entre Ríos.
19
A.G.N.A. XI-41-1-3. exp. 4. Declaración del sargento mayor Pablo Hernández. Santa Fe, 20 de octubre
de 1703.
20
Al mismo tiempo las mujeres y niños restados a los derrotados debe haber contribuido a la fortaleza
demográfica del proyecto jesuítico guaraní. También en cierta medida redundó en beneficios de los
guenoa-minuanos. Se ignora la cantidad de mujeres que quedaron en poder de esa nación, aunque se
conoce que en 1708 o 1709 se negoció la devolución de algunas o todas para sellar una alianza con los
antiguos enemigos.. A.G.N.A. VII, Colección Lamas, Legajo 6. “Misiones jesuíticas / Diario de los
sucesos y de las operaciones de guerra de los dos tercios de / indios de las Misiones conducidos / por los
padres de la Compañía de / Jesús contra los indios infieles del Uruguay. / por el p. Gerónimo Herrán /
1709.
7. 119
viviendo en paz, o en caso de permanecer haciendo hostilidades, pase a castigarlos y
arruinarlos, acabando con ellos de una buena vez".21
Por entonces esos "infieles"
continuaban siendo preponderantes en un enorme territorio cuya superficie excede la del
actual Uruguay. Así, en una comunicación del año 1749 se indicó que desde las
inmediaciones de Colonia del Sacramento hasta Río Grande habitaban "los indios
infieles minuanes" ... [que] se mantenían "de robar ganados y caballadas de los vecinos
y estancias de Montevideo. Se compone esta nación (según noticias) de tres a cuatro
mil, y entre ellos, como mil indios de armas".22
Conviene destacar que una vez más se indicó una muy baja proporción de
mujeres, niños y ancianos respecto de los guerreros. La proporción de dos o tres
mujeres, niños y ancianos por cada hombre de armas quizás indica que para entonces
importante cantidad de "chusma" se había avenido a vivir en las reducciones jesuíticas y
en poblados de la sociedad colonial. Si así fue, al promediar el siglo XVIII, la situación
era del máximo riesgo para la perpetuación del predominio guenoa-minuan.
Ese riesgo se veía incrementado en tanto el gobernador de Buenos Aires había
dado orden para que se "los pase a cuchillo si no se contenían después de haberlos
requerido con paz y buena correspondencia, por si podíamos ganar sus almas, que es la
mente de Su Majestad.".23
A pesar de las amenazas la interacción hostil continuó en
aumento. En el otoño de 1750 llegó a Montevideo "noticia que los indios infieles
minuanos han determinado entrar a sacar la caballada de estos campos y vecinos de esta
ciudad y llevárselas para dejar esta ciudad indefensa".24
En los meses subsiguientes la
situación no hizo sino empeorar. Tras un ataque "infiel" que dejó numerosas víctimas
una parte de los guenoa-minuanos que habían optado por la paz decidió alejarse de
Montevideo, probablemente temiendo represalias de la sociedad colonial. Ello habría
21
Revista del Archivo General Administrativo: o colección de documentos para servir al estudio de la
historia de la República Oriental del Uruguay / patrocinada por el gobierno y dirigida por Pedro
Mascardó. Archivo General de la Nación (Uruguay). Imprenta El siglo Ilustrado. Montevideo, 1885 –
1943. T. II, p. 267.
22
A.G.I., Buenos Aires, 304. Informe del gobernador Andonaegui al marqués de la Ensenada. 5 de
setiembre de 1749.
23
Revista del Archivo General Administrativo. Op. Cit., T. II., p. 288.
24
Revista del Archivo General Administrativo. Op. Cit., T. II., p. 295.
8. 120
servido como pretexto para perseguirlos y " queriendo la vanguardia pasar a hablar con
ellos para saber cuál era el motivo de su retirada, se opusieron dichos indios al paso,
queriéndolo impedir con flechas que dispararon, por lo que fue preciso echarse sobre
ellos y romperlos a fuerza, y mataron 22 indios".25
Los atacantes "recogieron la chusma,
que son 82 almas entre grandes y pequeñas".26
Tales mujeres y niños fueron repartidos
entre vecinos de Montevideo y una vez más aumentaron los problemas de "potencial
reproductivo" de los "infieles".
La documentación señaló que a los derrotados se les quitó 160 "caballos, yeguas
y potros, todos de los de la gente de la tierra".27
Tal cantidad era insuficiente para una
retirada que debía realizarse con celeridad y probablemente constituya explicación de la
derrota "infiel".
Contra el grueso de esos "infieles" guenoa-minuanos, los que sí habían tenido
parte en los ataques, se organizó una expedición con hombres seleccionados para ese
tipo de guerra.28
En la “relación de lo que se necesita para la salida que se debe hacer
para castigar a los indios, en 20 de febrero de 1751” 29
se indicó que debían llevar
"caballos a ocho por hombre y necesariamente a seis, resultaban en un mínimo de
1.200.30
La expedición consiguió situarse cerca del enemigo sin ser descubierta. A poca
distancia su comandante ordenó:
"aligerar la marcha, dieron con ellos, y habiendo avanzado nuestra gente,
se acogieron al monte los indios y familias, en el que se mataron algunos de
25
A.G.N.A. Legajo Montevideo IX – 2 – 1 – 4. Francisco Gorriti al gobernador Andonaegui. Montevideo,
20 de enero de 1751.
26
Idem.
27
Idem.
28
A.G.N.A. IX – 2 – 1 – 4. Francisco Gorriti al gobernador Andonaegui. Montevideo, 21 de marzo de
1751. En Montevideo se estimaba que saldrían "los 200 hombres de muy buena calidad, porque hay
donde escoger, y bastantes caballos que es en lo que había mayor dificultad".
29
A.G.N. Caja Colonial, 2, Carpeta 10 A.
30
Idem
9. 121
armas, y también chinas y criaturas al tiempo que se les dio el avance, y se
cogieron vivos noventa y una piezas".31
Los indígenas sin tiempo para más, se refugiaron en el monte. Cabe conjeturar
que en esas circunstancias perdieron el acceso a sus caballadas. Durante ese primer
ataque los "infieles" sufrieron muchas bajas. Además, como ya se ha expresado,
perdieron 91 mujeres y niños que se sumaron a las 82 que habían sido previamente
capturadas cuando el ataque a los que se habían alejado temerosos de las represalias.
El "botín" de los vencedores también incluyó 325 caballos. La relativamente
escasa cantidad sugiere que los guenoa-minuanos estaban faltos de cabalgaduras; quizás
ello les impidió alejarse más de Montevideo y, por tanto, del peligro.
En síntesis, día 16 de abril habían sido capturadas 91 mujeres y niños. Unas 30
mujeres y niños más fueron apresadas en la jornada del 17. A ellas hay que sumar las
"chinas y criaturas [que se mataron] al tiempo que se les dio el avance" del día 16;
también las que murieron como consecuencia de las penalidades en los días
subsiguientes. Por supuesto, es necesario sumar las 82 que en enero habían sido
arrebatadas a los que se habían retirado para evitar represalias.32
Así, del mismo modo
que en la batalla del Yi del año 1702, la gran derrota de los "infieles" debe explicarse no
tanto por la cantidad de guerreros muertos en combate o ejecutados, sino por el
irreparable daño a sus posibilidades de reproducción social.
Un ejemplo a principios del siglo XIX
Hacia fin del siglo XVIII hubo un nuevo punto alto en la interacción hostil entre
sociedad colonial e "infieles" que eran preponderantes en un espacio decreciente situado
31 Idem.
32
López Mazz, José M. y Bracco, Diego. "Minuanos: apuntes y notas para la historia y la arqueología del
territorio guenoa-minuan". Montevideo. Linardi & Risso, 2010.
10. 122
:
principalmente al oeste del río Uruguay y al norte del río Negro. Para ejemplificar con
algunos sucesos un comandante que operaba bajo las ordenes del teniente gobernador de
Yapeyú, había tenido un "encuentro" con los "infieles". Les había arrebatado 266
caballos y capturado dos mujeres, una de ellas con un hijo.".33
No mucho más tarde -el
7 de enero de 1800- ese comandante había "avanzado"
"una toldería de minuanes en la costa del Ibiriapitá con 30 hombres,
habiendo muerto en la refriega cinco de dichos minuanes y a otros herido,
que se escaparon ... aprisionado treinta y dos familias. Entre ellas dos
cristianas cautivas, el hijo de una de ellas, y un muchacho del pueblo de
San Borja como de 10 años".34
También por entonces los "infieles" eran perseguidos por orden de las
autoridades de Buenos Aires. Uno comandante de la campaña informó que les había
quitado:
"trescientos ochenta y seis caballos ... [buscando que] caigan en las celadas
que he puesto ... pues no pudiendo ellos pasar sin caballada, es regular
vengan a ejecutar nuevos robos en los poblados de sus inmediaciones, como
tienen de costumbre, y cargados de mi caballería en campo raso, distante de
los bosques, mirándose a pie como han quedado, es indispensable se
rindan".35
Por supuesto, la iniciativa en la interacción hostil no correspondió a uno solo de
los bandos. Así, el 17 y 18 de enero del año 1800 los "infieles" habían avanzado hacia el
río Queguay y arroyo Guayabo, en el norte del actual Uruguay. Las estancias quemadas
y asoladas habían sido seis, donde "hasta las gallinas mataron".36
Pocos días más tarde
tocó el turno a las del arroyo Salsipuedes. En una mataron un hombre y llevaron a su
mujer; en otra también quitaron la vida a un hombre y aprisionaron a un muchacho.
Tales estancias y otras habían quedado enteramente abandonadas.37
33
A.G.N. Colección Pivel Devoto Tomo I, Caja 3, Carpeta 10. Francisco Bermúdez al virrey Avilés.
Yapeyú, 2 de enero de 1800.
34
A.G.N. Colección Pivel Devoto Tomo I, Caja 3, Carpeta 10. Parte de Isfrán a Francisco Bermúdez.
Puntas del Cuareim, 9 de febrero de 1800. Copia fechada en Yapeyú el 17 de febrero de 1800.
35
Idem.
36
A.G.N.A. IX-31-9-6. Benito Chain a Jorge Pacheco. Román del Uruguay, enero 24 de 1800.
37
A.G.N.A. IX-31-9-6. Benito Chain a Jorge Pacheco. Román del Uruguay, enero 29 de 1800.
11. 123
Hacia fin de ese año los "infieles" rondaban las estancias de los pueblos de
misiones:
"y los campos de San Borja, habiéndonos robado todos los caballos de
andar de los estancieros pertenecientes a la comunidad y todos los de
particulares, de modo que no dejaron uno, a más de habernos dispersado la
yeguada mansa ... [sin que fuera posible darles alcance] porque validos de
una poderosa caballada de refresco que traían los dichos infieles pasaron el
río Ibicuí y siguieron por el paso de San Reimundo hacia el Ibipuytá y el
Quarey.38
Las hostilidades no cesaban: el 29 de diciembre los charrúas atacaron una
estancia del pueblo de La Cruz y a continuación "se han llevado en su retirada todos los
caballos, así de la comunidad como de particulares que se hallaban en aquellos
campos". También se llevaron prisionera "una china con dos hijitos que habían
concurrido a llevar una muda de ropa a su marido y respectivo padre".39
En ese escenario de interacción muy violenta hubo una embajada de paz
ordenada por el virrey Avilés. Tal embajada encontró diversas dificultades entre las que
no fue menor que al parecer su comandante tenía escasa convicción en la viabilidad de
su misión. Expresó que entre los magros frutos que obtuvo, no pudo conseguir la
reducción de una parcialidad "y únicamente de su nación se redujo un infiel que con 22
personas que componían su familia [que] salió de aquella multitud y vino a incorporarse
conmigo, a quien admití con agrado y así mismo ordené se le tratase por todos".40
Tal
tiene interés en tanto aún en un contexto fugazmente pacífico los "infieles" no cesaron
de perder mujeres y niños. Probablemente como forma de recuperarlos:
"se insolentan y atreven a introducirse hasta el centro de las estancias, en
donde han cometido y cometen cada día latrocinios, muertes e incendios,
que están dando a los peones y amos que caen en sus manos, sin reservar a
38
A.G.N. Colección Pivel Devoto Tomo I, Caja 3, Carpeta 10. Feliciano del Corte a Jorge Pacheco. Santo
Tomé, veintiséis de diciembre de mil ochocientos.
39
A.G.N. Colección Pivel Devoto Tomo I, Caja 3, Carpeta 10. Joaquín de Soria a Jorge Pacheco.
Candelaria, enero 11 de 1801.
40
Idem.
12. 124
las mujeres y criaturas, que unos matan y otras llevan a mayor
sacrificio.".41
Fracasada la embajada de paz del año 1800, la sociedad colonial optó por la vía
militar. En abril de 1801 una expedición se adentró en territorio "infiel". Para que en
opinión de su comandante la expedición tuviera éxito, la cantidad y calidad de la
caballada era esencial. Así, del análisis de la documentación se desprende que se le
prestó tanta o más atención que al estado de la tropa.42
El primero de los relevantes hechos de armas se produjo el 1º de mayo de ese
año cuando:
“metidos los enemigos ["infieles"] entre dos fuegos perecieron sin querese
rendir. Se contaron en el campo muertos treinta y siete hombres y dos
mujeres ... Finalizada la acción a las nueve y media entró toda la tropa a
pie a registrar la montaña [el bosque] de dónde se sacó la cautiva María
Isabel Franco y otros dos muchachos también cautivos. Se cogieron siete
indios jóvenes prisioneros, trece chinas y once criaturas. También se
advirtió que las indias mataron porción de niños de pechos por no ser
descubiertas en el monte por los que lo registraban, en caso de llorar”.43
El 21 de mayo los expedicionarios atacaron nuevamente a los "infieles". Tras
una pelea descrita con vivos colores y con un resultado que podría esconder ejecución
de prisioneros ya que solo sobrevivieron cuatro hombres:
“se sacaron las chinas y criaturas, concluyéndose todo a las once y media
de la mañana. Se quemaron los treinta y seis toldos. Se contaron los
prisioneros y se encontraron cincuenta y dos entre hombres, mujeres,
muchachos y niños".44
Así, la documentación evidencia una vez más que la pérdida de mujeres y niños
se volvió un daño mayor para las posibilidades de supervivencia de las naciones
indígenas. En este caso hay que agregar la dolorosa circunstancia del infanticidio, que
41
A.G.N.A. IX-5-1-2. Carta del sargento José Gervasio Villagra al alcalde y comandante interino de Santo
Domingo Soriano, López de los Ríos. Tacabó, 9 de mayo de 1800.
42
Bracco, Diego. Con las armas en la mano: charrúas, guenoa-minunos y guaraníes. Montevideo. Planeta,
2013.
43
Museo Histórico Nacional (Uruguay). Colección de Manuscritos, Tomo 1010. Tercer cuaderno del
diario de operaciones de Jorge Pacheco.
44
Idem.
13. 125
parece verosímil ya que los niños cautivos tenían "valor de mercado" en la sociedad
colonial y -sin perjuicio de motivos humanitarios- aunque sólo fuera por esa causa no
habrían sido asesinados.
En tono triunfal -por más que hechos posteriores lo desmintieran- el comandante
de la expedición victoriosa aseguró al virrey Avilés que había tenido la fortuna de
exterminar: "absolutamente la nación charrúa".45
El fin de las naciones "infieles" en el año 1831
Es generalmente aceptado que el ataque por sorpresa a los "infieles" reunidos a
orillas del arroyo Salsipuedes marcó el fin de las naciones indígenas en Uruguay. Tal
ocurrió en el año 1831, cuando la República Oriental del Uruguay ya era un país
independiente.
Los "infieles" fueron atraídos para formalizar su participación en una presunta
guerra contra Brasil. Ya en el sitio elegido para la emboscada uno de los jefes atacantes
"soltó entonces toda su caballada y los charrúas, confiados en aquella operación que
demostraba buena fe, soltaron también la mayor parte de sus caballos.46
Ello les fue
fatal a la hora de reaccionar ante la celada y de -probablemente fue el golpe que terminó
de destruirlos como nación- resguardar a sus mujeres y niños que fueron forzados a
integrarse a la sociedad colonial.47
El periódico "El Universal" publicó, "Estamos informados de que el día 10 del
corriente [abril de 1831] ha habido una acción en Salsipuedes, entre los charrúas y la
división del inmediato mando de su excelencia el señor Presidente en campaña, en la
45
A.G.N.A. IX-10-4-5. Copia de oficio de Pacheco al virrey. Cuartel general del Yacuí, 23 de junio de
1801.
46
Anónimo. Refutación a la Nueva Troya, escrita por Alejandro Dumas. En "El Defensor de la
Independencia Americana". 24 de octubre de 1850 y 24 de enero de 1851. Miguelete, Montevideo.
47
Cabrera Pérez, Leonel. "La integración del indígena de la Banda Oriental a la sociedad colonial /
nacional urbana. Revista Tefros. Primavera de 2011.
14. 126
cual han sido aquellos completamente destruidos".48
El mismo medio de prensa publicó
en su edición del día 18 el parte oficial que es, sin embargo, muy parco en detalles. En
lo sustancial destacó " quedando en el campo más de 40 cadáveres enemigos y el resto
con 300 y más almas en poder de la división de operaciones".49
Una vez más cabe centrar la atención en la pérdida de "potencial reproductivo".
Entre los prisioneros -al parecer poco más de la mitad del total- que recibió el 30 de
abril, en Montevideo, la guardia del cuartel del primer escuadrón de caballería de línea,
más del 90% eran mujeres y niños.50
Tras el o los combates de Salsipuedes se destinaron partidas para perseguir a
quienes habían conseguido escapar. En agosto, el oficial a cargo comunicó:
"perseguidos con el mayor encarnizamiento por lo más espeso de la
montaña [monte], ha llegado a ser el resultado de mis operaciones el que
muriesen quince infieles, inclusive dos caciques de los más perversos,
tomarles veintiséis hombres y cincuenta y seis personas más, entre chinas y
muchachos de ambos sexos".51
Importancia de las caballadas
Los "infieles" obtuvieron grandes ventajas del empleo del caballo al tiempo que
se tornaron dependientes de ese recurso. Así, fueron muy vulnerables cuando no
dispusieron y/o tuvieron que valerse de caballadas menguadas. En la misma medida en
que se fueron reduciendo los campos desiertos menguaron las reservas de animales a las
que podían acceder. Así, para proveerse de caballos se vieron obligados a realizar
48
"El Universal", 15 de abril de 1831. Biblioteca Nacional. Montevideo.
49
Parte de guerra. Fructuoso Rivera. Salsipuedes, abril 12 de 1831. El Universal, 18 de abril de 1831.
Biblioteca Nacional. Montevideo.
50
Guardia del cuartel de primer escuadrón de caballería de línea. Montevideo, 30 de abril de 1831. En:
Acosta y Lara, Eduardo F. La guerra de los charrúas. Montevideo. Buenos Aires. Talleres de Loreto
Editores, 1998, Vol II, II, pp. 58 - 59.
51
Bernabé Rivera a Ellauri. Arerunguá, 23 de agosto de 1831. En: Acosta y Lara. "La guerra..". Op. Cit.,
Vol II, II, pp. 97 - 98.
15. 127
ataques sobre los flancos más vulnerables de la sociedad colonial. Ello, a su vez generó
reacciones que derivaron en interacción muy violenta. En ese contexto las avanzadas de
la sociedad colonial dispusieron de retaguardias que mal o bien les proporcionaron
caballadas decisivas para la victoria.
Tal como se ha visto, en el año 1701 desde el ejército guaraní se señalaba:
"cuantas facciones se han malogrado ha sido por falta de caballos, y las averías han sido
por lo mismo”. Entonces la coalición "infiel" disponía de una caballada superior a la de
los guaraníes misioneros pero estos fueron capaces de sorprenderlos sin darles tiempo a
tomar sus "caballos en que tenían ellos toda su confianza”.
Menos precisas son las cifras disponibles para la guerra de 1751. Por un lado la
gente del cacique que se había retirado con toda premura, dejando "los ranchos
parados", fue alcanzada y por ello cabe suponer que dispondrían de caballada inferior a
la de los montevideanos. Como consecuencia perdieron una veintena de guerreros y
cerca de un centenar de mujeres y niños. Poco después la expedición que debía marchar
contra el resto de guenoa-minuanos debía llevar ocho caballos "por hombre y
necesariamente a seis". Los menos de 400 en mal estado que fueron botín de los
expedicionarios parece indicar que los "infieles" no disponían de suficientes animales
como para eludir a sus perseguidores.
En los años 1800 y 1801 gran parte de los esfuerzos del comandante a cargo de
la expedición contra los "infieles" estuvieron relacionadas con adquisición y
conservación de la caballada. Tras denodados esfuerzos consiguió que cada uno de sus
hombres estuviera provisto con cuatro buenos animales. Obtuvo la victoria final cuando
su caballada estaba cerca de la extenuación pero contra enemigos que no pudieron
emplear la propia.
Pocas cifras están disponibles para el caso de Salsipuedes. Los atacantes, sin
perjuicio de alguna queja previa al respecto, dispusieron de abundante caballada. Antes
de al menos uno de los combates, los charrúas habían soltado sus caballos y por ello sus
posibilidades de resistencia o fuga disminuyeron drásticamente.
16. 128
Acerca de mujeres y niños
En una documentación en general escrita por hombres y para hombres el destino
de mujeres y niños ha quedado apenas registrado. No obstante parece de todas las
variables en juego, la más relevante para explicar la derrota de las naciones "infieles".
Tal como se ha expresado, tras la batalla del Yi del 6 de febrero de 1702 más de
500 "piezas de chusma" prisioneras fueron enviadas a los pueblos de misiones con
orden “de que en ningún tiempo se puedan volver a sus tierras”. También a causa de ese
suceso un número no determinado quedó en poder de los guenoa-minuanos. Además
murieron las mujeres "diestras en jugar la lanza" durante el combate, las que se
ahogaron al cruzar el río Negro mientras intentaban escapar y seguramente muchas más
como resultado de las penalidades.
En 1751 los montevideanos se adueñaron de parte de la "chusma" de un cacique
que había optado por la paz, consistente en "82 almas entre grandes y pequeñas".
Luego, tras otro combate, Montevideo recibió 124 cautivos que eran en su casi totalidad
mujeres y niños. A estas más de doscientas "piezas" hay que agregar las que murieron
cuando se dio el ataque, las que los prácticos decían que no tenían posibilidad de
sobrevivir y las que habrán perecido a causa de la guerra. Además, es necesario recordar
que en aquel escenario una parte de los guenoa-minuanos había buscado refugio -como
muchas otras veces- en los pueblos de misiones. Muchos indicios sugieren que parte de
esas mujeres y niños tendieron a convertir en permanente el refugio que habían
encontrado y, por tanto, no regresaron con los de su nación que permanecían en la
"infidelidad".
En 1801 durante la batalla del corral de Sopas, las fuerzas del capitán Pacheco
mataron dos mujeres. Al término de ese combate capturaron trece "chinas" y once
criaturas. Además, "las indias mataron porción de niños de pecho por no ser
17. 129
descubiertas en el monte por los que lo registraban, caso de llorar". A estos hay que
sumar 48 mujeres y niños que fueron hechos prisioneros tras el combate en el Primer
Gajo del Tacuarembó. También, por supuesto, es necesario adicionar aquellas no
registradas pero que habrán perecido en aquel contexto de extrema necesidad.
Por último, de los probablemente más de trescientos prisioneros resultantes del o
de los combates de Salsipuedes, más del noventa por ciento eran mujeres y niños.
Las cifras antes mencionadas no son sino la punta de un iceberg. Numerosos
documentos referidos a otros años y sucesos demuestran que permanentemente hubo
gran cantidad de mujeres y niños obligados a vivir en la sociedad colonial. A ellos se
sumaron los que desaparecieron como consecuencia de las penalidades y también -
especialmente niños- víctimas de enfermedades contagiosas de origen europeo. Y por si
fuera poco, cabe agregar una cantidad probablemente elevada que por propia voluntad
se avino a la vida en la sociedad colonial, especialmente en los pueblos de misiones.
Además, todo ocurrió en un espacio crecientemente acotado al que continuamente se
incorporaron hombres -muchos, andando el tiempo fueron denominados "gauchos"- que
compitieron por las escasas mujeres disponibles.
En síntesis, las dificultad para usar u obtener caballadas y la tan sostenida como
elevada pérdida de mujeres y niños, se retroalimentaron durante prolongado lapso. A la
postre parecen factores de la mayor relevancia para explicar por qué las naciones
indígenas desaparecieron en la República Oriental del Uruguay medio siglo antes que en
espacios de frontera hasta cierto punto similares.
18. PREHISTORIA INDÍGENA DE LA BANDA ORIENTAL
Comisión del Reencuentro y la Amistad. S.M.U.
Jornada de Reflexión.
Dr. Juan Carlos Rodríguez Nigro
" Todo pueblo que olvida su pasado,
pierde su propia identidad "
1) EL COMIENZO
A finales de la Edad de Hielo se inició una de las epopeyas humanas más
fantásticas: hace más de 15.000 años grupos de familias cazadores - recolectores
penetraban en América, luego de atravesar las congeladas tierras del norte del
continente asiático y cruzar el estrecho de Bering. Tenían por delante casi un cuarto
de la superficie habitable de la Tierra, más de 65 millones de km2 de tierra que
nunca fueron pisada por un ser humano.
Hace 12.000 años una pequeña banda de paleo indios, cubiertos de largas mantas
de pieles, llegaron al territorio de la Banda Oriental, tierras que se habían
convertido en una especie de "bolsón geográfico" donde fueron confluyendo
sucesivas oleadas poblacionales. Estos grupos indígenas convivieron y cazaron
animales de gran tamaño que llegaban a superar la tonelada de peso y más de dos
metros de altura (Gliptodontes, Megaterio, Mastodontes). Esta fauna incluía
también especies de caballo primitivo que se extinguieron al final del Pleistoceno.
Con esta escena de tiempos remotos comenzaremos a describir la Prehistoria de la
Banda Oriental...Se trata de un amplio y complejo período 40 veces mayor que el
llamado período histórico de nuestro país.
Una prehistoria casi desconocida para la mayoría de los uruguayos...
2) EL PAISAJE PREHISTÓRICO
A medida que llegaban los distintos grupos indígenas que fueron poblando nuestro
territorio, se fueron enfrentando a un paisaje cambiante en lo geográfico y en lo
climático. Al inicio, el clima era frío y seco y las mayores elevaciones del país
poseían nieve permanente en sus cumbres (!) El estuario del Río de la Plata era una
extensa llanura transitable y pantanosa atravesada por un gran río.
El nivel del mar estaba 100 mts por debajo del nivel actual, y la costa atlántica se
encontraba retirada a más de 100 km con respecto a su posición actual.
Hace 8.000 años aumenta la humedad y la temperatura ambiente. Se desarrolla un
nuevo ecosistema, expandiéndose la vegetación tropical y subtropical. El clima
continúa sufriendo intensas variaciones, alternándose épocas frías con otras más
templadas que van afianzándose paulatinamente hasta alcanzar condiciones
climáticas muy similares a las actuales.
19. 3) CULTURAS INDÍGENAS E INDUSTRIAS ARQUEOLÓGICAS
Las diversas etapas o estadios por la que se desarrolló nuestra prehistoria es aún
motivo de estudio y apasionadas discusiones científicas.
A continuación, intentaremos exponer los principales estratos culturales
prehistóricos aceptados por la mayoría de los antropólogos:
I.- LOS CAZADORES - RECOLECTORES INFERIORES:
Industria CATALANENSE y CUAREIMENSE
El primer nivel evolutivo, y probablemente cronológico, lo constituyen los grupos de
cazadores inferiores representados por las industrias líticas "catalanense" y
"cuareimense". Habrían ocupado tierras en el actual departamento de Artigas varios
miles de años antes que los Charrúas, siendo la ocupación humana más antigua
del Uruguay.
Es muy posible que el "Hombre del Catalanense" fuera el representante étnico de
los primeros pobladores americanos que cruzaron el Estrecho de Bering y que luego
se dispersaron hacia el extremo sur del continente (Vidart).
Estos grupos de paleo indios desconocían las puntas de flecha y sus instrumentos
líticos eran muy toscos (lascas, raederas, raspadores, perforadores, cuchillos)
elaborados por centenares de miles y quizás millones de piezas en "talleres -
canteras" que se extendían superficialmente por una amplia zona del norte del país
(hasta 27 km2).La existencia de estos talleres permanecieron activos por milenios,
hasta el comienzo de nuestra era.
Se plantea una fecha estimativa de 10.000 años a.C. para el inicio de la industria
Catalanense, y de 8.000 años a.C. para la industria Cuareimense, grupo posterior y
más evolucionado que el Catalanense (Taddei; Chebataroff; Bórmida).
II.- CAZADORES RECOLECTORES SUPERIORES:
La existencia del arco y flecha y de material lítico pulido son los principales aportes
tecnológicos que caracterizan a este segundo nivel evolutivo, dentro del cual se han
identificado diferentes estratos culturales:
Constructores de "CERRITOS DE INDIOS"
Hace unos 4.000 años a.C. numerosos grupos indígenas llegaron a los bañados de
Rocha y la cuenca de la Laguna Merín, estableciéndose en forma semi permanente
en una amplia zona rica de recursos alimenticios. Su economía tradicional de caza y
pesca se completaba con la horticultura a pequeña escala de maíz, zapallo y
porotos.
20. Eran constructores de montículos de tierra, generalmente de forma circular, que
contienen abundantes restos de actividades humanas tanto funerarias como
ceremoniales. Las excavaciones arqueológica han evidenciado la presencia casi
permanente de enterramiento de humanos ubicados en posición fetal, tanto en
forma individual como en enterramientos múltiples. También han aparecido
esqueletos de perros integrando el ajuar funerario, lo que hace probable que este
animal domesticado haya sido un buen ayudante en la caza de animales en los
bañados que rodeaban las lagunas y arroyos. Es interesante destacar que muchas
culturas amazónicas también fueron constructores de este tipo de cerritos.
Posiblemente este grupo indígena se fue extinguiendo poco a poco hasta
desaparecer debido a los múltiples enfrentamientos bélicos en la región y a las
frecuentes incursiones de los bandeirantes esclavistas provenientes de Brasil.
CULTURA INTRUSIVA DEL SUR DEL BRASIL
- La Cultura SAMBAQUIANA
Hace unos 3.000 años a.C,. en el litoral atlántico del sur de Brasil (Santa Catarina y
Rio Grande del Sur) se desarrolló una cultura conocida como "Sambaquiana".
Provenían desde el centro de sudamérica y tenían vinculaciones andinas. Se
desplazaron ocupando la línea costera hasta establecerse en Rocha (en Polonio y
Balizas). Otro contingente de indígenas sambaquís migraron costeando el Río de la
Plata hasta alcanzar la boca del río Negro.
Los objetos líticos de esta llamada "Cultura intrusiva del sur del Brasil" presentan un
extraordinario trabajo de pulido y son consideradas las piezas arqueológicas más
hermosas del país. Su repertorio incluye: los rompecabezas de puntas múltiples,
hachas pulidas, placas grabadas con motivos geométricos, rompecocos, zoolitos y
antropolitos con una depresión ventral (depósito de polvos alucinógenos ?).
Los Sambaquís tenían instituciones sociales bien organizadas y dominaban el arte
del tejido. Muchos elementos de su cultura fueron tomados por la etnia charrúa.
CULTURA DE VINCULACIONES PATAGÓNICAS
- La maco etnia CHARRÚA
En el último estrato correspondiente a los cazadores recolectores superiores se
ubica la denominada " Cultura de vinculaciones Patagónicas", constituída por la
etnia Charrúa. Eran nómades y su movilidad fue muy grande, llegando a cubrir no
sólo casi la totalidad de la Banda Oriental, sino también territorios de los actuales
Río Grande del Sur y Provincia de Entre Rios.
Formaban parte del grupo "Pámpido". Los Pámpidos eran indígenas de tierra
adentro y desconocedores del arte de la navegación.
21. Hace 1.500 años a.C. lograron penetrar en la Banda Oriental utilizando las calzadas
de piedra que abundaban en el río Uruguay, aguas arriba de las cascadas de Salto.
Ocuparon las tierras comprendidas desde la desembocadura del río Uruguay en el
Rio de la Plata por el oeste, y por el este llegaron próximo a la Laguna Merín,
internándose en una franja paralela a la costa de unos 150 km de ancho en toda su
extensión. Estas tierras figuraban en los antiguos documentos como la "Banda de
los Charrúas".
Su economía tradicional se basaba en la caza, utilizando con destreza el arco y
flecha, y la recolección de otros alimentos de origen animal o vegetal.
La difusión del ganado y la adopción del caballo, introducidos por los europeos,
impactó profundamente en el sistema adaptativo de estos cazadores superiores.
Además de tener presas bovinas más fácil de cazar, el dominio del caballo acentuó
su nomadismo e impuso nuevas técnicas de caza y tácticas de combate.
"El sistema económico de la caza se vio sustituido cada vez más por el pillaje y el
saqueo"... (Renzo Pi Hugarte)
El repertorio de utensillos de los charrúas se caracterizan por ser escasos y muy
sencillos: arcos simples y flechas, lanzas, hondas, distintos tipos de boleadoras y
rompecabezas.
Sus viviendas consistían en un juego de estacas que sostenían un techo
improvisado de cueros vacunos o de caballos. Estas "tolderías" eran utilizadas
solamente para dormir.
En invierno cubrían sus cuerpos con una prenda de cuero llamado "quillapí ". Estas
pieles eran pintadas por el lado de la carne con guardas y dibujos geométricos. Con
el contacto con los europeos los charrúas comenzaron a usar otras prendas:
chiripás, ponchos, camisetas y sombreros que obtenían por trueque.
Una práctica habitual eran los múltiples tatuajes corporales que incluían el rostro.
Los charrúas no abandonaban nunca a sus muertos y los enterraban en la cima de
los cerros. Eran los "bichaderos" o tumbas de piedra de los indios.
En las ceremonias de duelo era común la automortificación con varas aguzadas que
clavaban en las piernas y brazos, seguido de un ayuno prolongado. También era
común la sección de las falanges en señal de duelo, mutilación atribuida sólo a
mujeres charrúas.
Es de destacar que a diferencia de los guaraníes, los charrúas no tenían
costumbres antropófagas.
22. III.- AGRICULTORES INFERIORES:
El tercer nivel evolutivo está constituido por pueblos agrícolas ubicados en el litoral
del río Uruguay, desde las islas situadas al sur de Salto Grande hasta su
desembocadura en el Rio de la Plata. Dos son los grupos indígenas históricos
representativos de este nivel: la etnia Chaná y la etnia Guaraní.
CULTURA DE VINCULACIONES PARANAENSES
- La macro etnia CHANÁ
La etnia Chaná comprendían varias entidades que anteponían este nombre para
designarlas como ocurría con los Chaná - Timbúes y Chaná - Beguaes.
Su llegada a la Banda Oriental se sitúa en la misma época de los cazadores
superiores con vinculaciones patagónicas: alrededor de 1.500 a.C. El territorio que
ocuparon era más extenso que el litoral del rio Uruguay y se extendía hasta incluir
las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires.Se conoce poco sobre esta
etnia, hecho agravado por su temprana desaparición.
Construían canoas con un único tronco ahuecado con las que navegaban y
pescaban. Estas actividades se completaban con la obtención de productos de una
agricultura sencilla de maíz, zapallos y porotos.
Una costumbre común en los hombres era el uso del "barbote" en el labio inferior (al
igual que los guaraníes). También practican la mutilación dactilar por duelo (al igual
que los charrúas).
Lo más destacado de su cultura material es la cerámica que se caracteriza por la
elaboración de vasos campaniformes rematados por un apéndice zoomorfo que
representa la cabeza de un animal. Muy pocos eran antropomorfos.
CULTURA DE FLORESTA TROPICAL - TUPÍ . GUARANÍ
- La macro etnia GUARANÍ
Los guaraníes constituyen pueblos "selváticos" originarios de la región amazónica y
pertenecientes a la matriz cultural Tupi. El macro grupo guaraní integró en nuestro
territorio a dos subgrupos étnicos emparentados: los Tapes y los Arachanes.
La cultura tupí - guaraní se extendió desde la parte superior de los ríos Uruguay y
Paraná hasta el Río de la Plata ( denominado Paraná-Guazú: "río como mar"),
ocupando los deltas de Paraná y Uruguay. Habitualmente incursionaban en las
costas del Río de la Plata hasta la desembocadura del río Santa Lucía. Es
considerado el grupo indígena que entró más tardíamente en la Banda Oriental:
aproximadamente en el año 1.400 de nuestra era. Estos guaraníes fueron los que
encontraron los europeos cuando llegaron a nuestras tierras, dando muerte a Solís y
terminaron practicando canibalismo con los conquistadores españoles prisioneros.
23. "Guaraní" quiere decir "guerrero". Los guaraníes se distinguieron por su actitud
belicosa hacia otros pueblos indígenas. Las guerras le permitían obtener prisioneros
varones que eran sacrificados y comidos en banquetes caníbales. La antropofagia
ritual se realizaba mediante una compleja ceremonia colectiva con la finalidad de
lograr asimilar las cualidades de coraje y valentía de sus víctimas.
Los guaraníes fueron hábiles canoeros (eran llamados "los corsarios de los ríos"), y
se destacaron por desarrollar una amplia variedad de cerámica pintada o
corrugada. Los objetos de cerámica más característicos fueron las "urnas
funerarias" donde practicaban el entierro secundario de huesos ya descarnados.
Otra costumbre de esta etnia era el uso del "barbote" en el labio inferior de los
hombres, a partir de ritos de iniciación al comienzo de la pubertad.
Su sistema económico tradicional de caza, recolección y pesca se completaba con
productos vegetales obtenidos mediante una práctica agrícola sofisticada, aplicando
el sistema de "roza" (tala y quema de árboles y malezas).
Los grupos guaraníes, con su amplia dispersión , contribuyeron a poblar los
deshabitados territorios de la Banda Oriental. Muchos se establecieron en el medio
rural desempeñando tareas agropecuarias, y otros en centros poblados
desarrollando variadas actividades productivas en calidad de artesanos y
comerciantes... y lo más importante: terminaron mezclándose con la población local
contribuyendo así al mestizaje en el Uruguay.
IV.- EL FINAL
Las poblaciones indígenas al estar en contacto con los conquistadores europeos
modificaron sustancialmente sus valores culturales y materiales, sustituyendo sus
economías tradicionales de caza y recolección con la introducción del ganado
vacuno y caballar. Esto modificó las estrategias de aprovisionamiento de alimentos
y también su movilidad, incrementando su nomadismo. La llegada de otros pueblos
indígenas que se alejaban de los asentamientos europeos, traen nuevos vecinos y
generan frecuentes enfrentamientos inter tribales que agravan la tensa convivencia.
A partir del siglo pasado, el Uruguay comienza a sentir la necesidad de afirmar su
identidad nacional, elaborando a través de creaciones literarias históricas una
imagen idealizada y romántica del indio... Los que antes eran sinónimos de salvaje
barbarie pasaron a ser vistos como encarnaciones del coraje y la valentía.
Es posible que así haya surgido el mito de la "garra charrúa" que exalta el carácter
indómito de los charrúas y que supone no doblegarse nunca ante la adversidad.
Desde el punto de vista antropológico esta nueva corriente de pensamiento ha
generado un sentimiento de simpatía hacia el mundo indígena de la antigua Banda
Oriental, y reconoce finalmente el rol cumplido por los indios en la construcción
sociocultural de nuestra nación.
24. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
VIDART, Daniel. "Diez mil años de prehistoria uruguaya". Colección
Hernandarias. Forum Gráfica Editora. Montevideo, 1985.
VIDART, Daniel. "Cuando el Uruguay era sólo un río". Ediciones B Uruguay.
Montevideo,2013.
GONZALEZ RISSOTTO, Rodolfo. RODRÍGUEZ, Susana."En busca de los
orígenes perdidos". Editorial Planeta. Montevideo, 2010.
KLEIN, Fernando. "Nuestro pasado indígena". Ediciones B Uruguay.
Montevideo, 2013.
ZANÓN, Angel J. "Pueblos y Culturas Aborígenes del Uruguay". Ediciones
Rosebud. Montevideo, 1998.
MUÑOA, Juan Ignacio. "Los Pueblos Prehistóricos del Territorio Uruguayo".
Centro de Estudios Arqueológicos y Antropológicos Americanos Dr. Paul
Rivet. Cuadernos Antropológicos Nº3. Montevideo, 1965.
MARUCA SOSA, Rodolfo. "La Nación Charrúa". Ediciones Letras.
Montevideo, 1957.
PI HUGARTE, Renzo. "Los Indios del Uruguay" Ediciones de la Banda
Oriental. Montevideo, 2014.
I.M.M.-Fundación MAPI. "Memorias Ancestrales. Arte y Arqueología en el
Uruguay"
SUÁREZ, Rafael. "Arqueología prehistórica en la localidad arroyo Catalán
Chico". UDELAR, CSIC- biblioteca/plural. Montevideo, 2010.
CABRERA PÉREZ, Leonel. "Patrimonio y arqueología en la región platense".
UDELAR, CSIC-biblioteca/plural. Montevideo, 2011.
__________________________________________
27 de junio de 2016.
25.
26. ESTADIOS DE LA PREHISTORIA DE LA BANDA ORIENTAL
NIVELES CULTURA O INDUSTRIA ARQUEOLÓGICA REPERTORIO DE UTENSILLOS FECHA APROXIMADA DE LLEGADA
I
CAZADORES RECOLECTORES INFERIORES:
Industria CATALANENSE (talleres-canteras)
Industria CUAREIMENSE (paleo agricultores)
- Toscos instrumentos líticos (lascas,
raederas, raspadores,
perforadores)
- Sin puntas de flecha ni cerámica.
................... 10.000 a.C.
................... 8.000 a.C.
II
CAZADORES RECOLECTORES SUPERIORES:
Constructores de los "Cerritos de Indios"
Cultura intrusiva del sur de Brasil:
- Cultura SAMBAQUIANA
Cultura de vinculaciones Patagónicas:
- Macro Etnia CHARRÚA - (1)
(Grupo Pámpido)
- Estructuras funerarias e
incipientes prácticas hortícolas.
- Industria lítica pulida y tallada:
Zoolitos, Antropolitos, Placas
grabadas, Rompecocos.
- Con punta de flecha y lanzas, arco,
boleadoras, hondas, rompecabezas
................... 4.000 a.C.
.................... 3.000 a.C.
.................... 1.500 a.C.
III
AGRICULTORES INFERIORES:
Cultura de vinculaciones Paranaenses:
- Macro Etnia CHANÁ - (2)
Cultura de floresta tropical tupí - guaraní:
- Macro Etnia GUARANÍ - (3)
(Grupo Amazónido)
- Arco y flecha, maza, boleadoras
- Alfarería zoomorfa, campaniforme.
- Grandes canoeros, buenos
ceramistas, cazadores, hábiles
pescadores.
- Agricultores (cultivo de roza).
- Antropofagia ritual guaraní.
.................... 1.500 a.C.
.................... 1.400 d.C.
(1) - La macro etnia Charrúa se compone de las parcialidades: Minuanes, Guenoas, Bohanes, Guayanés y Yaros.
(2) - La macro etnia Chaná comprenden las parcialidades: Chaná - Timbúes y Chaná- Beguaes.
(3) - La macro etnia Guaraní integra a los subgrupos: Tapes y los Arachanes o Arechanes.