La tensión superficial es una propiedad de los líquidos que permite que ciertos objetos floten en la superficie del agua aunque sean más densos. Fue estudiada por primera vez por Agnes Pockels en el siglo XIX. La tensión superficial causa que gotas y burbujas adopten formas esféricas y determina el tamaño de películas de agua. El documento incluye doce figuras que ilustran estos efectos de la tensión superficial en la naturaleza y el arte.