2. SACRAMENTO
El origen de la palabra sacramento lo
encontramos en el término griego
MYSTERION (MISTERIO). Esta palabra estaba
relacionada con las religiones paganas del
mundo semita y griego, sobre todo las
religiones iniciáticas o «de misterios».
Cuando esta palabra pasa a la cultura
romano-latina se traduce como
SACRAMENTUM (SACRAMENTO).
3. SACRAMENTO
La palabra Mysterion también aparece en la Biblia, en los
evangelios (Mr 4:11; Mt 13:11; Lc 8:10): el MISTERIO DEL
REINO DE DIOS; y sobre todo en las cartas de Pablo (1Cor
1:23; 2:7-10; Rom 16:25-26; Col 1:26-27; 2:2; 4:3; Ef 1:9-10;
3:3-32; 1Tim 3: 16). Aquí Pablo utiliza la palabra para
referirse al MISTERIO DE LA SALVACIÓN, el eterno plan
universal del PADRE de salvar a la humanidad mediante la
encarnación, ministerio, muerte, resurrección y exaltación
del HIJO DE DIOS HECHO HOMBRE: JESUCRISTO. Este plan,
que permanecía oculto desde la eternidad en el
pensamiento de Dios, ha sido manifestado por medio del
ESPÍRITU SANTO y se ha dado a conocer, por voluntad de
Dios, a todas las gentes mediante el EVANGELIO, que es
proclamado y vivido en la comunidad de los seguidores y
discípulos de Jesucristo: la IGLESIA.
4. DIFERENCIAS DE «MYSTERION» ENTRE PAGANISMO
Y CRISTIANISMO
Paganismo Cristianismo
Se refiere a los
misterios y sabiduría
ocultos por las
divinidades, que sólo
pueden ser conocidos
por los iniciados, que
son escogidos de entre
la gente por ser
considerados dignos de
conocerlos.
Se refiere al MISTERIO
DE LA SALVACIÓN
obrada por Dios, que
es revelado por el
Espíritu Santo a toda la
Humanidad y es
accesible a todos los
que creen en
Jesucristo y su
Evangelio, y se unen a
la comunidad
creyente.
5. MYSTERION en la teología patrística (siglos II – VII):
Padres apostólicos – apologistas: el término se aplica ya no sólo a
Cristo como «misterio del Padre» (Pablo), sino también a los
eventos históricos de Cristo, a sus particulares obras y palabras,
porque es en ellas donde se manifiesta concretamente el plan
salvífico de Dios (manifestación del kairós en el chronos). En modo
particular, se llaman «misterios de la vida de Cristo»: su nacimiento
virginal de María, la crucifixión y la resurrección (Ignacio de
Antioquía, Justino, Melitón de Sardes).
En este mismo período, se comienza a designar con el nombre de
misterios también las figuras y profecías del Antiguo Testamento,
sobre todo aquellas relativas al futuro Mesías. De esta manera, por
ejemplo, el Éxodo de Egipto, el cordero pascual, el nombre de
Josué, el octavo día para la circuncisión, etc., se llama misterios, en
cuanto dirigidos, de manera escondida, al misterio de Cristo.
MYSTERION aquí se convierte prácticamente en sinónimo de
SYMBOLON, en el sentido de anticipación escondida, pero real, de
aquello que aparecerá en la historia (Padres griegos).
6. MYSTERION en la teología patrística (siglos II – VII):
La escuela teológica y catequética de Alejandría (con gran
influencia gnóstico-platónica) utiliza el término para
designar las verdades obscuras del cristianismo.
Clemente de Alejandría designa con ello las verdades o
realidades ocultas, sobre todo en orden a los textos de las
Sagradas Escrituras de difícil interpretación.
Para Orígenes, que acentuará todavía más el sentido
filosófico del término, toda la realidad es «mysterion», en
cuanto expresión visible del mundo invisible. Será
fundamental en él la distinción entre el Misterio,
entendiendo por esto la triple manifestación del Verbo en
la Encarnación, en la Iglesia y en la Escritura, y los misterios,
es decir, los ritos litúrgicos de la comunidad cristiana, entre
los cuales, de modo particular, el bautismo y la eucaristía.
7. MYSTERION en la teología patrística (siglos II-VII):
A partir del siglo III comienza a utilizarse el término
SACRAMENTUM como traducción de MYSTERION, y a
aplicarse a lo que hoy conocemos por SACRAMENTOS.
Ya en las primeras versiones latinas de la Biblia, sobre
todo en aquellas realizadas y difundidas en África,
«sacramentum» es utilizado para traducir el término
griego «mysterion». En el latín existía el término
«mysterium» que derivaba de la misma raíz, de tal
manera que hubiera sido perfectamente posible
conservar la equivalencia «mysterion – mysterium».
En cambio se prefiere el término «sacramentum» para
evitar, con toda probabilidad, posibles confusiones con
los cultos mistéricos del paganismo.
8. MYSTERION en la teología patrística (siglos II-VII):
Tertuliano es el primer autor que utiliza explícitamente
SACRAMENTUM para designar los SACRAMENTOS
CRISTIANOS. En analogía con el juramento de fidelidad que
los soldados debían prestar a la propia bandera, en latín
llamado «sacramentum», porque este gesto comportaba una
cierta consagración personal, Tertuliano comienza a designar
con el término «sacramentum» EL BAUTISMO de los paganos
convertidos, los cuales, frecuentemente con peligro de la
propia vida, hacían la propia profesión de fe en el Dios de
Jesucristo y se comprometían en su servicio.
Esta nueva acepción de MISTERIO-SACRAMENTO será
después recibida por los Padres sucesivos que la extenderán
a LA EUCARISTÍA Y A LOS RESTANTES RITOS CRISTIANOS, de
tal manera que la expresión SACRAMENTUM se convertirá en
el término común en el lenguaje teológico y eclesial.
9. Otras razones teológicas de la identidad MYSTERION-SACRAMENTUM
aplicada a ritos litúrgicos cristianos:
Porque estos ritos SIMBOLIZAN, REFLEJAN Y REALIZAN
CONCRETAMENTE varios aspectos del MISTERIO DE LA SALVACIÓN
EN CRISTO, permitiendo su VIVENCIA TANGIBLE en nuestro
espacio-tiempo.
Porque mediante estos ritos SE INTRODUCE AL CREYENTE en el
MISTERIO DE LA SALVACIÓN y en LA VIDA DE COMUNIÓN CON
DIOS Y CON LA IGLESIA, y se le CAPACITA para que pueda vivir esta
vida en plenitud día tras día.
10. Durante la Edad Media hubo discusiones acerca de qué
otros ritos, además del bautismo y la eucaristía, debían
considerarse como sacramentos.
Es Pedro Lombardo (1100-1160) quien, en el Libro IV de
sus Cuatro Libros de Sentencias, finalmente determina y
sistematiza la cantidad de siete sacramentos – que sería
confirmada por la autoridad de la Iglesia – acompañada
de una exhaustiva explicación teológica.
Esta postura sería profundamente criticada y rebatida
por Lutero y otras figuras de la Reforma protestante
continental, quienes, sobre bases escriturales e
históricas, consideran que sólo el bautismo y la eucaristía
tienen naturaleza sacramental. Este criterio fue
inicialmente asumido por la Reforma inglesa.
11. ¿QUÉ SON LOS SACRAMENTOS?
Los sacramentos son signos externos
y visibles de una gracia interna y
espiritual, dados por Cristo como
medios seguros y eficaces por medio
de los cuales recibimos esa gracia.
(LOC, p. 750)
12. ¿QUÉ ES LO QUE HACE QUE UN RITO
SEA SACRAMENTO?
Instituido y ordenado por Cristo.
Es un signo (no sólo un símbolo).
Medio de gracia seguro y eficaz.
Necesario para la salvación.
13. SIGNO: El sacramento no es sólo una acción simbólica. Es un
signo, o sea, REALIZA LO QUE SIGNIFICA.
SEGURO: La gracia o don «contenido» en el sacramento está
«ahí» por voluntad de Cristo, y NO DEPENDE DE LA DIGNIDAD
MORAL DEL CELEBRANTE NI DE LOS QUE PARTICIPAN EN LA
CELEBRACIÓN.
EFICAZ: Cuando el sacramento es celebrado y recibido
«dignamente», o sea, celebrado con la intención y propósito
para lo que Cristo lo instituyó, y recibido con la debida fe y
actitud, realiza en quien lo recibe el efecto de la gracia o don que
contiene.
NECESARIO PARA LA SALVACIÓN: En CIRCUNSTANCIAS
ORDINARIAS, los sacramentos son EL MEDIO DESIGNADO POR
DIOS para que el creyente reciba la gracia que contienen.
14. ¿QUÉ REQUISITOS DEBE REUNIR UN RITO PARA QUE SEA
SACRAMENTO?
La «substancia», «materia» o «elemento»: es el
«componente material» del sacramento. Por ejemplo: el
agua en el Bautismo; el pan y el vino en la Eucaristía.
La gracia interna. Por ejemplo: la incorporación a la
Iglesia, la limpieza de los pecados, etc., en el Bautismo;
el Cuerpo y Sangre de Cristo en la Eucaristía.
La palabra y el gesto (la forma). Por ejemplo: la fórmula
bautismal que se pronuncia mientras se derrama agua
sobre la cabeza o se sumerge al que se bautiza; las
palabras de la institución eucarística mientras el
sacerdote toma en sus manos el pan y la copa de vino o
impone sus manos sobre ellos.
15. ¿QUÉ REQUISITOS DEBE REUNIR UN RITO PARA QUE SEA
SACRAMENTO?
La autoridad y el don de gracia del celebrante: cada
sacramento sólo puede ser administrado por el ministro
que tiene autoridad y ha recibido, por imposición de
manos de un obispo, la gracia para ello.
La intención sacramental: los sacramentos deben
administrarse con el propósito con que Cristo los
instituyó y con la intención con que, desde antiguo, los
celebra la Iglesia. Cuando no se hace así, no son válidos.
La dimensión comunitaria: los sacramentos fueron
instituidos y son celebrados en y para la comunidad de
fe. Sólo tienen sentido y propósito dentro de ella.